Ahn, 'non grato' en Perugia

Ahn Jung-hwan, el justiciero surcoreano, era en realidad un infiltrado que desde hace dos a?os jugaba en el Perugia, de la Primera Divisi¨®n italiana, cedido por el Busan. Ese club tiene una opci¨®n de compra que caduca el d¨ªa 30 de este mes, pero ayer mismo, pocos minutos despu¨¦s de que su cabezazo picado se colara por debajo de la estirada de Buffon, su entrenador, Serse Cosmi, habl¨® con la prensa. 'Ahora mismo le voy a decir al presidente del equipo que no retenga a Ahn', dijo, seg¨²n la agencia Ansa; 'el jugador ha cumplido con su obligaci¨®n al marcar el gol y no tiene la culpa de lo que ha sucedido, pero hay que dar una se?al a favor del f¨²tbol italiano: prefiero que juegue Gatti'. A lo que el presidente, Alessandro Gaucci, respondi¨®: 'S¨ª, tenemos hasta el d¨ªa 30 para ejercer el derecho sobre Ahn, pero...'

Quiz¨¢ la decisi¨®n de Cosmi se haya acelerado por lo ocurrido ayer en Perugia, apacible ciudad de la Umbria, conocida sobre todo por su universidad de verano. Lo relata Tedesco, compa?ero de Ahn. 'Aqu¨ª, en Perugia, he o¨ªdo a la gente gritar: ?'Ahn, no vuelvas m¨¢s!'. Lo han tomado como una traici¨®n. Pero ¨¦l, de verdad, ha marcado un gran gol. Era su deber'.

En realidad, en sus dos temporadas italianas, Ahn, de 26 a?os, ha jugado 25 partidos de Liga y marcado cinco goles. Poco rendimiento para un jugador que lleg¨® con una gran aureola desde Corea, donde recib¨ªa tratamiento de h¨¦roe nacional sencillamente porque hab¨ªa renunciado a irse a jugar a la lucrativa, y odiada, Liga japonesa. 'Si hubiera ido all¨ª, no habr¨ªa progresado, sino que habr¨ªa ido hacia atr¨¢s', dijo Ahn. Jugando en la Liga italiana, dice la prensa, Ahn reforz¨® su car¨¢cter agon¨ªstico, que era el propio de una prima donna. En Italia, tambi¨¦n, pas¨® tan inadvertido, m¨¢s all¨¢ del punto ex¨®tico de ser el primer surcoreano en el calcio, que apenas recib¨ªa peticiones de entrevistas: pocos periodistas saben algo de ¨¦l.

Tampoco Guus Hidink sab¨ªa mucho del nuevo Pak Doo Ik, el nuevo enterrador de Italia, que ya era una figura antes del Mundial y contaba con varios patrocinadores propios, incluida una firma de peluquer¨ªa. El t¨¦cnico holand¨¦s cre¨ªa que Ahn, del que siempre se ha alabado su t¨¦cnica y su velocidad, era un puro producto medi¨¢tico, un jugador imprevisible que le romp¨ªa los esquemas. Hasta que le demostr¨® lo contrario y se lo demostr¨® a los italianos, sus colegas, a los que la v¨ªspera ya advert¨ªa: 'La defensa italiana es vieja y lenta. La machacaremos con nuestra rapidez'.