Las cuentas ruinosas de las 'telecos'
La depreciaci¨®n de activos y la nueva contabilidad se traducen en p¨¦rdidas r¨¦cord y hundimiento burs¨¢til
La alegr¨ªa compradora que vivi¨® el sector de telecomunicaciones hace dos a?os se ha convertido en una peligrosa bola de nieve en forma de elevado endeudamiento, desplome burs¨¢til y p¨¦rdidas multimillonarias que han batido todos los r¨¦cords hist¨®ricos para cualquier compa?¨ªa cotizada. El error de c¨¢lculo sobre las perspectivas futuras del sector, la p¨¦sima gesti¨®n de unos responsables que pasaban por gur¨²es y hoy son ampliamente cuestionados y unas nuevas pr¨¢cticas contables explican este fen¨®meno.
AOL Time Warner se ha atrevido a reflejar unas p¨¦rdidas de 57.000 millones de euros, el gasto anual en pensiones en Espa?a
La mayor parte de las millonarias p¨¦rdidas responde a un mero apunte contable y no a una sangr¨ªa de fondos procedentes de la caja
La crisis de las telecomunicaciones se ha convertido ya en un t¨®pico al que recurren los analistas financieros -los mismos que aconsejaban invertir sin fin en el sector hace dos a?os- para explicar el continuo desplome burs¨¢til que sufren los valores tecnol¨®gicos. Pero al margen de la evidencia del par¨®n que sufren las telecomunicaciones, a medida que las grandes multinacionales cerraban las cuentas de su ¨²ltimo ejercicio fiscal (que no suele coincidir con el a?o natural), se han asomado a los titulares de los peri¨®dicos unas p¨¦rdidas astron¨®micas cuya espectacularidad ha desconcertado a los accionistas. S¨®lo las diez mayores p¨¦rdidas de empresas del sector (lista que incluye a casi todos los grandes operadores) superaron en 2001 los 150.000 millones de euros.
'Vivendi bate todos los r¨¦cords de p¨¦rdidas de una empresa francesa' o 'Vodafone registra los mayores n¨²meros rojos de la historia empresarial brit¨¢nica', son s¨®lo una muestra de un alarmismo bajo el que se esconden varios interrogantes. Por ejemplo, ?c¨®mo puede una empresa como Vodafone hacer p¨²blicas unas p¨¦rdidas de 26.000 millones de euros (4,3 billones de pesetas) sin que sus accionistas huyan despavoridos y sus clientes corran al distribuidor m¨¢s cercano para cambiar de compa?¨ªa de m¨®viles al d¨ªa siguiente? ?Alguna sociedad como ha ocurrido con AOL Time Warner se hubiera atrevido a presentar unas p¨¦rdidas s¨®lo en el primer trimestre del a?o de m¨¢s de 57.000 millones de euros, equivalente al gasto anual en pensiones en Espa?a?
En efecto, todas esas cifras reflejan una desastrosa gesti¨®n que se tradujo en compras multimillonarias en el bienio m¨¢gico (1999-2000), basadas en previsiones de negocio que se han demostrado ut¨®picas. En el caso de AOL, el error de c¨¢lculo fue may¨²sculo. La empresa de Internet que deslumbr¨® al mundo en 2000 con la compra del gigante medi¨¢tico Time Warner por 106.000 millones de d¨®lares tuvo que incluir en sus ¨²ltimas cuentas, correspondientes al primer trimestre de 2002, una provisi¨®n extraordinaria por depreciaci¨®n de activos de 54.000 millones de euros.
Pero Steve Case, el atribulado presidente de AOL, no estaba solo en el camino del desprop¨®sito. Las macrocompras realizadas entre 1999 y 2000, con la burbuja tecnol¨®gica en su punto m¨¢s ¨¢lgido, tentaron por igual a todos los grandes del sector como France T¨¦l¨¦com (con la adquisici¨®n de Orange), Vivendi (Seagram), Vodafone (Mannesmann y J-Phone), Deutsche Telekom (VoiceStream).
