?Menuda cantante!

La bell¨ªsima Shirley Manson y sus socios musicales volvieron a demostrar que Garbage es una de las pocas alternativas claras que tiene en 2002 el rock sin excesos, pre?ado de pop y de sonidos sugestivos; con fuerza y delicadeza a partes iguales.

Ataviada con camiseta blanca de tirantes que realzaba todas y cada una de sus curvas, pantalones de camuflaje militar y corte de pelo a lo chico y te?ido de rubio platino, Shirley Manson irrumpi¨® en escena ante el rugido de una multitud que hac¨ªa de la sala un repleto espacio sin ox¨ªgeno.

Desde el principio se ech¨® de menos a los tambores al bater¨ªa y aut¨¦ntico cerebro del grupo, el productor Butch Vig, quien tuvo que quedarse en casa a causa de una infecci¨®n de o¨ªdo.

En su lugar, se trajeron al experimentado Matt Walker, quien fuera miembro de Veruca Salt y Smashing Pumpkins, y la sustituci¨®n no decepcion¨® en absoluto.

La banda son¨® con la misma contundencia y riqueza de matices que lo hace en sus discos; combinando la ejecuci¨®n de los argumentos b¨¢sicos del rock con la aportaci¨®n de un entretejido de sonidos programados que adornan con la riqueza de lo moderno un esquema musical que cada vez se va alejando m¨¢s de los planteamientos iniciales del grupo -sombr¨ªas intenciones herederas de bandas como My Bloody Valentine- y entra de manera decidida en los del rock convencional.

Un planteamiento ¨¦ste para el que el entusiasmo desmedido que la banda levanta en sus actuaciones en directo es el complemento ideal.

Garbage ofreci¨® de nuevo un potente concierto que volvi¨® a colmar las expectativas del p¨²blico, produciendo una de esas noches grandiosas, como la que tuvo lugar en su anterior visita a nuestro pa¨ªs hace unos a?os.

Push it inici¨® la descarga sonora, que tuvo su primera incursi¨®n en lo sensual con Androgyny y Shirley gritando en castellano '?Chicos! ?Chicas!'. Con su voz fr¨ªa, su actitud esc¨¦nica y sus movimientos hipnotizantes, la cantante va camino de una suerte de punki pop erotizado que le va al pelo.

Un tobog¨¢n

En una actuaci¨®n en la que la intensidad no decay¨® en un solo instante, el grupo subi¨® y baj¨® por el tobog¨¢n de un repertorio que combina dinamismo y estribillos o coros bien participativos, como en el archiconocido tema When i grow up, con ambientes sonoros m¨¢s oscuros y misteriosos -el tema Milk es un ejemplo-.

Shirley agradeci¨® con unas palabras en castellano la maravillosa acogida que esta banda de Winsconsin tiene cada vez que visita nuestro pa¨ªs y, tras un bis de dos temas y ante el inagotable aplauso de un p¨²blico que se negaba a abandonar la sala, se vio obligada a aparecer de nuevo en escena cuando ya las luces del recinto estaban encendidas y los t¨¦cnicos comenzaban a apagar los amplificadores, para improvisar -obviamente, el bater¨ªa no conoc¨ªa todo el repertorio del grupo- otro de sus viejos ¨¦xitos: Queer.

Con conciertos as¨ª, no es raro que Garbage, pese a no vender tanto como las megaestrellas del pop, se haga un sitio por muchos a?os en el coraz¨®n de los aficionados del rock espa?oles. Claro, que con una cantante como Shirley, la verdad, no es de extra?ar.