Los que est¨¢n 'nominados'
Si ustedes recibiesen una carta con el texto: 'El viernes, se celebra la noche del enmarcador. Una noche y una fiesta imprescindible para los enmarcadores' tambi¨¦n lo dejar¨ªan todo para asistir. Es en el hotel Hilton de Barcelona. Soy la primera en llegar, as¨ª que me entretengo leyendo la revista del sector. Como simpatizante, me interesa el reportaje: 'Toda una vida dedicada a la enmarcaci¨®n'. Unas p¨¢ginas m¨¢s adelante, se anuncia el cursillo: 'El paspart¨² es f¨¢cil', y no puedo evitar detenerme en la propaganda de Molduras Molgra. (Supongo que Molgra es una contracci¨®n po¨¦tica de 'molduras y grabados'). Su eslogan reza: 'No s¨®lo de molduras vive el enmarcador'. Muy cierto.
Los agremiados llegan y forman corros. Oigo como uno cuenta que ha visto en un Todo a Cien un cuadro de Manu Tenorio (contra el que -aclara- no tiene nada) por 7 euros. Otro explica que esta temporada la moldura se lleva lila. Cuando hace su aparici¨®n Oriol Pujol i Ferrusola, enmudecen. Felicito al presidente del gremio, se?or Olaria, por su poder de convocatoria, pero me susurra, cr¨ªptico: 'Es que est¨¢ nominado'. No comprendo a qu¨¦ puede estar nominado el hijo del presidente Pujol en una fiesta de enmarcadores, as¨ª que enseguida me ilustra: durante la cena, la periodista Mari Pau Huguet va a hacer entrega de los Premios Naranja y Lim¨®n del sector de la moldura. Oriol Pujol es candidato al Lim¨®n. ?Qu¨¦ les habr¨¢ hecho? No parece de la clase de persona que enmarca una Marilyn Monroe de Andy Warhol con un cristal y cuatro grapas. Le veo departir con destacados artesanos de la ensambladora, as¨ª que busco, mientras, a los dem¨¢s aspirantes. Me urge saber por qu¨¦ Molduras Goya merece el premio Naranja y en cambio Molduras Montxo merece el Lim¨®n. ?En qu¨¦ se diferencian? El se?or de Molduras Goya, muy eurovisivo, casi me abraza: '?Aunque no ganemos, estar entre los designados ya es lo m¨¢s grande!'. Y me explica, euf¨®rico, que es candidato porque organiz¨® una excursi¨®n divulgativa a su f¨¢brica de molduras. A su lado se encuentra un representante de la empresa P¨¢ginas Amarillas, candidata tambi¨¦n al Naranja por ese anuncio que hac¨ªan en el que los personajes, para disimular una mancha en la pared, le pon¨ªan un marco (?comprenden?). El tercer posible premio Naranja podr¨ªa ir a un comercial de la industria Intermol (supongo que otra po¨¦tica abreviaci¨®n de internacionales molduras) por su esmerado trato con el cliente. En una esquina, los que optan al Lim¨®n y sus allegados parecen m¨¢s tensos. Don Montxo, de Molduras Montxo, reconoce cabizbajo que la calidad de sus acabados este a?o ha sido inferior. Los de Fecsa-Endesa son candidatos por sus apagones (que tanto dolor y p¨¦rdidas han causado a los enmarcadores), pero no han venido. Oriol Pujol, al fin, me explica lo suyo: 'No asist¨ª a la fiesta del a?o pasado. Les avis¨¦ que no pod¨ªa ir, no soy due?o de mi tiempo. Pero, ya ve, estoy nominado'.
Fiesta de los enmarcadores en el Hilton. Hoy Van Gogh se estila poco. En cambio, tira mucho el punto de cruz
Para cenar, me siento entre el se?or de las P¨¢ginas Amarillas y el se?or de Intermol (que ha venido con su madre). Frente a nosotros est¨¢ el afligido due?o de Molduras Montxo. El centro de mesa consiste en una bandeja de cristal azul que contiene seis hojas de lechuga morada y un pomelo. Nos traen el primer plato, y es una ensalada del mismo tipo de lechuga morada. Nuestra conversaci¨®n, como es l¨®gico, gira exclusivamente en torno a la moldura. Don Montxo, el se?or de Intermol y su madre, convertidos en el Harold Bloom del enmarcado, me revelan el canon. En Andaluc¨ªa el marco que m¨¢s se vende es el dorado y brillante. En Valencia gusta que tenga flores o mucho color. En Castilla-La Mancha se prefieren los elegantes nogales. En el Pa¨ªs Vasco sale mucho 'el tema chapa' y con moldura m¨¢s cl¨¢sica. En Catalu?a, 'lo modernito' pero sencillo, el marco liso y de un solo color. Y en Madrid los dobles paspart¨²s.
Al terminar el segundo plato, mis amables interlocutores ya comentan el evidente retroceso del impresionismo. '?Qu¨¦ le pasa a Van Gogh?', se preguntan, con raz¨®n. Porque resulta que la reproducci¨®n que m¨¢s se enmarca actualmente es El beso, de Klimt, seguido del Guernica, de Picasso, y El Cristo de Port Lligat, de Dal¨ª. 'Atr¨¢s quedan esos tiempos', suspira el se?or de Molduras Montxo, 'en que la supremac¨ªa era para La habitaci¨®n del artista o para el Autorretrato'. Con la llegada de los postres, se sinceran del todo: lo m¨¢s enmarcado de los ¨²ltimos tiempos son las labores de punto. 'Por favor, usted que puede sacarlo a la luz', me ruega, muy seria, la madre del se?or de Intermol, 'escriba, escriba que el gran problema de ponerle un marco a la labor es el ribete'. Todos asienten, graves. 'Si usted', prosigue la madre, 'le hace un ribete a su labor, es tan dif¨ªcil -por no decir imposible- que le quede recto... Comprenda que el profesional no puede hacer milagros'. En la mesa, todo el mundo exclama: 'Ese ribete... Ese ribete nos mata'. Y cuando se apagan las luces para la entrega de premios, todav¨ªa tienen tiempo de susurrarme que en la d¨¦cada de 1980 se enmarcaban los hologramas en tres dimensiones, que no daban estos problemas. 'Ay, el ribete', suspiran una vez m¨¢s.
Nota: Se les informa de que en la redacci¨®n de esta cr¨®nica se ha descartado, no sin dolor, el t¨ªtulo: Un marco incomparable, porque es demasiado po¨¦tico.
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