'Caso ¨¢ntrax': ?Por qu¨¦ no avanza la investigaci¨®n del FBI?
La doctora Barbara Rosenberg afirma que no se detiene al cient¨ªfico autor de los atentados 'porque sabe demasiado'
Nueve meses despu¨¦s de que las cartas con ¨¢ntrax (carbunco) desataran el p¨¢nico en Estados Unidos, causaran cinco muertes, paralizaran el servicio de correos y disparasen el consumo de antibi¨®ticos entre los norteamericanos, el mayor caso de bioterrorismo de la historia sigue a¨²n sin resolverse. Tras desechar las primeras hip¨®tesis de una posible relaci¨®n con los ataques de la red de Al Qaeda o de Irak, las autoridades norteamericanas concluyeron meses despu¨¦s que la amenaza proced¨ªa del propio interior de EE UU y apuntaron que el autor de los atentados era alguien de la comunidad cient¨ªfica, con experiencia de laboratorio en el manejo del ¨¢ntrax y, probablemente, con acceso a los programas militares de guerra bacteriol¨®gica. Pero ah¨ª parece haberse detenido la investigaci¨®n del FBI. De momento, nadie ha sido acusado.
?Por qu¨¦? Tal vez porque la verdad sea m¨¢s t¨®xica para las autoridades que el propio ¨¢ntrax. As¨ª al menos opina la doctora Barbara Rosenberg, directora del grupo de trabajo sobre armas biol¨®gicas de la Federaci¨®n de Cient¨ªficos Americanos (FAS, en sus siglas en ingl¨¦s), una instituci¨®n independiente que cuenta con el respaldo de m¨¢s de medio centenar de premios Nobel. La doctora Rosenberg, que lleva seis meses investigando el caso y con la que EL PA?S se ha puesto en contacto v¨ªa correo electr¨®nico, asegura que el FBI conoce desde hace tiempo la identidad del autor de los atentados, pero que, 'debido a las presiones del Departamento de Defensa o de la CIA', no lo ha detenido porque 'sabe demasiado' sobre alg¨²n programa secreto de bioguerra, cuya salida a la luz ser¨ªa muy embarazosa para la Administraci¨®n.
Rosenberg sostiene adem¨¢s que, dada la experiencia t¨¦cnica necesaria para producir el tipo de ¨¢ntrax que fue enviado por correo y el reducido grupo de cient¨ªficos que poseen esos conocimientos, el n¨²mero de sospechosos 'podr¨ªa no ser superior a la decena'. La doctora a?ade que en las primeras etapas de la investigaci¨®n varios expertos -'de los que al menos conozco a cinco'- dieron al FBI el nombre de un sospechoso que encajaba en el perfil elaborado por la polic¨ªa federal: 'Experiencia en el manejo del ¨¢ntrax, estar vacunado contra ¨¦l, formaci¨®n forense y acceso al Instituto de Investigaci¨®n M¨¦dica de Enfermedades Infecciosas del Ej¨¦rcito de Estados Unidos (USAMRIID) y a sus agentes biol¨®gicos durante el a?o 2001'.
Sobre la investigaci¨®ndel FBI, la experta de la FAS plantea varias preguntas:
Si todas las evidencias gen¨¦ticas disponibles se?alan al USAMRIID como fuente de la cepa de ¨¢ntrax que conten¨ªan las cartas, '?por qu¨¦ el FBI esper¨® hasta marzo antes de reunir muestras de todos los laboratorios que ten¨ªan esa misma cepa y por qu¨¦ no han sido a¨²n analizadas?'.
Carta an¨®nima
El 21 de septiembre -tres d¨ªas despu¨¦s del primer env¨ªo de ¨¢ntrax por correo, pero antes de que el caso saltara a la opini¨®n p¨²blica, lo que ocurri¨® el 4 de octubre en Florida- una carta an¨®nima fue remitida a la Polic¨ªa Militar de la base naval de Quantico. En ella se acusaba al cient¨ªfico egipcio-americano doctor Assaad de conspirar para cometer un ataque bioterrorista. El cient¨ªfico acusado fue exonerado por el FBI, pero el autor de la carta mostraba familiaridad con el USAMRIID y afirmaba haber trabajado en el pasado con Assaad.
