S? PERO NO (O LA FRASE INCONCLUSA)

Era una verdad a medias. Para completarla tuvo que intervenir hasta el mism¨ªsimo presidente de la Rep¨²blica de Austria, Thomas Klestil. Porque tanto el municipio como la regi¨®n de Salzburgo se resist¨ªan a cambiar la placa colocada sobre el muro de la residencia, en el casco hist¨®rico de la ciudad. A la vista de todos los turistas se lee la cita: 'En Salzburgo he pasado las horas m¨¢s felices de mi vida'. Firmado: Theodor Herzl (1860-1904). Pero aqu¨ª falta la segunda parte de la frase de aquel periodista y jurista, fundador del sionismo y de la idea de Israel: '... me hubiese gustado quedarme, pero por ser jud¨ªo aqu¨ª nunca hubiera alcanzado el cargo de juez'. Han sido arduas las disputas en torno al rescate de estas palabras de Herzl. Hubo denuncias contra el artista alem¨¢n Wolfram Karnter por atreverse a completar a mano y sin permiso la frase inconclusa. Hubo tambi¨¦n ciudadanos que se unieron para reivindicar que se expusiera el testimonio de aquel pasado antisemita, aunque estropease la pulcra imagen de la urbe alpina o sacara a relucir prejuicios ocultos pero a¨²n vigentes. Y hubo, finalmente, una respuesta positiva despu¨¦s de que el presidente de la Rep¨²blica pidiera al alcalde de Salzburgo, Heinz Schaden, un atisbo de la verdad completa.-