Sin prisas, con garant¨ªas
La Justicia no s¨®lo debe incorporar mecanismos que respondan a las necesidades de la sociedad sino que est¨¢ obligada a responder a ella modificando los que provoquen disfunciones. Pero las innovaciones no pueden siquiera insinuar la m¨¢s leve distorsi¨®n de los m¨¢s elementales preceptos del Estado de Derecho. El Derecho es el ordenamiento cuya aplicaci¨®n deber¨ªa darnos las mejores herramientas para una sociedad de escrupulosas garant¨ªas a trav¨¦s de una justicia eficaz, r¨¢pida, moderna, rigurosa... Apostar por ello no puede revelar un atisbo de vulneraciones.
Es indiscutible, por razones que no son objeto de esta reflexi¨®n, que las diligencias por delitos menores se han multiplicado por mucho. Y las demoras judiciales aparecen como elemento asociado al crecimiento de inseguridad ciudadana. Como forma de corregirlo, acelerando los procedimientos, aparecen los juicios r¨¢pidos. Pero la seguridad no puede primar si se pierde libertad. Actuemos con los medios del Estado de Derecho.
Los abogados apostamos por el respeto a los derechos, que recogen los principios de solidaridad y fraternidad. Me disgusta la escasa consideraci¨®n hacia la abogac¨ªa en el dise?o de medidas que aparentan proponerse la soluci¨®n de problemas, m¨¢xime cuando es pieza fundamental para el desarrollo del Estado de Derecho. La abogac¨ªa valenciana colabora, y lo har¨¢ siempre, con medidas que mejoren los tiempos en la administraci¨®n de la justicia, pero no en las que buscan la popularidad olvidando los medios necesarios para poder practicarla.
No podemos sacrificar derechos fundamentales. Una justicia inmediata es muy poco garantista, puede impedir el derecho a la defensa porque no se podr¨¢n investigar muchos aspectos. Justicia r¨¢pida, s¨ª; pero con la debida serenidad. Justicia inmediata no, porque no es Justicia. A la abogac¨ªa le importa el derecho a la defensa, que es inalienable a las personas. La abogac¨ªa es la ¨²nica que se menciona como tal en la Constituci¨®n, es una piedra esencial del Estado de Derecho, a¨²n en el caso de defender a un criminal. La historia de los totalitarimos refleja como una de sus primeras acciones es acabar con los abogados. Un juez s¨®lo puede ser justo si escucha a todas las partes y ¨¦stas emplean con garant¨ªas y sin restricciones los medios de defensa. La futura ley que articular¨¢ la celebraci¨®n de juicios r¨¢pidos, lejos de arreglar los problemas end¨¦micos de la Justicia espa?ola, aumentar¨¢ el caos y la p¨¦rdida de tiempo. La reforma es inviable si no se acompa?a de los medios materiales y humanos necesarios. Pero adem¨¢s, tiene que articularse un proceso que respete las garant¨ªas y el derecho a la defensa como pilar fundamental del Estado de Derecho.
Luis Miguel Romero es decano del Colegio de Abogados de Valencia.
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