Pues bien, se?ala Rosemberg, 'esta carta no es parte de la investigaci¨®n del ¨¢ntrax', sino que 'al haber sido recibida antes de los ataques con ¨¢ntrax fue asignada a la investigaci¨®n del 11-S y los investigadores del ¨¢ntrax no han mostrado ning¨²n inter¨¦s en ella'. Adem¨¢s, la investigaci¨®n de cinco falsas alarmas de cartas con ¨¢ntrax enviadas a distintos medios y al senador dem¨®crata Tom Dashle, entre el 18 y el 25 de septiembre, con letra y texto similar a las verdaderas, 'fueron asignadas a un grupo del FBI distinto al que conduce la investigaci¨®n principal'.
Si el sospechoso trabaj¨® durante alg¨²n tiempo en el USAMRIID, ?por qu¨¦ entonces el FBI no ha investigado a fondo su expediente, sus apuntes de laboratorio, sus contactos? '?Existe el temor de que el sospechoso pueda divulgar informaci¨®n secreta o incluso amenazar con liberar un agente biol¨®gico si fuera amenazado con su detenci¨®n?' '?Est¨¢n el Departamento de Defensa o la CIA reteniendo informaci¨®n al FBI sobre sus actividades?'.
Rosenberg, consciente de la gravedad de su acusaci¨®n, sugiere otras dos hip¨®tesis para explicar por qu¨¦ el FBI 'est¨¢ arrastrando los pies' en la investigaci¨®n de este caso. La primera, no menos alarmante, es que el FBI 'comparte los puntos de vista' de un grupo de inter¨¦s dentro del entramado de la defensa bacteriol¨®gica norteamericana, del que formar¨ªa parte el propio sospechoso. Para definir a este grupo, la doctora apunta con malicia que son los que estar¨ªan de acuerdo con David Franz, un antiguo comandante de la USAMRIID, cuando, comentando los casos de ¨¢ntrax el pasado abril, afirm¨®: 'Desde el punto de vista biol¨®gico o m¨¦dico, tenemos ahora que cinco personas han muerto, pero hemos engordado con unos 6.000 millones de d¨®lares nuestro presupuesto de defensa contra el bioterrorismo'. La segunda ser¨ªa que 'el FBI es tan incompetente como parece' y que la fragmentaci¨®n de la investigaci¨®n y las m¨²ltiples pistas hayan hecho imposible una vez m¨¢s que alguien haya sabido armar el rompecabezas.
Un ataque por despecho
La doctora Barbara Rosenberg ha llegado a establecer a trav¨¦s de la informaci¨®n hecha p¨²blica durante estos meses y su propio acceso a la investigaci¨®n un perfil del sospechoso y hasta un cuadro de sus motivos.
En su opini¨®n, el autor del correo mortal es 'un norteamericano de mediana edad, con el grado de doctor en alguna rama de la biolog¨ªa, con experiencia en el manejo de agentes biol¨®gicos peligrosos, que trabaj¨® en un laboratorio del Instituto de Investigaci¨®n M¨¦dica de Enfermedades Infecciosas del Ej¨¦rcito de Estados Unidos (USAMRIID) en el pasado, con acceso a informaci¨®n clasificada, que ha tenido una disputa con una agencia gubernamental y que ya ha sido interrogado por el FBI'. En cuanto a sus motivos apunta que el sospechoso 'sufri¨® el pasado verano alg¨²n tipo de decepci¨®n profesional, que limit¨® sus altas ambiciones'.
Este hecho, sugiere la doctora Rosenberg, le habr¨ªa llevado a pensar que ni su trabajo ni la amenaza de las armas biol¨®gicas eran suficientemente apreciadas y que entonces, actuando por despecho, decidi¨® montar los ataques con ¨¢ntrax. La idea, se?ala esta experta, 'no era tanto matar a gente como despertar al pa¨ªs y demostrar que ¨¦l ten¨ªa raz¨®n'.
Fuera esa su intenci¨®n o no, est¨¢ claro que el autor de los atentados ha roto un tab¨², el empleo terrorista de armas biol¨®gicas.
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