Ono, el tulip¨¢n japon¨¦s
El centrocampista del Feyenoord es adorado en su pa¨ªs
Todav¨ªa no tiene tres biograf¨ªas en el mercado como su compatriota Nakata, pero Ono, el buen centrocampista japon¨¦s, lleva el mismo camino. De momento, tanto ¨¦l como su compa?era, Chieko, tienen secretarias, asistentes personales y traductores a su servicio. Este ¨²ltimo detalle, por cortes¨ªa del Feyenoord, el actual campe¨®n de la Copa de la UEFA, donde Ono ha cumplido una gran temporada. Su dinamismo, su manejo de las dos piernas y su control del juego le han disparado en el mercado y en Jap¨®n es, junto a Nakata e Inamoto, algo m¨¢s que un futbolista. Es un mes¨ªas en el que los hinchas han volcado sus sue?os.
Ono, nacido hace 22 a?os en Numazu, en la provincia de Shizuoka, la cuna del f¨²tbol en Jap¨®n, es todo un caso de precocidad. Deslumbrado desde su infancia por Maradona, a los ocho a?os ya era la estrella de su equipo colegial. Su paso por el instituto de Shimizu fue explosivo: recibi¨® ofertas de los 16 equipos de la Liga profesional. Con 18 a?os firm¨® su primer contrato remunerado con el Urawa y empez¨® su fren¨¦tico despegue. Debut¨® el 1 de marzo de 1998, a los 24 d¨ªas marc¨® su primer gol, una semana despu¨¦s se hizo internacional y a las pocas horas fue convocado para el Mundial de Francia 98, en el que fue el m¨¢s joven de su selecci¨®n. Esa misma temporada fue elegido el mejor juvenil de Asia y novato del a?o en la Liga de su pa¨ªs. En 1999 capitane¨® a Jap¨®n en el Mundial juvenil, en el que su equipo acab¨® el segundo.
Iba como un cohete hasta que una lesi¨®n de rodilla le apart¨® de los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney 2000. Un yugoslavo afincado en Jap¨®n, Petrovic, le puso en la pista del f¨²tbol europeo. El Borussia de Dortmund y el Feyenoord le tiraron flores y Ono se inclin¨® por los holandeses por ser un f¨²tbol menos f¨ªsico que el alem¨¢n. Sus 74 kilos eran poca cosa que oponerse a los tanques germanos. Pero su fichaje desprend¨ªa un tufillo que disgustaba al t¨¦cnico del Feyenoord, Bert van Marwijk. Con Ono desembarcaron en Rotterdam unos 30 periodistas nipones. A Van Marwijk le parec¨ªa un circo ambulante y sospechaba que la contrataci¨®n s¨®lo ten¨ªa objetivos comerciales. Paciente, Ono venci¨® su resistencia. Le bastaron 11 minutos, en su deb¨² ante el Sparta de Rotterdam, para ganarse la titularidad.
Ono se granje¨® el cari?o de los hinchas holandeses, que alucinaron cuando fue expulsado en un partido de Liga y antes de retirarse del campo se disculp¨® con todos sus compa?eros y t¨¦cnicos. En Jap¨®n es adorado, de manera especial tras su ¨¦xito en la Copa de la UEFA, ni m¨¢s ni menos que el segundo campeonato europeo, algo que a los japoneses les parec¨ªa inalcanzable para uno de los suyos.
Con el Mundial a la vista, Ono confes¨® que la presi¨®n de sus compatriotas llegaba a resultarle insoportable. 'Me produce dolor de est¨®mago'. No era una frase al vuelo, como se demostr¨® una semana antes del inicio, cuando sus reales y agudos dolores estomacales dispararon las alarmas. Se sent¨ªa agotado por su estresante temporada en Holanda, donde ya es un tulip¨¢n m¨¢s. Sin pausa, el torneo en su pa¨ªs le agitaba las tripas. Sobre Nakata, Inamoto y ¨¦l recaen las ilusiones de un pa¨ªs en ebullici¨®n futbol¨ªstica.
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