La visi¨®n de Gemma
El viernes, a mediod¨ªa, Gemma Nierga sali¨® a la calle en Barcelona y la vio desierta, como barrida por un tornado; la periodista vio aquel espect¨¢culo como si estuviera contemplando la abducci¨®n de la humanidad por alg¨²n misterioso aparato ultraplanetario. Al llegar a la Cadena SER, en la que dirige La Ventana, se dio cuenta de que esa atm¨®sfera fantasmag¨®rica era consecuencia de la selecci¨®n espa?ola. Con el ojo que alg¨²n dios le dio para ver qu¨¦ pasa y hacerlo programa de radio, llam¨® a oficinas y gabinetes; quer¨ªa comprobar qu¨¦ hac¨ªan los ejecutivos habitualmente reunidos. El reportaje mostr¨® una Espa?a sentada a deshora viendo el triunfo de un equipo que siempre hab¨ªa jugado a destiempo, pero nunca una hora antes de comer.
Ayer se repiti¨® la historia, al menos en Madrid: a mediod¨ªa, la Gran V¨ªa parec¨ªa la calle mayor de una ciudad de hace 30 a?os con sus taxis cansinos regresando de ninguna parte, dominados por conductores excitados ante la perspectiva de ser ciudadanos de un pa¨ªs que triunfa. ?Un pa¨ªs que triunfa! Nadie se lo acaba de creer: en la radio, cuando se produce el empate, los que comentan el lance ya empiezan a ver despuntar los defectos, pero cuando Ra¨²l rectifica ya no queda m¨¢s remedio que aceptar que a lo mejor esa apuesta inglesa por Espa?a no va tan descaminada. Pero a alguno se le ocurre mentar los goles que ha recibido el equipo y ah¨ª empieza otra vez el temblor: triunfamos, pero estamos siempre al borde del fracaso.
Espa?a gana con ganas y pierde con el mismo entusiasmo: la gente est¨¢ preparada para perder y se pone la venda antes de la herida: hemos recibido muchos goles, no nos hagamos ilusiones, dicen por si los surafricanos echan a perder lo que parece un triunfo. Pero termina el partido y la carambola hace que nuestros amigos paraguayos -?Chilavert, devu¨¦lvele la camiseta a Casillas!- sigan y el pa¨ªs, sentado ante el televisor, se prepara para una siesta que se prolongar¨¢, ahora s¨ª en domingo, cuando Irlanda nos devuelva a la realidad.
Ahora esa Espa?a a la que Gemma Nierga vio reunida ante el televisor vivir¨¢ en un sue?o que se parece al de la lechera con su c¨¢ntaro. Desde aqu¨ª lloramos por los c¨¢ntaros rotos, y el primero es el argentino. Los argentinos hicieron un v¨ªdeo en el que Maradona incitaba a sus paisanos a despertar para apoyar a su equipo sentados ante el televisor. Ayer ni ese apoyo salv¨® del fracaso a los antiguos campeones; despertar para eso. ?Y Francia? Como dice P¨¦rez Reverte, no se puede ganar siempre. Por Argentina lloro, c¨®mo no. Por Francia ya llora bastante gente. ?Y Espa?a? No la molesten, est¨¢ reunida celebrando su victoria.
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