La generaci¨®n perdida
Los portugueses que ganaron los Mundiales juveniles de 1989 y 1991 fracasan como adultos
Portugal ha envejecido de mala manera despu¨¦s de una hermosa adolescencia. La misma generaci¨®n que conquist¨® los Mundiales juveniles de 1989 y 1991, el equipo de los Figo, Rui Costa, Jorge Costa y Jo?o Pinto, claudic¨®, ya de mayor, en Corea y Jap¨®n 2002. La Copa del Mundo se le ha resitido al igual que la Eurocopa, aun cuando en este segundo torneo tiene todav¨ªa una ¨²ltima oportunidad en la pr¨®xima edici¨®n, la de 2004, por organizarse adem¨¢s en su propia casa.
Fatigados, dolidos por la acumulaci¨®n de lesiones, rozando la mayor¨ªa la treintena, los lusos se rindieron con Figo a la cabeza. El considerado hasta hace poco el mejor jugador del mundo dif¨ªcilmente podr¨¢ seguir el rastro de Eusebio, La Pantera Negra, y de aquel equipo que enamor¨® en Inglaterra 66, torneo en el que qued¨® el tercero.
?nicamente el p¨²blico ped¨ªa un triunfo local. Los 50.000 hinchas surcoreanos vestidos de rojo, con la cara pintada con el yin y el yan, quer¨ªan m¨¢s. Los equipos, los banquillos, tanto el de Portugal como el de Corea, estaban conformes. Les val¨ªa el empate. Les permit¨ªa pasar a los octavos de final. As¨ª saltaron al campo: los portugueses, a defenderse, incluso con Figo; los surcoreanos, a tener el bal¨®n sin rematar. Hasta que el ¨¢rbitro, el argentino ?ngel S¨¢nchez, expuls¨® a Jo?o Pinto todo fue seg¨²n lo previsto. A partir de la cartulina roja directa a Pinto, el plan se torci¨®. Un poco tocados en su orgullo, otro poco obligados por el ambiente, los surcoreanos ganaron el encuentro. Cuando termin¨®, los aficionados celebraron el triunfo como si fueran ya los campeones del mundo. Mientras tanto, Figo, sobrecogido, se derrumb¨® sobre el c¨ªrculo central de la cancha antes de marcharse a la ducha sec¨¢ndose las l¨¢grimas con la camiseta.
Antonio Oliveira, el t¨¦cnico portugu¨¦s, sali¨® del estadio sin hablar, apoyado en dos muletas, por su lesi¨®n en un tobillo. 'Hicimos lo que pudimos', dijo, t¨ªmidamente, en declaraciones oficiales para la FIFA; 'felicito a mis jugadores y a los surcoreanos'. Figo insinu¨® una acusaci¨®n contra el ¨¢rbitro: 'No hablar¨¦ del colegiado para no darle m¨¢s protagonismo del que quiso tener. Jugar con diez en el f¨²tbol profesional es dif¨ªcil y con nueve mucho m¨¢s. Ha sido una noche dif¨ªcil'.
Abel Xavier, el lateral del Liverpool que ayer fue suplente, lo vio claro: 'Desde el principio se advirti¨® que ning¨²n equipo fue por el partido. Nadie iba a pelear. Un empate conven¨ªa tanto a los surcoreanos como a nosotros. Si empat¨¢bamos, nosotros nos clasific¨¢bamos los segundos y Corea la primera del grupo. La expulsi¨®n de Jo?o Pinto lo ha cambiado todo. A partir de ah¨ª Corea ha encontrado espacios y se ha dado cuenta de que pod¨ªa ganarnos. En la segunda parte, aunque Estados Unidos estaba perdiendo y la derrota beneficiaba a Corea , un equipo de este nivel, por una obligaci¨®n profesional, no puede permitirse la derrota. Y mucho menos ante nueve jugadores'.
Guus Hiddink, el seleccionador de Corea del Sur, explic¨® la victoria con cierta sinceridad: 'Este equipo no est¨¢ preparado para arreglar un empate ni para dejarse ganar. La actitud que tienen estos jugadores les impide especular y hoy han derrotado a una selecci¨®n de primer nivel internacional'.
'Italia puede elegir su forma de jugar porque tiene experiencia y porque es inteligente a la hora de conducir los partidos', concluy¨® Hiddink; 'nosotros no podemos'.
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