Italia se salva por los pelos

No es la primera vez que ocurre. Italia empieza un Mundial jugando regular y pasa a la segunda fase por los pelos. M¨¦xico, jugando un f¨²tbol admirablemente prolijo, mereci¨® ganar el Grupo G tanto como el empate de anoche en un partido de alta categor¨ªa. Espa?a habr¨ªa preferido otro resultado, ya que ahora lo probable es que se tenga que medir con Italia en los cuartos de final y no en las semifinales como esperaba.

Una de las cosas que no se aguardaban era que M¨¦xico, que sufri¨® para clasificarse para la cita asi¨¢tica, quedar¨ªa el primero en un dif¨ªcil grupo y por el c¨®modo margen de tres puntos. Porque, aunque Italia tuvo m¨¢s ocasiones claras, se adue?¨® del medio campo, mantuvo la posesi¨®n del bal¨®n durante casi todo el encuentro y complic¨® la vida al rival con un juego paciente y controlado. Justamente lo que no les gusta a los italianos, cuya arma ofensiva es el bal¨®n largo y el contraataque. Les gust¨® menos todav¨ªa cuando los mexicanos, animados por una maravillosa hinchada, se adelantaron con un fin¨ªsimo golpe de cabeza de Borgetti en el minuto 34 tras un centro del vallisoletano Cuauht¨¦moc Blanco.

Hasta ese momento hab¨ªa sido Italia la que hab¨ªa amenazado con adelantarse en el marcador. Giovanni Trappatoni hab¨ªa tomado la decisi¨®n, por primera vez en el torneo, de empezar un partido con tres jugadores ofensivos de titulares: Vieri, Totti y, tambi¨¦n, Inzaghi. Para Trap, toda un revoluci¨®n. Pero no le quedaba otra. Se cre¨ªa que Croacia ganar¨ªa a Ecuador e Italia sali¨® con la idea de que se morir¨ªa si no venc¨ªa.

Cuando uno de los jueces de l¨ªnea anul¨® lo que parec¨ªa haber sido un leg¨ªtimo gol de Inzaghi en el minuto 12, uno empezaba a pensar no s¨®lo que se iba a repetir la mala suerte arbitral que Italia tuvo en el encuentro que perdi¨® (1-2) contra Croacia, sino que tambi¨¦n, como fue el caso de Argentina, el destino estaba irremediablemente en su contra en el Mundial de Corea y Jap¨®n.

Esa impresi¨®n se fortaleci¨® seis minutos m¨¢s tarde, cuando Totti, el ¨²nico fantasista que Trappatoni se da el lujo de colocar en su once inicial, err¨® una ocasi¨®n estando solo ante el portero: habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil meter el bal¨®n dentro de la red que fuera de ella.

Durante el primer tercio del partido, M¨¦xico, por m¨¢s control del bal¨®n que tuviera, demostr¨® una nula efectividad al acercarse al ¨¢rea italiana. La retaguardia azzurra absorb¨ªa los intentos de ataque mexicanos como una serpiente los conejos. Y, cuando contraatacaba, Inzaghi, r¨¢pido y m¨¢s fuerte de lo que parece, causaba confusi¨®n en la zaga americana —m¨¢s confusi¨®n que Vieri, que estuvo bien custodiado por el central, M¨¢rquez, a lo largo del partido—. M¨¦xico tocaba y tocaba, pero fue Totti el que roz¨® el palo con un lanzamiento de falta. De los dos porteros fue P¨¦rez el que tuvo que estar m¨¢s alerta.

As¨ª hasta que Borgetti sorprendi¨® a un Buffon, que hab¨ªa visto el juego m¨¢s que participado en ¨¦l y, de repente, el esquema italiano se rompi¨® en pedazos. M¨¦xico creci¨® en confianza y autoridad y necesit¨® una entrada impecable de Cannavaro en el minuto 38 para bloquear otro bal¨®n de Borgetti con rumbo a la red. Los italianos, tocados, obligados a jugar contra su natura, ol¨ªan la derrota. Totti, frustrado por el dominio mexicano, se tir¨® a la piscina al borde del ¨¢rea y se gan¨® una tarjeta amarilla. Todo un s¨ªntoma.

Y, aunque Italia comenz¨® el segundo tiempo como un torbellino, con tres ocasiones de gol en tres minutos, el juego paciente, disciplinado, de M¨¦xico se volvi¨® a imponer. Trappatoni sustituy¨® a Inzaghi por Montella, pero los mexicanos, ante la obligaci¨®n de los italianos de salir a la aventura, comenzaron a encontrar huecos por las bandas. Arellano, por la izquierda, incluso hizo sufrir al gran Maldini, que quiz¨¢s est¨¦ empezando a resentirse por sus casi 34 a?os de edad.

La ¨²ltima apuesta de Trappatoni fue sacar a Del Piero, y no por un defensa, sino por Totti. Faltando 15 minutos, era inevitable que Italia, por fin, tomara la iniciativa. Pero P¨¦rez, un portero s¨®lido y valiente, estuvo a la altura del desaf¨ªo. Hasta que Del Piero apareci¨® por la espalda de la defensa mexicana y aprovech¨® un bal¨®n de Monetalla, que hab¨ªa desperdiciado una ocasi¨®n de oro segundos antes, para cabecear el gol del empate en el minuto 85.

Al pitar el arbitro brasile?o el final del partido, todos los jugadores y todos los aficionados, italianos y mexicanos, festejaron el resultado con alivio y alegr¨ªa. Cosa rara en un estadio de f¨²tbol. Pero est¨¢ siendo un raro Mundial y sobrevivir es lo que cuenta.