Los coreanos no son unos piernas
El rival de Espa?a no son once motorcitos que no descansan, adem¨¢s est¨¢ bien trabajado, juega al ataque, se defiende m¨¢s que razonablemente bien y no teme a nadie
Avanza el Mundial y nadie da cr¨¦dito a Corea. Es cierto que se benefici¨® de los errores arbitrales en su victoria frente a Italia, pero tambi¨¦n es verdad que los italianos nunca lograron poner en el campo la distancia que separa a Del Piero, Totti y Vieri de los delanteros coreanos: Ahn, Seol y Lee, cuyos nombres no significan nada para los aficionados europeos. Para los espa?oles, tampoco. Hay bastante soberbia en el ninguneo que se hace del equipo asi¨¢tico, seg¨²n un esquema clasista que impide valorar al adversario por su falta de tradici¨®n en el f¨²tbol. A finales de los a?os sesenta ocurr¨ªa lo mismo con Holanda y ya se ha visto lo que sucedi¨® despu¨¦s. Si Corea es mal equipo, que no lo es, no depende de su origen, ni de su limitada experiencia internacional. Depender¨¢ de la calidad de sus jugadores, de su organizaci¨®n y de su capacidad para dar respuesta a los problemas que se presentan en los partidos. Y hasta ahora, Corea ha demostrado mejor organizaci¨®n que la mayor¨ªa de los equipos, ha respondido perfectamente a los problemas que le han surgido -en dos ocasiones, frente a Italia y Estados Unidos, tuvo que salvar la desventaja en el marcador- y ha hecho que sus jugadores parezcan mejor de lo que son.
Para empezar, Corea no tiene dudas. Como Irlanda, pero de otra manera. M¨¢s interesante, por cierto. Juega con un plan y no se aparta ni un mil¨ªmetro de ¨¦l. Lo m¨¢s fascinante es que ese plan s¨®lo parece dise?ado para equipos de primer orden, no para un pa¨ªs que llama a las puertas del f¨²tbol. Antes de desacreditar a los coreanos, conviene decir que juegan con el viejo esquema del Ajax o con el que ha implantado Marcelo Bielsa en Argentina, un 3-3-3-1, con dos extremos bien abiertos y mucho dinamismo. Eso es f¨²tbol de ataque, as¨ª de simple. Y Corea ha atacado a su rival en todos los partidos: a Polonia, a Estados Unidos, a Portugal y a Italia. S¨ª, a Italia, aunque parezca mentira. Visto as¨ª, es fascinante, por su grandeza, el modelo que ha escogido Hiddink para un equipo que no hab¨ªa ganado un solo partido en los anteriores Mundiales.
Frente a Italia, los coreanos acabaron con un medio centro como libre, con un interior como lateral y con dos delanteros como centrocampistas. Necesitaban el gol y Hiddink tir¨® con todo. Lo m¨¢s sorprendente es que el equipo no se descompens¨®: aun fuera de sus posiciones naturales, todos interpretaron sus funciones perfectamente. Un equipo bien trabajado, por tanto, cualidad que tampoco debe despreciarse. Sobre el juego, se ha establecido la idea de que se trata de un equipo con once motorcitos que no descansan. No hay duda de que su despliegue es impresionante, pero ese despliegue funciona porque la presi¨®n est¨¢ bien ejecutada. Es decir, estamos ante un equipo bien ordenado en el aspecto defensivo. Y tambi¨¦n en el ofensivo: Corea es ejemplar por su paciencia en la elaboraci¨®n.
Quedan los jugadores. No hay superclases, pero es injusto devaluarlos. Todos cumplen perfectamente con sus obligaciones. Sin duda, hay algo de trivialidad en su juego de ataque, consecuencia de la falta de vuelo de algunos de sus futbolistas. Sin embargo, algo quiere decir un equipo que ha marcado ocho goles y ha recibido dos. Que juega el ataque, que se defiende m¨¢s que razonablemente bien y que no teme a nadie. Que no son unos piernas, en definitiva.
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