El Festival de Teatro de Sitges recupera la calidad y el p¨²blico
Los montajes 'Gore' y 'A de Srebrenica', entre los grandes aciertos
Ayer concluy¨® Sitges Teatre Internacional, un festival que ha presentado a lo largo de m¨¢s de una semana (desde el 31 de mayo) una serie de montajes que siguen las l¨ªneas de las nuevas dramaturgias y la creaci¨®n contempor¨¢nea. Con un 70% de estrenos absolutos, es evidente el riesgo al que se enfrenta este festival, si bien la respuesta del p¨²blico ha sido muy favorable, lo que en cifras se tradujo en un 75% de ocupaci¨®n y m¨¢s de 6.000 espectadores, las mejores cifras de los ¨²ltimos a?os.
Si el fin de semana pasado fueron Mal Pelo y Jan Fabre los triunfadores, a lo largo de esta semana se ha venido produciendo un goteo de aciertos en todos los frentes, entre los que cabe destacar a los grandes triunfadores de esta edici¨®n de Sitges: el grupo argentino Pacu, formado por jovenc¨ªsimos actores reci¨¦n licenciados. Con Gore, del autor y director Javier Daulte, construyen una fascinante historia de marcianos que ha sido la mayor sorpresa del festival, tanto por lo imaginativo de la historia que narra como por la indudable calidad esc¨¦nica del espect¨¢culo que presentaron.
Con enorme expectaci¨®n lleg¨® a Sitges el montaje del Royal Court Theatre del ¨²ltimo texto de la autora brit¨¢nica Sarah Kane, 4.48 Psychosis, dirigido por James Macdonald. Kane analiza aqu¨ª la depresi¨®n y explica, en cierto modo, el proceso de una enfermedad que a ella la llev¨® al suicidio un mes despu¨¦s de acabar su obra. La puesta en escena es de una belleza singular. Tres personajes encerrados en un cuadril¨¢tero blanco y reflejados en un inmenso espejo que cuelga sobre sus cabezas. Con todo, el montaje no resulta lo bastante contundente como para hacer que este texto adquiera la torturada violencia que caracteriza el teatro de esta autora desaparecida, a los 28 a?os, en 1999.
Excepcional fue el mon¨®logo A de Srebrenica, de los italianos Laborotario Teatro Settimo, un texto de Giovanna Giovannozzi que relata, como una aut¨¦ntica pedrada en la frente del p¨²blico, el horror de la guerra de Bosnia. Tiene la apariencia de un cuento, un cuento brutal que, simplemente, relata el abandono al que la comunidad internacional someti¨® a la ciudad de Srebrenica con un coste de 12.000 muertos.
Entre los espect¨¢culos nacionales, es necesario destacar la bell¨ªsima coreograf¨ªa In situ, de los catalanes Lapsus Dansa, donde Alexis Eupierre crea un espect¨¢culo inteligente, de un humor g¨¦lido, casi cortante, y de una belleza que podr¨ªa definirse como exacta. Gust¨® igualmente A brazo partido, de los gallegos Matarile Teatro, un espect¨¢culo que es, en el fondo, como un cabaret fantasma, poblado por personajes que bien podr¨ªan aparecer en las p¨¢ginas de un Valle-Incl¨¢n moderno. Y, finalmente, El somriure del guanyador, de Gerard V¨¢zquez, con la excelente puesta en escena de Robert Torres, que reflexiona sobre la memoria hist¨®rica de un siglo que tiene en Auschwitz un punto de no retorno.
Estos son los espect¨¢culos que han puntuado un festival que, tras algunos a?os de andar perdido a la deriva, parece haber encontrado en esta l¨ªnea de ¨²ltima creaci¨®n y de peque?o formato un territorio fecundo. Por otra parte, el festival se ha demostrado efectivo en su capacidad de ser puerta de entrada a Catalu?a de espect¨¢culos de corte experimental procedentes del resto de Espa?a, un aspecto en el que abundar¨¢ en pr¨®ximos ediciones, propiciando la interrelaci¨®n y la coproducci¨®n con otros festivales, como el madrile?o Escena Contempor¨¢nea.
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