El despegue de Ronaldo
Un costur¨®n imponente recorre la rodilla derecha de Ronaldo. Es una cremallera que nace en el muslo y termina cuatro o cinco dedos por debajo de la rodilla. Impresiona porque parece una herida de guerra. La herida de un cojo ametrallado.
No parece posible sobreponerse a eso. Ese tipo de se?ales indican el fin de un futbolista. Pero aqu¨ª est¨¢ Ronaldo, dispuesto a romper pron¨®sticos.
El astro brasile?o no s¨®lo juega la Copa del Mundo -algo impensable para mucha gente-, sino que est¨¢ decidido a protagonizarlo.
En la primera fase ha marcado tres goles y se le podr¨ªa atribuir uno m¨¢s, el que marc¨® el costarricense Mar¨ªn en su propia puerta. El defensor golpe¨® el bal¨®n, pero ven¨ªa tan exigido por Ronaldo que esa jugada era un gol seguro.
Todo el mundo quiere cuantificar el estado de Ronaldo. Unos dicen que se encuentra al 50% de su nivel anterior. Luiz Felipe Scolari, el seleccionador canarinho, dijo que se sentir¨ªa satisfecho si su delantero alcanzaba el 60%. Algunos lo sit¨²an en el 70%.
Son ganas de medir lo que parece imposible. Probablemente Ronaldo no se aproxima todav¨ªa al jugador que naci¨® para discutir la jerarqu¨ªa a Maradona y Pel¨¦. En esos t¨¦rminos, Ronaldo no es el marciano apabullante de su juventud, pero lo que tiene -cualquiera que sea el porcentaje que se le adjudique- es suficiente para provocar sudores fr¨ªos en los mejores defensas.
Nada produce m¨¢s satisfacci¨®n que verle en el campo. Obliga a pensar en una recompensa del f¨²tbol, tantas veces cruel.
Ronaldo hab¨ªa entrado en una fase terrible que comenz¨® precisamente en un Mundial. En el de Francia 98. Nunca un jugador hab¨ªa despertado tantas expectativas en todos los ¨®rdenes, especialmente los comerciales. Y pocas veces se escuch¨® una historia tan triste como la suya en la final de Par¨ªs: su reacci¨®n a un analg¨¦sico infiltrado en la rodilla, el traslado urgente a un hospital, los rumores alarmantes, su inclusi¨®n en el equipo por razones nunca bien explicadas... La derrota.
Desde entonces se le ha visto penar, como si el destino le hubiera retirado el saludo. Lesiones grav¨ªsimas con roturas de ligamentos y del tend¨®n rotuliano, tres operaciones, casi tres temporadas perdidas, la sensaci¨®n de que todo hab¨ªa acabado...
Y no: resulta que la excepcionalidad de Ronaldo va m¨¢s all¨¢ de sus condiciones como futbolista. Su cuerpo y su voluntad tambi¨¦n responden como ning¨²n otro. Ha regresado y lo ha hecho por encima de los pron¨®sticos. Si est¨¢ al 50%, al 60% o al 70%, es igual. Todav¨ªa es un jugadorazo.
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