La leyenda de El ?lamo
Las disputas pol¨ªticas y la arrogancia atribuida a Washington caldean el ambiente en M¨¦xico
El recordatorio de la victoria de las tropas mexicanas sobre los colonos de Tejas en El ?lamo (1836), y el cierre de la embajada norteamericana para evitar su eventual asalto por la pasi¨®n nacionalista ultra, a partir de esta madrugada, precedieron los cuartos de final entre M¨¦xico y Estados Unidos. M¨¢s de cuatro mil polic¨ªas vigilaron la capital y el ?ngel de la Independencia, el lugar de las celebraciones, muy cerca de la sede diplom¨¢tica de un pa¨ªs que arrebat¨® casi la mitad de su territorio en 1848 y es aborrecido por no pocos mexicanos a pesar de ser su destino natural cuando emigran.
Pocos imaginan al presidente George Bush felicitando alg¨²n golazo del volante Claudio Reyna porque el f¨²tbol es tan inescrutable como el trinquete entre la mayor¨ªa de los norteamericanos. Contrariamente, el mexicano, Vicente Fox, permaneci¨® insomne con el grueso de sus cien millones de compatriotas, henchidos todos de amor patrio. Otros veinte millones de inmigrantes jalearon ?Viva M¨¦xico cabrones! desde sus domicilios en el norte. '?Tiene que ganarle a Estados Unidos!', exclam¨® Fox en su programa sabatino de radio. El gobierno casi en pleno, algunos con las camisetas de la selecci¨®n y zapatillas deportivas, seguir¨¢ el partido desde la residencia presidencial, tal como lo hizo frente a Italia.
'La mayor¨ªa de los televidentes no espera ver f¨²tbol sino sangre', se?alaba el columnista Xavier Velasco. No miente porque las frecuentes disputas pol¨ªticas, y la arrogancia y abusos atribuidos a Washington, muchos contra sus inmigrantes, caldearon el ambiente, y el extremismo saca pecho. '?Acabemos con ellos!', instaba un titular de prensa en las v¨ªsperas de un partido que no es una guerra, pero, simb¨®licamente, es como si lo fuera. Las met¨¢foras b¨¦licas, y las arengas, han sido frecuentes antes del choque entre la selecci¨®n mexicana, que nunca hab¨ªa llegado tan lejos en una Copa del Mundo, y la gringa, impredecible, y lejos ya de ser un combinado escolar. Los dos pa¨ªses se repartieron los puntos en los ¨²ltimos choques.
'Si ellos se empe?an en decirse al o¨ªdo 'Remember the Alamo', los hinchas mexicanos tendr¨ªan que gritarles: 'Remember Saigon', ironizaba Velasco en el diario Milenio. Tejas formaba parte del imperio espa?ol en Am¨¦rica cuando M¨¦xico se independiz¨®. El general Santa Ana quiso desarmar a los colonos norteamericanos, y ¨¦stos, apoyados por Estados Unidos, tambi¨¦n declararon su independencia. La defensa del ?lamo fue numantina, y vencieron los mexicanos. Quieren hacerlo de nuevo en Corea, y ver a los norteamericanos saliendo a toda prisa del mundial, como las tropas estadounidenses de Saig¨®n, capital de Vietnam del Sur, en la p¨¦rdida guerra de los setenta.
Independientemente de la decoraci¨®n guerrera, a veces festiva, y de que el partido trascendi¨® el ¨¢mbito deportivo, M¨¦xico lleg¨® a los cuartos de final con una selecci¨®n fuerte y estimulada despu¨¦s de haber estado a punto de eliminar a Italia. Una derrota a estas alturas escocer¨ªa especialmente. 'Es el torneo m¨¢s importante que hay en el mundo, y perder con Estados Unidos nos doler¨ªa much¨ªsimo, hemos jugado muchos partidos, pero perder ¨¦ste ser¨ªa muy doloroso', admiti¨® el artillero Cauauht¨¦moc Blanco. Estados Unidos ha mejorado, y dispone de jugadores r¨¢pidos. 'Hay mucha rivalidad, pero M¨¦xico viene jugando bien. Si ellos dicen que somos favoritos, pues no lo creo: no somos favoritos, ni ellos tampoco. Estamos parejos'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.