'Hiddink, for president'

Las pancartas del estadio de Daejeon eran pura hip¨¦rbole. Estaba aquella gigantesca que dec¨ªa, as¨ª, en italiano: 'Porta dell'inferno'. Y otra, tambi¨¦n enorme: 'Fossa dei giganti'. O, al lado, en ingl¨¦s: 'Welcome to Azzurri's Tomb' ('Puerta del infierno', 'Fosa de los gigantes', 'Bienvenidos a la tumba de los azzurri') Pero quiz¨¢ la m¨¢s exagerada era aqu¨¦lla que dec¨ªa: 'Hiddink for president'. ?O no era tan exagerada?

Despu¨¦s de la clasificaci¨®n de Corea del Sur para los octavos, el holand¨¦s trotamundos que hab¨ªa ense?ado a sus futbolistas a correr con sentido era ya un h¨¦roe popular. Por Internet corren peticiones, avaladas por miles de apoyos, para que se le conceda la nacionalidad surcoreana, sin preguntarle si la quiere, o, en su defecto, la ciudadan¨ªa de honor. Otra demanda al Gobierno la instauraci¨®n del D¨ªa de Hiddink, una fiesta nacional que se celebrar¨ªa el 14 de junio, fecha de la victoria sobre Portugal.

Finalmente, Hiddink, el t¨¦cnico que deslumbr¨® con su interpretaci¨®n del f¨²tbol total al frente del PSV Eindhoven a finales de los 80, y que no fue capaz de alcanzar el mismo nivel en su paso espa?ol por el Valencia, el Betis y el Real Madrid, ha encontrado en la selecci¨®n surcoreana, un desaf¨ªo que al principio s¨®lo ten¨ªa sentido econ¨®mico, su plenitud popular.