Un documental mostrar¨¢ im¨¢genes de los primeros pobladores de Do?ana

A finales de los a?os 50, Per Host (1907-1971), naturalista noruego que hab¨ªa recorrido el mundo en busca de sitios ex¨®ticos, visit¨® Do?ana. Fue el primero que rod¨® en cine no s¨®lo las marismas, sus paisajes y animales, sino tambi¨¦n a sus habitantes. Esas im¨¢genes, in¨¦ditas en Espa?a, podr¨¢n verse el domingo en Agua en la memoria, un documental sobre la vida de los antiguos pobladores de Do?ana que emite Canal 2 Andaluc¨ªa.

Las im¨¢genes, que hab¨ªan permanecido en el archivo familiar del viajero y documentalista, han sido cedidas al programa Espacio protegido -del segundo canal de la televisi¨®n auton¨®mica andaluza- por su hijo, Jan Host. Dentro de este espacio y con motivo del programa n¨²mero 200, se emitir¨¢, a las 17.00, el especial Agua en la memoria, con gui¨®n y direcci¨®n del periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Montero. 'Host fue uno de los primeros en visitar esta comarca', explica Montero, 'y el primero que film¨® aquello. Se cree que lleg¨® incluso antes que las famosas expediciones cient¨ªficas de Jos¨¦ Antonio Valverde, el fundador del parque nacional'.

Host recogi¨® con su c¨¢mara la riqueza natural de las marismas del Guadalquivir y film¨® a sus antiguos pobladores. 'Pocos se aventuraban a vivir en el interior de la marisma, un territorio hostil, asolado por el paludismo', dice Montero.

En aquella ¨¦poca, Do?ana era un conglomerado de grandes fincas, vinculadas a la aristocracia y la burgues¨ªa jerezanas, que la utilizaban con un inter¨¦s exclusivamente cineg¨¦tico. De ah¨ª que sus primeros habitantes fueran los guardas de las fincas de esos terratenientes y sus familias.

El documental incluye testimonios de familias ligadas durante generaciones al humedal. 'Es un documento sobre la vida de sus primeros pobladores. Quisimos buscar a sus protagonistas, a sus hijos y nietos. Tambi¨¦n aparecen las familias que a¨²n viven all¨ª', precisa el director. 'Hemos reunido testimonios de una docena de mujeres, hombres y ni?os que nos remiten a unas formas de vida extremas que hoy cuesta trabajo creer', a?ade Montero, que resalta el 'perfecto entendimiento que ten¨ªan con el medio natural que les rodeaba, sin causar ninguna alteraci¨®n'. 'La Do?ana que hoy conocemos es obra de estas personas, ellas fueron modelando su paisaje'. Hasta 40 ranchos llegaron a cobijar a estas familias, empleadas en el aprovechamiento de la madera o el carb¨®n que proporcionaba el pinar. Una invisible red un¨ªa estas viviendas, como si fuera un pueblo disperso. Host regres¨® a mediados de los 60 y film¨® unas sorprendentes im¨¢genes de Matalasca?as, cuando era s¨®lo el esbozo de lo que es hoy.