Una buena pareja
- Emoci¨®n. La que dan los partidos por eliminatorias no tienen comparaci¨®n. Hoy se ha podido comprobar en toda su grandeza. Un empiece so?ado, la inercia de un equipo que pierde f¨ªsico, lesiones que complican su capacidad; Un rival que no encuentra caminos y busca en un p¨ªvot de baloncesto convertido en futbolista la soluci¨®n m¨¢s acorde a su pasado. Y por ¨²ltimo, los penaltis en toda su dimensi¨®n. Desde un Hierro segur¨ªsimo hasta un habitual, Mendieta, dudando. Y por ¨²ltimo, un Casillas inspirado.
- Fueras de juego. Espa?a se encontr¨® una situaci¨®n ideal para sentenciar: una l¨ªnea irlandesa muy adelantada. Por la buena vista del asistente para acertar en fueras de juego que exig¨ªan escuadra y cartab¨®n y por una pizca de descoordinaci¨®n de d¨¦cimas de segundo entre el pase y el desmarque no se resolvi¨®.
- Superioridad. La selecci¨®n encontr¨® en la presencia de Luis Enrique por dentro una superioridad num¨¦rica beneficiosa. Baraja, Valer¨®n y el propio Luis Enrique, que se alej¨® de la banda premeditadamente, sumaban m¨¢s. Si no hubiera existido el tramo final, habr¨ªa sido un factor clave para bien.
- Duff. Cambi¨® el partido. El zurdo que jug¨® en la derecha, recordando a Hoddle, nos cre¨® mucho peligro. Tambi¨¦n la presencia de Queen, al que no supimos contrarrestar. No s¨®lo a ¨¦l, sino el sitio donde nac¨ªan los pases. Ah¨ª s¨ª ten¨ªamos que tener m¨¢s presencia.
- Hierro y Helguera. Han jugado muy bien. Hace dos a?os, jugamos con ellos de centrales, contra el Numancia, y muchos eruditos dijeron que era un pareja imposible. De no ser por la acci¨®n ¨²ltima, la victoria se habr¨ªa basado en ellos.
- Penalti. Estamos acostumbrados a que en acciones como la del final, el ¨¢rbitro pite en contra del delantero. Pero ¨¦ste, con una vista de lince, cobr¨® penalti, a todas luces justo. Hierro trat¨® de desequilibrarle disimuladamente con la camiseta, pero como Quinn es tan grande, su acci¨®n se hizo evidente.
- Los cambios. De Pedro estaba bastante cansado y el equipo necesitaba un refresco. Y una ayuda a Juanfran, que se hab¨ªa quedado muy solo contra Duff. El de Albelda tambi¨¦n era l¨®gico: ten¨ªa que elegir entre Morientes, Ra¨²l y Valer¨®n para ganar control del juego. Camacho eligi¨® quitar a Morientes para liberar a Valer¨®n. La idea era buena, pero no se gan¨® control del juego. Al rev¨¦s. Y el de Luque por Ra¨²l, era obligado.
- Albelda. Me ha chocado que su lesi¨®n le invalidara para no mantenerse en el campo. A la distancia, es chocante. Su presencia, aunque fuera testimonial, era importante. Ser¨ªa que no pod¨ªa.
- Por equipos. Espa?a se sustenta en dos centrales y dos puntas del Madrid, que se entienden; dos del Bar?a por la derecha; una pareja de zurdos de distintos equipos, pero que se complementan, y un t¨¢ndem de medios centros de corte ofensivo, buen trabajo y mucho estilo que coinciden en su procedencia [Atl¨¦tico]. Y todo arropado por una Casillas iluminado y con un gran acierto en sus acciones.
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