Sin embargo, los titulares con las p¨¦rdidas r¨¦cord que han encendido las alarmas se deben, en su mayor parte, a un apunte contable: la amortizaci¨®n de su fondo de comercio, la partida que refleja la diferencia entre el importe pagado por una adquisici¨®n y su valor en libros. As¨ª, los 26.170 millones de euros de p¨¦rdidas que acaba de notificar Vodafone para su ¨²ltimo ejercicio fiscal o los 13.600 millones de la francesa Vivendi Universal, no reflejan, como parece traslucirse a simple vista, una sangr¨ªa de fondos, sino la voluntad de reflejar en los balances cuanto antes la verdadera valoraci¨®n de los activos de la compa?¨ªa, sin que, por ello, se vea afectada la generaci¨®n de caja.
En ese esfuerzo de realismo contable, ha influido decisivamente el cambio que se ha producido en las normas contables de Estados Unidos (las Financial Accounting Standards Board), que permite a las compa?¨ªas justificar la devaluaci¨®n de sus activos como un mero apunte contable, de forma que se pueda ajustar mejor a la capitalizaci¨®n burs¨¢til que se supone que ya ha descontado previamente esa p¨¦rdida de valor. Dado el desplome de las acciones de todas las compa?¨ªas de telecomunicaciones, la mayor parte las cuales cotizan tambi¨¦n en Wall Street, esa norma ha producido una catarata de amortizaciones aceleradas que, de acuerdo al calendario y las pr¨¢cticas tradicionales, se hubieran demorado en un periodo de 10 a 20 a?os.
Efecto perverso
Pero dichas provisiones, a las que ni los analistas ni los bancos acreedores dan ning¨²n valor, han tenido, a su vez, un efecto perverso, pues al reflejarse crudamente sobre las cuentas han retroalimentado a su vez la corriente vendedora. 'La adquisici¨®n de activos de telecomunicaciones en los ¨²ltimos a?os a un precio muy superior al que registraban como valor contable, ha supuesto una generaci¨®n de fondo de comercio muy elevado. Sin embargo, el efecto real para las empresas adquirentes ya se tuvo en cuenta a trav¨¦s del aumento del n¨²mero de acciones para satisfacer el pago, con el consiguiente efecto dilutivo en el beneficio por acci¨®n o a trav¨¦s del aumento de la deuda para satisfacer el pago, con el consiguiente efecto negativo en el aumento de los costes financieros. Que actualmente se resalte las extraordinarias p¨¦rdidas de las operadoras por las amortizaciones del fondo de comercio generado (ya se amortice de forma acelerada o no) es volver a penalizar a las operadoras sin motivo, ya que no hay salida de caja como tal y se trata de un mero apunte contable', se?ala Nahum S¨¢nchez, analista de Caja Madrid Bolsa.
Este analista aconseja tomar como referencia la relaci¨®n existente entre la p¨¦rdida de capitalizaci¨®n burs¨¢til de estas compa?¨ªas desde que realizaron las compras con el fondo de comercio que se gener¨®, porque en el caso de que la primera sea superior al segundo, los activos se han ajustado en Bolsa m¨¢s de lo necesario, con lo que la penalizaci¨®n ha sido excesiva.
La fiebre de las amortizaciones aceleradas tiene por pacientes a los que dos a?os atr¨¢s se mostraron m¨¢s activos en la compras: France T¨¦l¨¦com ha multiplicado sus amortizaciones por cinco; Vivendi contabiliz¨® 15.700 millones aun a riesgo de batir r¨¦cords de p¨¦rdidas en Francia; la provisi¨®n de la holandesa KPN fue similar a su abultada deuda y Telecom Italia tradujo en las primeros n¨²meros rojos en 20 a?os sus write-off.
Pero la peligrosa moda de las amortizaciones tambi¨¦n comienza a asustar. Vodafone, que pensaba incluir amortizaciones por 42.000 millones de euros (para enjugar de golpe el sobreprecio pagada por Mannesmann) hubiera disparado sus p¨¦rdidas de 26.170 millones de euros. Pero Chris Gent, el cuestionado presidente de la multinacional brit¨¢nica, dio marcha atr¨¢s y se qued¨® en unas modestas amortizaciones de 9.720 millones de euros, bajo la peregrina excusa de que s¨®lo iba a provisionar los negocios de telefon¨ªa fija de sus compras porque no ve¨ªa razones para hacer lo mismo con su principal negocio.
Pero pese a que se pueda achacar parte de las p¨¦rdidas a la contabilidad, la crisis por la que atraviesa el sector es innegable: la avalan un nivel dram¨¢tico de deuda (s¨®lo la de las grandes operadoras europeas supera los 250.000 millones de euros) y el desplome burs¨¢til.
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