Mir¨® i Ard¨¨vol: el ¨²ltimo cruzado
El concejal de CiU abandona el cargo con una carta al alcalde en la que pregunta por una cruz retirada del sal¨®n de plenos
Josep Mir¨® i Ard¨¨vol dejar¨¢ ma?ana de ser concejal convergente en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero se va con una espinita en su coraz¨®n: no haber logrado la reposici¨®n de una crucecita de m¨ªnimas dimensiones que fue retirada hace ahora un a?o de la sala de plenos. Mir¨®, que en los ¨²ltimos tiempos ha recuperado la fe hasta el punto de ser uno de los principales promotores de una agrupaci¨®n cat¨®lica, ecristians, que tiene amplia financiaci¨®n del Gobierno catal¨¢n, se despide con una carta privada, afirm¨® ¨¦l mismo ayer, dirigida al alcalde de Barcelona, en la que le pregunta por el paradero de la cruz y le a?ade algunas reflexiones al respecto.
Una carta que ha sido firmada por la mayor¨ªa de concejales de las dos formaciones de la derecha en el Ayuntamiento de Barcelona: CiU y PP. Bien es verdad que los diversos concejales consultados aseguran, en todo momento, que han suscrito la misiva 'a t¨ªtulo personal'. Fuera han quedado, seg¨²n el propio Mir¨®, dos concejales de la lista de CiU (Jaume Ciurana y Magda Oranich) y el jefe de filas del PP, Santiago Fisas que, casualmente, tambi¨¦n abandonar¨¢ ma?ana sus tareas municipales.
'Un concejal del PSUC propuso quitar un retrato que representa a Alfonso XIII'
Lo que molesta a Mir¨® i Ard¨¨vol, explic¨®, es la inconsistencia de un equipo de Gobierno que no es, en su mayor¨ªa, creyente, pero que acude de vez en cuando a celebraciones religiosas, por ejemplo, con motivo de la festividad de la Merc¨¨. 'Algunos guardan la compostura, pero otros pasan el tiempo como pueden y eso molesta a los creyentes', afirma el a¨²n concejal de CiU.
No menos inconsistente le parece que se retire una cruz y se mantenga una estatua de santa Eul¨¤lia y otra de san Jordi, 'que est¨¢n all¨ª porque fueron santos, no porque fuera gente que pasaba por la calle'.
Mir¨® sostiene que en 1979 se produjo un pacto entre caballeros para mantener los s¨ªmbolos del pasado. 'La cosa empez¨® porque un concejal del PSUC propuso quitar un retrato que representa a Alfonso XIII y a su esposa, as¨ª como la l¨¢pida que evoca al general Mart¨ªnez Campos, que bombarde¨® Barcelona'. La decisi¨®n fue no tocar nada, aparte de un busto de Franco. Y entiende Mir¨® que el alcalde Joan Clos ha vulnerado el acuerdo al retirar una cruz que, afirma, data del siglo XIX.
'Nada de eso', responde el concejal Ernest Maragall. 'La cruz no tiene valor hist¨®rico ni simb¨®lico. Fue retirada porque estaba en mal estado y restaurada. No se ha repuesto por su nulo valor y porque el sal¨®n de plenos no es el lugar m¨¢s id¨®neo para un s¨ªmbolo as¨ª'. Maragall asegura que la cruz fue colgada en el sal¨®n a principios de la d¨¦cada de 1950 y defiende que sea instalada 'en un espacio de culto'. Y a?ade: 'Le hemos propuesto reiteradamente a CiU buscar un lugar adecuado. Creo que no hemos llegado a ninguna parte por la especial obsesi¨®n religiosa del concejal Mir¨®'.
'De modo que Mir¨® se ir¨¢ ma?ana, pero la cruz no volver¨¢ al sal¨®n de plenos', mantuvo Ernest Maragall, quien cree que este asunto no tiene nada que ver con la presencia de los representantes de la ciudad en una celebraci¨®n religiosa. En su opini¨®n, esto no es sino 'un acto de reconocimiento a una tradici¨®n muy arraigada entre la poblaci¨®n'. M¨¢s a¨²n, sostiene que defender que no acudan forma parte de una actitud religiosa 'intolerante'.
La carta que Mir¨® entregar¨¢ al alcalde, 'a t¨ªtulo personal', seg¨²n asegur¨®, 'm¨ªo y de cuantos la firman conjuntamente' afirma que la cruz retirada 'era y es un elemento que forma parte de la ra¨ªz simb¨®lica e hist¨®rica del Ayuntamiento en general y de la sala de plenos, en particular. Para unos es la expresi¨®n de una dimensi¨®n religiosa; para otros, un componente inseparable de nuestros fundamentos culturales'. Y a?ade: 'La cruz forma parte del escudo de la ciudad, de la bandera oficial y de la ense?a tradicional de santa Eul¨¤lia. En definitiva, forma parte de toda la simbolog¨ªa del Sal¨® de Cent. Barcelona tiene en la cruz un factor esencial de su representaci¨®n hist¨®rica'.
'De ninguna manera', replica Ernest Maragall. La cruz no es s¨ªmbolo de nada, ni hist¨®rico ni est¨¦tico. Ni tiene valor ciudadano ni art¨ªstico, seg¨²n los estudios realizados por el consistorio antes de proceder a su restauraci¨®n. Maragall pregunta si el lugar donde se encontraba era 'el m¨¢s adecuado para un s¨ªmbolo de este tipo' y si su presencia es 'esencial e indisociable del sal¨®n de plenos'. Y la respuesta que da es negativa en ambos casos.
La cruz, asegur¨® Maragall, ha sido restaurada y guardada en un almac¨¦n municipal, con otros objetos similares, de donde saldr¨¢ para dirigirse a un lugar de culto en el momento en el que se produzca un acuerdo con la oposici¨®n. Un acuerdo que ya no protagonizar¨¢ Mir¨® i Ard¨¨vol, el ¨²ltimo cruzado.
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