Dos pel¨ªculas inmaduras apuntan buenas maneras en Cinema Jove

La secci¨®n oficial de largometrajes de Cinema Jove enfila su recta final sin deparar demasiadas sorpresas. Dentro del mediocre tono general, dos pel¨ªculas vinieron a engrosar el mi¨¦rcoles la lista de filmes que apuntan buenas ideas pero cuyos desarrollos pecan de la inmadurez propia de las obras primerizas.

La eslovena Ljubljana, de Igor Sterk, tiene el m¨¦rito de ser valiente en sus planteamientos iniciales: el deambular de un grupo de j¨®venes asfixiados por un vac¨ªo vital que les consume sus expectativas. Pero ese prometedor arranque se trunca por la escasa solidez de un gui¨®n poco trabajado, en el que se echa de menos una cierta conexi¨®n entre los protagonistas, y por la indefinici¨®n de un esquema narrativo excesivamente obsesionado por recurrir al plano metaf¨®rico antes que a la introspecci¨®n en sus situaciones vitales.

Es una pel¨ªcula adem¨¢s que, a sus innumerables errores t¨¦cnicos (micr¨®fonos que entran en plano, el sujetador de una actriz que se vislumbra mientras se ducha), a?ade una realizaci¨®n un tanto pedestre que se intenta subsanar con algunos aciertos en el plano po¨¦tico.

Un problema similar sucede en Petites mis¨¨res, de los belgas Philippe Bonn y Laurent Brandenbourg, una comedia con un interesante punto de partida -las dif¨ªciles relaciones entre un oficial de justicia y su mujer, una compulsiva compradora- que se va diluyendo a medida que avanza hasta convertirse en un insulso y prescindible filme en el que ni siquiera las situaciones aparentemente c¨®micas logran arrancar una leve sonrisa de los espectadores.

El festival concluye ma?ana.