'Es necesario un nuevo equilibrio entre las libertades y los poderes policiales'
Richard Haass, director de planificaci¨®n pol¨ªtica del Departamento de Estado, pertenece al c¨ªrcul ¨ªntimo de colaboradores del secretario Colin Powell y sus opiniones son siempre atentamente escuchadas en Washington. Haass (Brooklyn, 1951) es autor de nueve libros sobre pol¨ªtica exterior, entre ellos El Sheriff Reticente, un an¨¢lisis del papel de EE UU tras la guerra fr¨ªa. Los atentados del 11-S, sostiene, han dejado obsoleta su tesis y han forzado a Washington a retomar el papel de polic¨ªa activo. Haass defiende 'un nuevo equilibrio' entre las libertades individuales y los poderes de los cuerpos policiales para luchar contra el terrorismo.
Pregunta. ?C¨®mo ha cambiado la pol¨ªtica exterior de EE UU tras el 11-S? ?Es todav¨ªa ese sheriff reticente?
Respuesta. Si escribiera el libro hoy no lo llamar¨ªa El Sheriff Reticente. Quiz¨¢ lo titular¨ªa El Sheriff resuelto, o El Sheriff determinado. Lo que nos hizo reticentes al final de la guerra fr¨ªa fue que tuvimos una oportunidad para relajarnos. Los gastos de defensa bajaron durante los a?os noventa y ahora le hemos dado la vuelta a la situaci¨®n: aumentan los gastos militares, los gastos en espionaje, en diplomacia y en ayuda exterior. Cuando perdimos algunos soldados en Afganist¨¢n, nadie en el Congreso o en la opini¨®n p¨²blica dijo 'traigan a los soldados a casa'. Todo el mundo comprendi¨® lo que hac¨ªamos all¨ª. Ahora hay mucha gente joven que quiere hacer carrera en la diplomacia, en los Cuerpos de Paz, en las Fuerzas Armadas, en la CIA... Hace diez a?os, los j¨®venes m¨¢s brillantes quer¨ªan ir a Wall Street a ganar millones con las puntocoms y ahora muchos quieren trabajar en la Administraci¨®n. Creo que los norteamericanos han aprendido de manera tr¨¢gica que el mundo es todav¨ªa un lugar peligroso y tras el 11-S han comprendido que si no nos implicamos en el mundo, el mundo se implicar¨¢ con nosotros... Hemos aprendido que hay que cooperar con los dem¨¢s en la resoluci¨®n de los problemas.
P. ?Es posible derrotar a Al Qaeda s¨®lo con la fuerza o hay soluciones pol¨ªticas?
R. Creo que para Al Qaeda no hay soluci¨®n pol¨ªtica que valga, porque sus objetivos son demasiado grandes. Cuando los objetivos de un grupo terrorista son m¨¢s limitados, puedes pensar en satisfacerlos de alg¨²n modo, pero los de Al Qaeda son demasiado ambiciosos, casi existenciales. No hay manera posible de satisfacerlos, y hay que combatirlos, pero no s¨®lo con la fuerza militar. La herramienta fundamental contra Al Qaeda es la informaci¨®n.
P. ?No hay peligro para las libertades individuales si se pone el ¨¦nfasis en las medidas policiales?
R. Toda sociedad tiene que decidir por s¨ª misma cu¨¢l es el mejor equilibrio entre protegerse de las amenazas, externas o internas, y preservar las libertades individuales. EE UU, hist¨®ricamente, ha favorecido a las libertades individuales. Una de las cuestiones leg¨ªtimas que debemos plantearnos tras el 11-S es si necesitamos corregir ese equilibrio. No estoy hablando de un cambio dr¨¢stico. Posiblemente seguiremos siendo la sociedad m¨¢s abierta del mundo, aunque quiz¨¢ algo menos abierta, con mayor protecci¨®n de nuestras fronteras, mayores poderes para nuestras organizaciones (policiales) para averiguar si hay gente preparando delitos. Era rid¨ªculo que el FBI no pudiera tomar determinadas medidas contra presuntos terroristas por no tener las evidencias que se necesitan normalmente para un procesamiento judicial. Una de las cosas que hemos aprendido en esta era de la globalizaci¨®n es que la distinci¨®n entre lo que sucede fuera y dentro de nuestras fronteras est¨¢ desapareciendo. Tendremos que encontrar un nuevo equilibrio entre las libertades individuales y los poderes policiales que tendr¨¢ que inclinarse un poco hacia los poderes policiales. Creo que este debate es saludable para la democracia.
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