M¨¢s apoyo y menos manipulaci¨®n
El conflicto suscitado en torno al Alarde es significativo, precisamente, porque enlaza con los sentimientos, con la parte m¨¢s at¨¢vica, m¨¢s primitiva y m¨¢s irracional de nuestra sociedad. Deja al descubierto nuestro ser social profundo, que sigue siendo absolutamente sexista y discriminatorio. Deja patente el miedo que produce asumir la igualdad hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Justo por eso, la participaci¨®n igualitaria de las mujeres en el Alarde constituye un baluarte en la lucha frente a la discriminaci¨®n por motivos de g¨¦nero, tan arraigada en las estructuras profundas de nuestra sociedad. Esto es lo que pensamos quienes defendemos la participaci¨®n de las mujeres en el Alarde y hubo unos momentos, all¨¢ por el mes de abril, en que cre¨ªmos que casi todos los representantes pol¨ªticos compart¨ªan la misma idea. Pero no fue as¨ª.
El PSE, en cumplimiento del pacto alcanzado con el tripartito, propuso al actual alcalde de Ir¨²n para el cargo de adjunto al ararteko. En un escrito anterior manifestamos nuestra opini¨®n contraria a que se incorporase a la instituci¨®n encargada de la defensa de los derechos de la ciudadan¨ªa alguien que hab¨ªa apoyado de hecho la discriminaci¨®n de las irundarras, desatendiendo las recomendaciones del Ararteko en relaci¨®n con la fiesta citada. Entonces, nuestro posicionamiento coincidi¨® con extra?os compa?eros de viaje. Resultaba especialmente llamativo el esc¨¢ndalo manifestado por algunos representantes del PNV, quienes ocultaban descaradamente sus pecados de Hondarribia.
No se puede olvidar que Borja Jauregi, alcalde de esa localidad, se ha opuesto desde el principio y con especial virulencia al Alarde igualitario. Mientras el alcalde de Ir¨²n, atendiendo a las resoluciones judiciales, permiti¨® la organizaci¨®n de un Alarde oficial mixto adem¨¢s del Alarde tradicional, el mandatario municipal de Hondarribia se opon¨ªa a las sentencias, acud¨ªa al subterfugio de la organizaci¨®n privada de la fiesta y, seg¨²n consta en los informes del Ararteko al Parlamento vasco, no se molestaba ni siquiera en contestar a los escritos de esa instituci¨®n.
Y todo eso se le olvidaba a Joseba Egibar cuando criticaba la actitud discriminatoria del alcalde de Ir¨²n. Tampoco recordaba que su grupo ha sido en esa localidad el principal defensor de la exclusi¨®n de las mujeres en el Alarde. ?Y qu¨¦ decir de EA? Fue muy aguda la manifestaci¨®n de Gorka Kn?rr de que 'd¨®nde se ha visto, poner el lobo al cuidado de las ovejas'. Quienes tenemos cierta memoria recordamos otro lobo en la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento vasco, pero como aquel lobo ten¨ªa piel de ternera debi¨® pasarle desapercibido al se?or Kn?rr. Lo mismo le ocurri¨®, pensamos, con la fulminante defenestraci¨®n pol¨ªtica de Maribel Castell¨®, concejal de EA en Ir¨²n, que defendi¨® sin ambages y desde el principio la participaci¨®n de las mujeres. Su nombre ya no aparec¨ªa en las listas para las ¨²ltimas elecciones municipales.
Por la misma raz¨®n, ni IU ni Batasuna han hablado alto y claro de la cuesti¨®n en los ayuntamientos de ambas localidades. Apoyaban a las mujeres, s¨ª, pero tratando de no ofender ni molestar a los votantes partidarios del Alarde tradicional. Por otra parte, la formaci¨®n abertzale ha intentado apropiarse de la reivindicaci¨®n feminista en lo que ten¨ªa de oposici¨®n al sistema establecido. El PP tambi¨¦n ha apoyado la exclusi¨®n de las mujeres.
En definitiva, los representantes pol¨ªticos parecen no tener ning¨²n problema en utilizar cualquier cosa en apoyo de sus intereses partidistas. Da igual que se hable de los derechos de las mujeres, de la inmigraci¨®n o de la ecolog¨ªa; todo vale si sirve para arrimar el ascua a la propia sardina. Y esto no es ¨¦tico. La exclusi¨®n de las mujeres en la principal celebraci¨®n festiva de su pueblo constituye una clara discriminaci¨®n por raz¨®n de g¨¦nero; una evidente vulneraci¨®n del derecho fundamental a la igualdad. Por eso entendemos que es ahora, en la v¨ªspera del Alarde de Ir¨²n, cuando las instituciones y los cargos p¨²blicos deben alzar su voz en apoyo de la participaci¨®n de las mujeres. Y, si realmente se apuesta por la igualdad, lo mismo habr¨¢ que hacer el 8 de septiembre con el Alarde de Hondarribia.
Adem¨¢s de Bego?a Etayo, suscriben este art¨ªculo Bego?a Muruaga, Juana L. De Munain, Erruki Uberuaga, Ana Guti¨¦rrez, Jaione Garc¨ªa, Patricia Verdes, Carmen D¨ªez Mintegi, Juan Garzia Garmendia, Carmen Gurrutxaga, Tom¨¢s Arrieta, Luisa Etxenike, Luis Santos, Ernesto Villap¨²n, Estitxu Arrieta, Jes¨²s Prieto, Rub¨¦n Mateos del Pino, Anabel Duque, Idoia Estorn¨¦s, Lorenzo Carbajo, David Ranero, Maite Altonaga, Kontxu Uzkudun, Julia Otxoa, Margarita Bajo, Gladys Giraldo.
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