Alemania, 1; Inglaterra, 0
Los partidos del Mundial marcaron la atenci¨®n de los l¨ªderes y delegaciones en la cumbre de Sevilla
La cumbre se celebra a la sombra de una enorme c¨²pula dorada, rematada con tres bolas del mismo brillo, que parecen parodiar a las mezquitas de Bagdad. Es el Palacio de Exposiciones y Congresos, en las afueras de la ciudad. Las bolas evocan las que tuvo la Giralda cuando a finales del siglo XII era la torre de la mezquita almohade de Sevilla. Evocaciones y recuerdos a los que estaban ajenos pol¨ªticos y periodistas en la primera jornada de la cumbre. Porque el Consejo Europeo se inici¨® al son del balompi¨¦. Alemania, 1; Inglaterra, 0. Sol y sombra. Brasil le quit¨® a Anthony Blair su sempiterna sonrisa antes de que echara a andar la cumbre y el maquinista de la locomotora alemana, Gerhard Schr?der, ausente de la sala de reuniones durante el primer tiempo para ponerse delante del televisor, celebr¨® euf¨®rico y expansivo el gol de Ballack. En el descanso comi¨® r¨¢pidamente una paella, para ver la segunda parte. A tres meses de las elecciones generales en Alemania, el canciller se apresur¨® a llamar a su selecci¨®n para felicitarla, en especial por los ¨²ltimos 15 minutos de la primera parte. Se perdi¨® una comida m¨¢s costeada con sus colegas: sopa de tomate y sand¨ªa con gambas de Huelva y meloso de ternera retinto con peras al vino y frutos secos. El postre, mousse de chocolate amargo, le iba m¨¢s a Blair, 'desolado y decepcionado' por la derrota de su selecci¨®n por 2 a 1 en los cuartos de final del Mundial ante Brasil, pero orgulloso de su escuadra 'que es joven y tiene mucho futuro'.
El presidente Jacques Chirac volvi¨® a ser el jefe ¨²nico de la delegaci¨®n francesa
A Javier Solana le sent¨® mal, en una entrevista matinal en Canal Sur Televisi¨®n, que una periodista le comentara que Europa estaba desde el 11 de septiembre 'como una alfombra de Estados Unidos'. El desmentido contundente lleg¨® de Corea cuatro horas despu¨¦s: Alemania, 1; Estados Unidos, 0. Decenas de periodistas alemanes siguieron en tensi¨®n el partido completo. No sin un cierto recelo ante sus colegas espa?oles, que emit¨ªan unos 'uuuyyy' de alta intensidad y apoyo cada vez que hab¨ªa un ataque americano, lo que constataba que el eje hispano-alem¨¢n no estaba funcionando. El eje Aznar-Blair (hispano-brit¨¢nico) funcion¨® mejor en el campo del vestuario que en el de la inmigraci¨®n: los dos primeros ministros gastaron corbatas parecidas, celestes con dibujitos amarillentos. En este cap¨ªtulo, el m¨¢s agradecido ha sido el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, que utiliz¨® la corbata de la presidencia espa?ola, con motivos rojos y azules que recuerdan, con perd¨®n, al Bar?a.
La jornada se inici¨® con las llegadas de los jefes de Estado y de Gobierno, que en contra de la tradici¨®n no fueron recibidos por el presidente de turno. Primer pase¨ªllo para el portugu¨¦s Durao Barroso y ¨²ltimo para el holand¨¦s Kok. El plantel se renueva tanto que cuando en enero de 1995 Jean-Claude Juncker fue nombrado primer ministro del Gran Ducado de Luxemburgo, Helmuth Kohl le puso Junior. Y en Sevilla Junior ya es el decano del club. El presidente Chirac tambi¨¦n se estrenaba como el jefe ¨²nico de la delegaci¨®n francesa, una vez enterrada la cohabitaci¨®n: desaparecido Jospin, Raffarin se ha quedado en casa. Cuando los jefes salieron para lucirse ante las c¨¢maras en la foto de familia, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, protagoniz¨® un intenso debate gestual con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El espa?ol le dec¨ªa, con un golpe de mano, que lo dejara caer y el italiano se sacud¨ªa las suyas en plan Pilatos. Cuando todos se retiraban, Prodi se qued¨® con Chirac a merced de todos los fot¨®grafos, valientemente a pleno sol y all¨ª se estrecharon y se comprometieron a Dios sabe qu¨¦ cosas. Los dem¨¢s, menos valerosos, ganaron r¨¢pidamente la sombra en el interior del edificio con evocaciones iraqu¨ªes: dicen que la presidenta finlandesa Tarja Halonen no soporta los 36 grados a la sombra con los que Sevilla estren¨® el verano y acogi¨® a sus hu¨¦spedes.
La cumbre tuvo tambi¨¦n alg¨²n detalle de sabor con escaso garbo torero: al final de la sesi¨®n vespertina, a las 18.17, Aznar aspiraba un puro de un palmo de largo cuando se vio sorprendido en todo el recorrido por un enjambre de c¨¢maras dispuestas a derecha e izquierda para no perderse un detalle de su salida. Primero se escondi¨® el habano en el pu?o derecho. Despu¨¦s en el izquierdo, lo acerc¨® a unas cortinas, lo puso vertical y horizontal, hasta que despu¨¦s de varios minutos gan¨® el interior de su coche y descans¨®.
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