Traidores por dem¨®cratas
Los militares integrantes de la ex UMD no ven reconocida su labor
El 21 de julio pasado muri¨® en Barcelona Juli Busquets, ex comandante, miembro fundador de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD) y diputado socialista desde 1977 hasta 1993. A su funeral acudieron numerosos pol¨ªticos: entre ellos, el presidente de la Generalitat de Catalu?a Jordi Pujol y varios dirigentes del Partit del Socialistes de Catalunya al que pertenec¨ªa. Todos le alabaron como militar y dem¨®crata. Todos menos el Ej¨¦rcito, que no consider¨® necesario rendir a quien, junto a sus compa?eros en la UMD, se jug¨® los galones por modernizar y democratizar esa instituci¨®n.
El 31 de agosto de 1974 Busquets y otros 11 oficiales se reunieron en Barcelona para crear la UMD, una organizaci¨®n clandestina de militares dem¨®cratas que reclamaba el restablecimiento de los derechos fundamentales, la amnist¨ªa para los presos pol¨ªticos y la convocatoria de una asamblea que elaborase una Constituci¨®n. Casi tres a?os despu¨¦s, el 26 de junio de 1977, la organizaci¨®n se autodisolv¨ªa con todos sus objetivos cumplidos. Pero semejante ¨¦xito no sali¨® gratis: 11 de sus miembros fueron condenados en consejo de guerra a penas de prisi¨®n y nueve fueron expulsados del Ej¨¦rcito pudiendo reingresar s¨®lo diez a?os m¨¢s tarde. Los que continuaron en los cuarteles se vieron obligados a ocultar su condici¨®n de antiguos militantes.
Otero: 'Cuando logr¨¦ la readmisi¨®n, en 1986, Defensa me recomend¨® que pidiese el retiro'
'Tuvimos un papel fundamental en la transici¨®n', recuerda Jos¨¦ Luis D¨ªez Gimbernat, coronel retirado y ex miembro de la UMD. 'Abrimos una grieta en el Ej¨¦rcito, y el r¨¦gimen de Franco se dio cuenta de que su principal apoyo ya no le era fiel al cien por cien'. Seg¨²n Gimbernat, 'el r¨¦gimen nunca supo exactamente cu¨¢ntos oficiales pertenec¨ªamos a la organizaci¨®n', lo que, en su opini¨®n le provoc¨® una cierta inseguridad. Tampoco la UMD conoc¨ªa el n¨²mero exacto de sus miembros, que cifraba entre 150 y 200.
En contraste con otros sectores de la oposici¨®n a Franco, los miembros de la UMD no pasaron a formar parte de las ¨¦lites de la incipiente democracia, sino m¨¢s bien al contrario. Los que fueron expulsados de las Fuerzas Armadas tuvieron que esperar hasta 1986 para su readmisi¨®n, y de los que se quedaron, muy pocos hicieron carrera militar.
'Nos readmitieron con los militares ya vacunados [por el golpe del 23-F] y ¨²nicamente honoris causa', recuerda con humor el coronel Jos¨¦ Fortes, condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel y expulsado del Ej¨¦rcito. 'Pero la idea del Gobierno socialista era que pidi¨¦ramos inmediatamente el pase a la reserva. Yo y otros dos expulsados [Luis Otero y Restituto Valero] solicitamos destino, pero el Ministerio [de Defensa] se neg¨® a d¨¢rnoslo', recuerda.
'Una vez readmitidos me llamaron del gabinete del ministro de Defensa [Narc¨ªs Serra] para preguntarme qu¨¦ pretend¨ªa hacer', explica Luis Otero, dirigente de la UMD tambi¨¦n condenado en 1976. 'Yo les respond¨ª que, como cualquier otro coronel, quer¨ªa mandar un regimiento, pero ellos escandalizados me recomendaron que me retirara', asegura.
'Estoy convencido de que todo fue fruto de un pacto de los militares con los nuevos gobernantes', afirma Gimbernat. 'El Ej¨¦rcito dijo: 'Bueno, hemos tragado con la legalizaci¨®n del PCE y la amnist¨ªa, pero que vuelvan todos ¨¦stos queda descartado'. Si no, no se explica que se liberase a miembros de ETA y no se readmitiese a nuestros compa?eros en el Ej¨¦rcito, lo que parec¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil', asegura el militar.
'Se hicieron demasiadas concesiones, a mi juicio equivocadas, a algunos sectores del Ej¨¦rcito, entre ellas la no readmisi¨®n de los expulsados de la UMD', estima Carlos Sanju¨¢n, ex militar y diputado socialista desde las primeras elecciones democr¨¢ticas.
'Los militares les acusaban de indisciplina y alertaban de que, si se les dejaba volver, formar¨ªan de nuevo organizaciones clandestinas dentro del Ej¨¦rcito', afirma.
'25 a?os despu¨¦s, vemos todo eso con lo que en t¨¦rminos militares se llama la satisfacci¨®n del deber cumplido', asegura el coronel Otero. 'Nunca esperamos ninguna recompensa ni prebenda por nuestros sacrificios, como dec¨ªa el ideario de la UMD, pero todos los gobiernos desde 1977 han tenido el af¨¢n de olvidarnos para no tener que lidiar con una instituci¨®n como el Ej¨¦rcito, que consideraban problem¨¢tica', agrega.
'Para nosotros, la pertenencia a la UMD s¨®lo es motivo de orgullo fuera del Ej¨¦rcito', asegura el coronel Gimbernat. 'Dentro de la instituci¨®n, siempre fue una lacra, y a¨²n hoy lo sigue siendo'.
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