El benjam¨ªn de la 'triple R'
Ronaldinho, el 'tercer hombre' del ataque brasile?o, intenta deslumbrar en el mayor escaparate
Corr¨ªa el 30 de junio de 1999 y un gol iba a dar la vuelta al mundo. Brasil ganaba a Venezuela en la Copa Am¨¦rica. En el segundo tiempo, Wanderley Luxemburgo, el seleccionador en aquella ¨¦poca, dio la alternativa a un larguirucho con unos dientes herniados que le dibujaban una sonrisa perenne. A los diez segundos, el nuevo aceler¨® por la derecha, recibi¨® una pelota cruzada, la pinch¨® con su pie derecho sin que segara el c¨¦sped y, tras unos toquecitos, como si la acariciara para ganarse su confianza, la elev¨® por encima de un rival, regate¨® a otro y enganch¨® un zapatazo que despein¨® al portero.
En Brasil, siempre ah¨ªtos de estrellas, se volvieron locos. Y surgieron dos dudas: '?c¨®mo llamaremos a este Ronaldo?' y '?qu¨¦ gol de Pel¨¦ fue el m¨¢s parecido?'. El primer acertijo fue resuelto con prontitud: Ronaldi-nho, por respeto al interista. El segundo a¨²n va para largo.
Para ser su primer gol con la selecci¨®n, lo de Ronaldinho Ga¨²cho fue el no va m¨¢s. Desde entonces, todo ha sido vertiginoso y hoy, a sus 22 a?os, ser¨¢ titular en la delantera de un Brasil que va a intentar sellar ante China su pase a los octavos de final del Mundial.
Nacido el 21 de marzo de 1980 en un barrio de clase media de Porto Alegre, Ronaldinho siempre fue acunado por el f¨²tbol. Su padre, Jo?o da Silva Moreira, hab¨ªa sido jugador y su hermano mayor, Ass¨ªs, fue estrella del Gremio. Un estrellato, por cierto, fat¨ªdico. Por devoci¨®n, el club de Porto Alegre le regal¨® una piscina que Ass¨ªs traspas¨® al domicilio familiar. A?os despu¨¦s falleci¨® bajo sus aguas el patriarca.
Ronaldinho creci¨® con una pelota de amuleto y despunt¨® en las categor¨ªas inferiores. Fue la gran figura del Mundial sub 17 de Egipto 97 y dos a?os despu¨¦s aup¨® al Gremio hasta el t¨ªtulo liguero con 15 goles en 14 partidos y deslumbr¨® en la Copa Am¨¦rica. En 2000 fue el mejor matador del Preol¨ªmpico suramericano, de los Juegos de Sydney y de la Copa Confederaciones. Al Gremio le llov¨ªan las ofertas. Su presidente, Jos¨¦ Alberto Guerreiro, sac¨® pecho y colg¨® una pancarta en el estadio que rezaba: 'Aqu¨ª no vendemos'. Hasta que un emisario del Leeds puso 78 millones de euros sobre la mesa. La pancarta se esfum¨® y a la subasta se sum¨® el Par¨ªs St. Germain, que le fich¨® en la primavera de 2001.
El asunto no result¨® f¨¢cil para los franceses. Y no s¨®lo por el litigio financiero con el Gremio, que retras¨® varios meses el deb¨² del jugador. Tambi¨¦n lo frenaba do?a Miguelina, la madre de Ronaldi-nho: 'No vendan a mi nene. No quiero que se aleje de mi lado. No necesitamos tanto dinero. Precisa que le siga preparando frijoles, arroz y carne y que le proteja de las aprovechadoras [ciertas mujeres]'.
Miguelina no quer¨ªa que los d¨®lares torcieran la carrera de su benjam¨ªn. Justamente lo sucedido con su primog¨¦nito. El fogonazo le enred¨® en tierras suizas y portuguesas, de las que salt¨® a japonesas y mexicanas. Hoy es el m¨¢nager de Ronaldinho, que tambi¨¦n emplea a su hermana Deisse como secretaria. Exigencias de la fama que tanto le disgusta: 'So?aba con ser un jugador famoso, pero nunca pens¨¦ que sufrir¨ªa este asedio'.
Ahora puede ser peor. Si explotase en el escaparate mundialista hasta puede que los brasile?os le retiren el diminutivo. Clase, velocidad, ingenio y goles no le faltan. Por algo forma parte de la triple R: supuestamente, la mejor contrase?a ofensiva de la Copa del Mundo.
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