'Cielito lindo'
M¨¦xico festeja su f¨²tbol; Italia, su cl¨¢sico dominio del c¨¢lculo aritm¨¦tico
Minuto 0: Italia, clasificada. Minuto 34 en Oita: gol del mexicano Borgetti: Italia est¨¢ eliminada. Minuto 48 en Yokohama: gol del ecuatoriano M¨¦ndez: Italia vuelve a estar clasificada. Minuto 85 en Oiti: gol de Del Piero: Italia apuntala su pase a los octavos de final. Minuto 90: Italia y M¨¦xico no quieren seguir jugando porque Croacia ha perdido. El ¨¢rbitro se ve obligado a ahorrarse un minuto de los cuatro de prolongaci¨®n porque no hay partido. Italia se clasifica y el Mundial tiembla porque cuando lo anterior ocurre suele salir campeona.
La sensaci¨®n de ver el M¨¦xico-Italia y el Ecuador-Croacia a la vez en dos televisores produce una situaci¨®n trepidante, tan esquizofr¨¦nica como enga?osa. Realidad virtual porque al final ocurri¨® lo previsible: M¨¦xico alcanz¨® los octavos como acostumbra -lo consigui¨® en los dos ¨²ltimos Mundiales y en el anterior incluso lleg¨® a los cuartos- e Italia cort¨® su hemorragia con una transfusi¨®n ajena, de Ecuador.
Italia es ciencia pura. 'Madurez', lo llam¨® ayer su seleccionador, Giovanni Trappatoni. Recu¨¦rdese sin ir m¨¢s lejos Espa?a 82 y su lamentable paso por Galicia en la primera fase: tres empates. Luego, fue campeona con un f¨²tbol soberbio. Tan fiel a la tradici¨®n es Italia que cada Mundial propone la misma pol¨¦mica: enfrentar a dos grandes jugadores que el t¨¦cnico considera incompatibles. Del Piero, ¨²ltimamente, es uno de ellos. Su rival, antes Baggio, es ahora Totti. Ayer se resarci¨®. A falta de cinco minutos, Italia dio un paso adelante: meti¨® a Del Piero y se baj¨® del alambre, no fuera que Croacia, en un rebote, marcara un gol.
Menos le importaba el repaso t¨¢ctico, t¨¦cnico y an¨ªmico que le dio M¨¦xico, un equipo que sac¨® a los aficionados a la calle a cantar Cielito lindo. No en vano ya han tocado el cielo llegando a donde sol¨ªan. La canci¨®n val¨ªa para Italia, que tiene a bien encomendarse al cielo y a la aritm¨¦tica cuando las cosas se tuercen, hasta el punto de que hay quien piensa que lo hace a prop¨®sito.
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