'Los latinoamericanos necesitamos publicar en Espa?a'
Santiago Gamboa (Bogot¨¢, 1965) nos conquist¨® hace cinco a?os con Perder es cuesti¨®n de m¨¦todo (Mondadori), una novela negra redonda que nos descubre una Bogot¨¢ urbana. Ahora, con su nuevo libro, Los impostores (Seix Barral), nos lleva a China, donde desarrolla una trama de espionaje bien trabada, con una excelente estructura en la que alterna la primera persona con el estilo indirecto, con personajes bien construidos, llena de referencias literarias, pero no erudita, con iron¨ªa y humor.
Tres personajes, los impostores, coinciden en Pek¨ªn y, sin ellos saberlo, se ven envueltos en la b¨²squeda de un valioso manuscrito que ha desaparecido. Son Su¨¢rez Salcedo, un periodista colombiano afincado en Par¨ªs al que env¨ªan a Pek¨ªn para hacer un supuesto reportaje sobre el catolicismo en China; el sin¨®logo alem¨¢n Gisbert Klauss, que viaja en pos de un sue?o, y el chino-peruano Chouch¨¦n Ot¨¢lora, profesor de literatura que va en busca de sus or¨ªgenes.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es un impostor Su¨¢rez Salcedo?
Respuesta. Es el prototipo del 'escritor frustrado pasivo', alguien que no tuvo el coraje de continuar tras su primer fracaso unido a un desenga?o amoroso; en su caso, no se trata de una impostura voluntaria sino tr¨¢gica. En China acepta disfrazarse de algo parecido a un h¨¦roe, empujado por las circunstancias, y se encuentra viviendo una vida que no es la suya. Sale enriquecido, aunque sufre una decepci¨®n amorosa.
P. ?Por qu¨¦ es un impostor el profesor Klauss?
R. Es diferente. Su acercamiento a la literatura se ancla en la pasi¨®n filol¨®gica y en un amor de lector. Su vanidad es querer dar un aporte fundamental a la ciencia filol¨®gica, y su impostura, positiva, consiste en lanzarse a una aventura que no est¨¢ prevista en su vida y para la que no est¨¢ preparado. Sale enriquecido, aunque casi lo matan.
P. El m¨¢s malo de todos, pero quiz¨¢ el personaje m¨¢s logrado, es Chouch¨¦n Ot¨¢lora. La descripci¨®n que hace del mundo acad¨¦mico es terror¨ªfica.
R. Puedo asegurar que la mayor¨ªa de las maldades de Ot¨¢lora est¨¢n documentadas en la realidad.
P. Ot¨¢lora dice que si un autor latinoamericano quiere ser conocido debe pasar antes por Espa?a. ?Eso es cierto?
R. No me cabe ninguna duda. Para los escritores latinoamericanos, es absolutamente necesario publicar en Espa?a. Observe un hecho: s¨®lo los latinoamericanos publicados en Espa?a hacen giras de presentaci¨®n por los dem¨¢s pa¨ªses latinoamericanos y, porcentualmente, es rar¨ªsimo encontrar a un latinoamericano traducido a alguna lengua europea que no haya sido antes publicado en Espa?a.
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® China como escenario de su novela?
R. Me hac¨ªa falta un lugar en el que los personajes tuvieran la sensaci¨®n de no comprender la totalidad de lo que estaba pasando. El meollo de la historia se alimenta de malentendidos que s¨®lo son cre¨ªbles en un lugar donde los personajes est¨¢n algo perdidos. La historia no funcionar¨ªa si estuviera ambientada en Ciudad de M¨¦xico o en Bruselas.
P. Se nota que se siente fascinado por ese pa¨ªs.
R. Creo que tenemos mucho que aprender de China. Ellos han aprendido a introducir en la vida cotidiana peque?as dosis de espiritualidad laica, unida a los ejercicios y al budismo, que los hace ser humanos. Adem¨¢s, siento una gran fascinaci¨®n por Pek¨ªn, ciudad que he visitado ya tres veces, en la que tengo amigos.
Babelia
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