Se?ores directivos: ?abran paso!
La divisi¨®n holandesa de la compa?¨ªa de seguros Delta Lloyd aspira a cambiar aspectos culturales muy arraigados en el mundo laboral. Desde hace poco m¨¢s de un a?o, la empresa imparte cursos entre sus trabajadores que, bajo el t¨ªtulo Posibilidad de equilibrio, tratan de desterrar creencias tales como que la competitividad y la dureza del car¨¢cter varonil son caracter¨ªsticas necesarias para desempe?ar con ¨¦xito un puesto de responsabilidad.
Delta Lloyd, que quiere aumentar el n¨²mero de mujeres entre sus directivos, apuesta por valorar las diferencias de car¨¢cter y forma de trabajo de ambos sexos en el convencimiento de que son complementarios y necesarios para garantizar la buena marcha de cualquier empresa.
En Holanda, al igual que en el resto de los pa¨ªses europeos, la incorporaci¨®n de la mujer al mundo laboral no significa que se haya liberado de las labores tradicionalmente consideradas 'propias de su sexo'
La innovadora pol¨ªtica de la compa?¨ªa es una de las propuestas de la Red de Embajadores, un grupo de altos directivos de la empresa y la Universidad que, a iniciativa de los ministerios de Asuntos Sociales y Econom¨ªa, ha analizado en sus propios centros de trabajo durante un a?o las dificultades con las que se topan las mujeres para hacer carrera y ha dise?ado pol¨ªticas para facilitar su ascenso. El retrato de los embajadores dice mucho sobre la situaci¨®n actual en el mundo laboral: entre los 14 directivos, s¨®lo se cuentan tres mujeres.
La lucha por la emancipaci¨®n, que libr¨® muchas de sus m¨¢s encarnizadas batallas en Holanda, consigui¨® que las f¨¦minas accedieran al mercado laboral, pero no ha logrado que sus esfuerzos se vean compensados como los de sus colegas varones: mientras la mujer representa un 43% de la fuerza laboral, apenas un peque?o grupo se cuenta en los puestos de m¨¢xima responsabilidad.
Los datos son bastante alarmantes: hace dos a?os no hab¨ªa ni una mujer en el Consejo de Administraci¨®n de las 25 empresas mayores del pa¨ªs, y entre las 100 m¨¢s importantes, s¨®lo una.
El problema no es exclusivo de la empresa privada. En la Universidad, por ejemplo, s¨®lo el 5% de los 2.500 catedr¨¢ticos son mujeres, y el Parlamento apenas cuenta con 50 diputadas en los 150 esca?os. El porcentaje de alcaldesas es s¨®lo del 17,2%, y las secretarias de Ayuntamiento representan el 5%, el m¨¢s bajo de toda Europa.
El dato de que en Holanda la mayor¨ªa de las esposas y madres trabajan a tiempo parcial es la clave para entender las razones de su poca presencia en puestos clave. 'Tradicionalmente, las holandesas optan por compatibilizar hogar y trabajo, y mientras, los hombres que trabajan a jornada completa van ocupando los puestos m¨¢s importantes', explica Saskia Keuzenkamp, de la Oficina de Planificaci¨®n Social y Cultural.
Promovida desde el Gobierno y las propias empresas, la jornada a tiempo parcial tiene una doble vertiente: por un lado, incorpora al mercado a mujeres que de otra manera optar¨ªan por quedarse en casa, pero, por otro, impide el desarrollo hacia cargos de m¨¢s responsabilidad.
Familia y trabajo
Con todo, ninguna de las propuestas de los embajadores pasa por tratar de convencer a la mujer de que hay que dejar de lado a la familia y dar prioridad al trabajo. Esos tiempos ya han pasado. La prioridad, en Holanda, se centra desde hace a?os en lograr el equilibrio entre vida privada y trabajo. 'Los empleadores pueden facilitar las cosas a las mujeres que quieren llegar arriba', asegura Claudia Zuiderwijk, directora general de PinkRoccade IT Management, en la presentaci¨®n de los resultados de la Red de Embajadores.
Casada, madre de tres hijos y trabajadora cuatro d¨ªas a la semana, Zuiderwijk, que sostiene que se puede trabajar a tiempo parcial tambi¨¦n en los altos cargos, quiere introducir en su empresa un servicio que ayude a las trabajadoras a buscar personas que cuiden de sus hijos y de su casa.
Porque no hay que enga?arse. En Holanda, al igual que en el resto de los pa¨ªses europeos, la incorporaci¨®n de la mujer al mundo laboral no significa que se haya liberado de las labores tradicionalmente consideradas propias de su sexo: junto al trabajo fuera de casa, la mayor¨ªa asumen la responsabilidad en el hogar.
Conociendo la situaci¨®n, el banco ABN AMRO ha introducido una pol¨ªtica que busca la flexibilidad laboral y estimula el teletrabajo y la reducci¨®n de jornada. La compa?¨ªa est¨¢ experimentando en algunas divisiones con la idea de abandonar los patrones tradicionales de fichar en beneficio de la b¨²squeda de resultados.
Pero las propuestas de los embajadores aspiran a llegar m¨¢s all¨¢ y cambiar aspectos culturales muy enquistados. Por ejemplo, el banco ING ha constituido el llamado Consejo de la Diversidad para garantizar la variedad en todos los niveles de la empresa, con la mirada puesta no s¨®lo en las mujeres, sino tambi¨¦n en los m¨¢s mayores y en los de razas diferentes. 'En todos los ascensos internos se incluye alguna candidata y en todas las comisiones de selecci¨®n hay una mujer', explica el embajador Ewald Kist, del Consejo de Administracion del banco.
Kist no est¨¢ a favor de la discriminaci¨®n positiva: 'Escojo a una mujer porque es buena en su trabajo, no porque sea mujer', y puntualiza, 'pero su diferente forma de ser aporta flexibilidad y creatividad'. No es el ¨²nico que ha entendido que la diversidad en la direcci¨®n es imprescindible para sacar el m¨¢ximo rendimiento a las empresas. IBM y Dow Chemicals practican ya pol¨ªticas semejantes.
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