Confabulaci¨®n para el enga?o
TODO TIENE QUE VER CON TODO. La contaminaci¨®n burs¨¢til de las ¨²ltimas fechas est¨¢ en relaci¨®n con factores macroecon¨®micos, geopol¨ªticos, de resultados empresariales, de expectativas y, sobre todo, de falta de confianza. Los tiempos son lo suficientemente complicados como para tener en cuenta las explicaciones monocausales. Lo que hay que analizar en cada momento es cu¨¢l de las causas en juego es la determinante. En la jornada de p¨¢nico de los mercados de valores de casi todo el mundo del pasado mi¨¦rcoles hab¨ªa un elemento nuevo que no estaba presente en las jornadas anteriores: el enorme fraude contable detectado en WorldCom, uno de los iconos m¨¢s notables de la nueva econom¨ªa.
?Hay muchas Enron y WorldCom en los parqu¨¦s? Las dudas sobre empresas, analistas, auditores, se han generalizado. No parece posible una vuelta a la normalidad burs¨¢til sin resolverlas
A finales del a?o pasado, poco despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre, se produjo la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia empresarial de Estados Unidos: la de la empresa el¨¦ctrica Enron. Los inversores descubrieron con el caso Enron que se pod¨ªan hinchar artificialmente los beneficios de una sociedad de modo continuo, para ofrecer explicaciones a los accionistas de un nivel de endeudamiento muy inferior al real; en un alarde de contabilidad creativa, Enron cre¨® una amplia red de empresas filiales e instrumentales con las que maquillaba las cuentas de la matriz. Adem¨¢s, mientras suspend¨ªa pagos, cancelaba la cotizaci¨®n y desped¨ªa a miles de trabajadores, un centenar y medio de altos ejecutivos se hac¨ªan ricos a trav¨¦s de remuneraciones variables.
El caso WorldCom es de la misma familia que el de Enron, aunque de contenido diferente. En la primera compa?¨ªa (multinacional que trabaja en m¨¢s de 60 pa¨ªses, segunda operadora de telefon¨ªa de larga distancia en EE UU, con 67.000 empleados, de los cuales ya se ha anunciado el despido de 17.000), la manipulaci¨®n contable ha consistido en presentar como inversiones los gastos incurridos en la creaci¨®n de la red telef¨®nica, en el servicio de conexiones de alta velocidad de Internet y los viajes de sus ejecutivos por todo el mundo. Transformaron 3.850 millones de d¨®lares gastados en 3.850 millones invertidos. As¨ª, sus m¨¢ximos directivos consiguieron presentar unos falsos beneficios de 1.400 millones de d¨®lares en 2001 y otros 130 millones en el primer trimestre de este a?o. El fraude es millonario. El elemento de continuidad es que tanto Enron como WorldCom fueron auditadas por Andersen, sin que en ninguno de los dos casos la auditora detectase las irregularidades.
Se podr¨ªa pensar que tanto uno como otro fraude son una excepci¨®n en la Am¨¦rica Corporativa. Pero si as¨ª fuese, su incidencia en las bolsas a trav¨¦s del desconcierto, la incertidumbre y la incredulidad de los inversores y accionistas habr¨ªa sido como mucho puntual. Y no es el caso. Las dudas sobre la verdadera situaci¨®n de las empresas que cotizan en Bolsa, sobre el aut¨¦ntico nivel de los beneficios de las mismas, se ha extendido a la velocidad de la luz y ha contagiado tambi¨¦n al continente europeo.
Entre Enron y WorldCom hay una amplia gama de empresas de la vieja y la nueva econom¨ªa, de bancos de negocios y bancos tradicionales, de compa?¨ªas auditoras y de consultor¨ªa, que han entrado en sospecha. Lo que significa que los criterios de regulaci¨®n y control han fallado. La liberalizaci¨®n de la econom¨ªa americana, como ya hab¨ªan denunciado analistas independientes sin intereses directos en Wall Street, se ha hecho sin reglas del juego. La Securities and Exchange Commission (SEC), la comisi¨®n del mercado de valores norteamericana, tiene en estos momentos m¨¢s de 60 empresas bajo investigaci¨®n, lo que induce a muchos a pensar que los ejemplos descubiertos no son la excepci¨®n, sino la regla.
Han pasado m¨¢s de 15 a?os desde que el esc¨¢ndalo de los bonos basura llevase a la c¨¢rcel a personajes como Iv¨¢n Boetsky o Michel Milken, y hemos entrado en otra crisis de credibilidad empresarial de mayores proporciones que entonces. ?Hay muchas Enron y WorldCom en los parqu¨¦s? Las dudas sobre empresas, analistas, auditores, se han generalizado. No parece posible una vuelta a la normalidad burs¨¢til sin resolverlas.
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