La amenaza a la huelga
La lucha de este Gobierno contra la huelga tiene una trascendencia grande: es un paso global contra el derecho y la pr¨¢ctica de las huelgas. Recordemos que son legales, y s¨®lo en algunos pa¨ªses, desde hace poco m¨¢s de un siglo. En Espa?a, desde la equ¨ªvoca y astuta Constituci¨®n. Ahora estamos en el regreso: en el paso del p¨¦ndulo a la derecha. La historia termin¨®, por decreto-ley, a la ca¨ªda del comunismo en la URSS, y el camino de los intercambios se acab¨®. Se fue dando a los revolucionarios, aparte de c¨¢rceles o tiros en la nuca, y de divisiones, fragmentaciones y transfuguismo, vacaciones pagadas, propiedad fingida, medicina, y unas ciertas costumbres libres en materia sexual y amorosa. Poco a poco se van suprimiendo. Precedidas siempre de amenazas: dentro de poco no habr¨¢ pensiones, nos estamos comiendo la santa econom¨ªa, y destrozamos 'Espa?a' como sin¨®nimo de Gloria.
La huelga era una conquista democr¨¢tica: una revoluci¨®n sin sangre -aunque en el lenguaje se siga llamando 'el arma de la huelga'-, de forma que se estableciese un falso equilibrio entre el capitalismo y la socializaci¨®n, que ya empezaba a descomponerse. Un pacto y unos lenguajes: servicios m¨ªnimos, libertad de trabajo para el esquirol, arbitrajes, mediaci¨®n gubernamental, que ahora es imposible porque capitalismo y Gobierno son una misma cosa; y pol¨ªtica y trabajo, tambi¨¦n.
Estos caminos del p¨¦ndulo hacia la extrema derecha se aceleran. Las tres medidas de Aznar contra la inmigraci¨®n y la que soltar¨¢ el 21 en la conferencia de Sevilla muestran la prisa. No es suya: es del mundo en el que ahora ocupa una plaza de turno y quiere aprovecharla. Las medidas que toma constituyen una acci¨®n europea: o sea, tambi¨¦n de EE UU, que mientras lanza mensajes sobre bombas sucias (las suyas son como patenas), agresiones globales, y todo lo dem¨¢s, que se refleja sobre el inmigrante. ?Qui¨¦n sabe si en su mochila llevar¨¢ un kilo de uranio sucio? La huelga del 20 tiene unas razones de ser, pero la forma en que se lanz¨® como decreto, la negativa a conversar, la falta de arbitraje, la nulidad parlamentaria, parece que es una provocaci¨®n a la que seguir¨¢ una ley europea contra la huelga en general. Es un paso m¨¢s del p¨¦ndulo. En la f¨ªsica, el p¨¦ndulo tiene un punto en el que se detiene y cambia de direcci¨®n. Quiz¨¢ pase algo as¨ª en esta huelga y ayude al cambio de direcci¨®n.
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