El partido
Nunca me gust¨® el f¨²tbol. Es m¨¢s, creo que en algunos momentos he llegado a detestarlo por sus brotes de irracionalidad o desmesura. La verdad es que ni siquiera de chaval participaba en las discusiones futbol¨ªsticas de patio de colegio y si ocasionalmente lo hac¨ªa, era con el ¨²nico prop¨®sito de no parecer un marginado. Al d¨ªa de hoy, y por afamadas que sean, apenas conozco a las estrellas del balompi¨¦, ignoro incluso muchas de las reglas que rigen en el campo y en materia de estrategia de juego estoy absolutamente pez. As¨ª que cualquier an¨¢lisis u opini¨®n m¨ªa sobre un partido de f¨²tbol siempre carecer¨¢ de la menor base documental. Hago esta advertencia previa porque tengo el prop¨®sito de expresar algunos juicios de valor sobre lo ocurrido en los mundiales de Corea y quiero hacerlo precisamente desde la ignorancia confesa. Reconozco que no es algo muy habitual, cuando alguien escribe sobre algo se supone que sabe mucho, pero todas las opiniones que he escuchado o le¨ªdo sobre la actuaci¨®n de Espa?a en el Mundial parecen expresadas por voces enormemente doctas y pens¨¦ que podr¨ªa resultarles interesante una visi¨®n de los acontecimientos m¨¢s despegada. Es un ejercicio personal que espero valoren, porque el ¨²nico d¨ªa de la semana en que duermo a pierna suelta, en el que compenso el d¨¦ficit de sue?o del resto de la semana, es el s¨¢bado y yo el pasado s¨¢bado me levant¨¦ a las ocho de la ma?ana para ver el Espa?a-Corea. Con un leve fervor patri¨®tico como ¨²nico elemento contaminante de mi objetividad me sent¨¦ en la butaca dispuesto a soportar los noventa minutos de juego que luego resultaron ser bastante m¨¢s. Hab¨ªa o¨ªdo hablar de la ayuda que el tr¨ªo arbitral hab¨ªa prestado previamente a Corea, en su encuentro con Italia, y de los temores de nuestra selecci¨®n a recibir un trato similar. Cuando vi aparecer en el campo al egipcio Ghandur con esa cara de cachondeo puedo asegurarles que di el partido por perdido. El de Egipto es un pueblo enormemente sufrido que tiene la virtud de mantener la alegr¨ªa en las situaciones m¨¢s adversas y esa cara de co?a que exhib¨ªa el ¨¢rbitro no era sino una invitaci¨®n sutil a la escuadra espa?ola para que disfrutara del circo, ya que no conseguir¨ªa la victoria. De haberlo entendido desde un principio, ese delantero llamado Morientes no habr¨ªa llorado p¨²blicamente ni habr¨ªa realizado tan sonora referencia a la 'puta madre' del juez de l¨ªnea. De nacionalidad ugandesa, aquel moreno azabache que levantaba el bander¨ªn como si le manejaran con un mando a distancia desde el banquillo coreano podr¨ªa haber escuchado un millar de insultos sin inmutarse. ?l sabe que con lo que gana el delantero madridista en un solo mes podr¨ªa vivir toda su tribu durante un a?o y le importa un coco robarle un gol. Para ¨¦l, al igual que para su compa?ero de Trinidad y Tobago, estar en los mundiales es un lujo asi¨¢tico que hab¨ªan de pagar con su absoluta sumisi¨®n y complacencia a las indicaciones de la FIFA. Y lo que la FIFA quer¨ªa es que Corea llegar¨¢ lo m¨¢s lejos posible en este Mundial.
Tiene su l¨®gica; para esa organizaci¨®n el f¨²tbol no es un deporte, como los aficionados ingenuamente suponen, sino un gran negocio al que hay que sacarle el mayor rendimiento posible. El inter¨¦s de sus dirigentes es potenciar y extender la afici¨®n en los mercados emergentes de Asia, donde Corea y Jap¨®n ejercen su liderazgo. Han hecho lo que ha estado en su mano, que fue mucho, por lograrlo y les importa poco el esc¨¢ndalo. No hubo equivocaci¨®n alguna por parte de los ¨¢rbitros, s¨®lo torpeza por no saber disimular algo mejor el enga?o.
La misma torpeza que ha exhibido el presidente de la Federaci¨®n Espa?ola ?ngel Mar¨ªa Villar que, en v¨ªsperas del encuentro, pon¨ªa p¨²blicamente la mano en el fuego sobre la honradez del tr¨ªo arbitral para despu¨¦s montar el parip¨¦ con su dimisi¨®n como vicepresidente de la Comisi¨®n Internacional de ?rbitros. No le crean, ¨¦l como vicepresidente de la FIFA, de la que no dimite, es parte activa de este multinacional montaje que juega con las pasiones de medio mundo donde lo que menos cuenta es la limpieza deportiva. As¨ª lo veo yo, que no s¨¦ casi nada de f¨²tbol. As¨ª lo vi el s¨¢bado pasado por la ma?ana en el Espa?a-Corea. Una oportunidad hist¨®rica perdida de quedarme en la cama.
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