Subsisten las dificultades de los cient¨ªficos espa?oles para promover empresas
Las empresas de base tecnol¨®gica surgidas de los entornos acad¨¦micos contin¨²an siendo una rara avis en Espa?a. Dificultades legales y econ¨®micas limitan la transformaci¨®n de los conocimientos adquiridos en universidades y organismos p¨²blicos de investigaci¨®n en aplicaciones alrededor de las cuales pueda constituirse una empresa. Los investigadores echan en falta instrumentos financieros eficaces y facilidades como las que existen en otros pa¨ªses para abandonar temporalmente sus tareas en el sistema p¨²blico. Algunas medidas recientes tienden a facilitar el salto pero son consideradas todav¨ªa insuficientes.
'Los investigadores tenemos el conocimiento y la inquietud para transformarlo en una empresa, pero no los instrumentos'. Enrique P¨¦rez Pay¨¢, de la Universidad de Valencia, junto a otros cinco colegas, decidi¨® hace poco m¨¢s de tres a?os iniciarse en la aventura empresarial. Hab¨ªa regresado de Estados Unidos, un lugar en el que, describe, 'se dan todas las facilidades' para que una idea surgida en un laboratorio pueda transformarse en negocio. El panorama que se encontr¨® en Espa?a, sin embargo, es 'radicalmente diferente'.
Iniciativas p¨²blicas recientes apoyan la creaci¨®n de empresas de base tecnol¨®gica
La nueva figura de la licencia para irse a una empresa no se aplica a la Universidad
Las diferencias estriban, sobre todo, en los instrumentos legales y financieros que el Estado pone a disposici¨®n de los investigadores para generar las llamadas spin off, compa?¨ªas surgidas al amparo de una instituci¨®n, sea p¨²blica o privada, para tratar de explotar un conocimiento o una tecnolog¨ªa. En el caso de que se trate de una empresa privada, la reci¨¦n nacida spin off podr¨¢ contar con el paraguas protector de su madre empresarial. Pero si surge en una Universidad o en un centro de investigaci¨®n, la iniciativa corre el riesgo de quedarse a medio camino. Es en este ¨²ltimo punto donde Espa?a, junto a buena parte de Europa, acumula mayor retraso respecto a los principales motores de la innovaci¨®n: Estados Unidos y Jap¨®n.
'La explotaci¨®n comercial de la tecnolog¨ªa avanzada es vital para el crecimiento econ¨®mico y la creaci¨®n de nuevas oportunidades de trabajo', reza un informe reciente de la Uni¨®n Europea. El documento, en el que se admite el 'claro retraso' europeo, detalla las l¨ªneas de acci¨®n para reducir distancias con Estados Unidos y Jap¨®n que, en esencia, pasan por la 'investigaci¨®n, el desarrollo, la transferencia de tecnolog¨ªa y la gesti¨®n de la propiedad intelectual y de las patentes'. En paralelo, anuncia medidas para la 'estimulaci¨®n de inversiones en las primeras fases de empresas de alta tecnolog¨ªa con potencial de r¨¢pido crecimiento'. Si el panorama en Europa no es alentador, menos lo es en Espa?a. 'El sistema espa?ol est¨¢ anquilosado', lamenta Antonio Ferrer Montiel, de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche. 'El camino es muy tortuoso y debes enfrentarte no s¨®lo a las dificultades econ¨®micas y a las trabas burocr¨¢ticas sino tambi¨¦n a la incomprensi¨®n de tus compa?eros de laboratorio'.
Dentro del sistema p¨²blico, se?alan fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, los investigadores con inquietudes empresariales pueden acudir a la Iniciativa Neotec, un programa nuevo cuyo objetivo es facilitar la creaci¨®n de 100 empresas de base tecnol¨®gica en tres a?os. Hasta la fecha, en la sede de Neotec, gestionada por el CDTI (Centro de Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial) se han recibido m¨¢s de 70 solicitudes de subvenci¨®n, de las que se han aprobado 12. La mayor parte pertenecen al ¨¢mbito de las telecomunicaciones o las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Otros ¨¢mbitos, como la biotecnolog¨ªa, uno de los referentes en el futuro Programa Marco de Investigaci¨®n europeo, contin¨²an siendo una excepci¨®n.
Tampoco a nivel auton¨®mico abundan las iniciativas de soporte a la creaci¨®n de nuevas empresas. Una excepci¨®n es, en estos momentos, Catalu?a, que dispone desde hace un a?o de un programa espec¨ªfico de trampolines tecnol¨®gicos para los que se han dispuesto distintas l¨ªneas de financiaci¨®n desde el CIDEM (Centro de Informaci¨®n y Desarrollo Empresarial). Entre otras, una l¨ªnea de capital 'semilla' para las primeras etapas de la empresa (inexistente en la oferta de Neotec), fondos de capital riesgo p¨²blicos (similares a los de Neotec) y mixtos (p¨²blico-privado) para la capitalizaci¨®n de la empresa, adem¨¢s de facilidades para acceder a empresas privadas de capital riesgo. En cuatro a?os pretende generar 100 empresas de este tipo.
Dado que la oferta p¨²blica es limitada, incluso si se tienen en cuenta los viveros e incubadoras de empresas, los cient¨ªficos-empresarios espa?oles han tenido que rascarse literalmente el bolsillo para lanzar sus iniciativas. Este fue el caso, hace tres a?os, de la compa?¨ªa Diver Drug, especializada en el descubrimiento de f¨¢rmacos y formada, adem¨¢s de por P¨¦rez Pay¨¢ y Ferrer, por Angel Messeguer, del Instituto de Investigaciones Qu¨ªmicas y Ambientales de Barcelona (CSIC); Manuel Rico, del Instituto Rocasolano (CSIC); Luis Serrano, reci¨¦n incorporado al CNIO; y Fernando Albericio (Universidad de Barcelona).
El conocimiento adquirido en su trayectoria acad¨¦mica se ha traducido en empresa biotecnol¨®gica gracias sobre todo a la inversi¨®n personal. Fines de semana y alguna que otra noche en blanco forman parte de su capital social, adem¨¢s de pr¨¦stamos bancarios no siempre obtenidos en las mejores condiciones. Ah¨ª radica, precisamente, el segundo y grave problema: apenas hay acceso en Espa?a a capital riesgo. 'No hay nadie en un banco que entienda de biotecnolog¨ªa', cuenta P¨¦rez Pay¨¢. Tampoco parece haberlo en las sociedades de capital riesgo. 'Nuestra apuesta es por el conocimiento y no por la prestaci¨®n de servicios', insiste Ferrer. 'El capital en Espa?a s¨®lo acude a puntos donde el riesgo para el retorno de la inversi¨®n es m¨ªnimo', puntualiza Messeguer.
Desde Ciencia y Tecnolog¨ªa se dio luz verde el pasado 28 de junio a una l¨ªnea de apoyo a la capitalizaci¨®n de empresas de base tecnol¨®gica. La l¨ªnea, que prev¨¦ la concesi¨®n de cr¨¦ditos por parte de entidades de capital riesgo a 'inter¨¦s cero, sin necesidad de avales ni garant¨ªas adicionales', puede alcanzar un m¨¢ximo de medio mill¨®n de euros. Sin embargo, s¨®lo est¨¢ disponible para empresas que inicien ahora su actividad o cuenten con menos de dos a?os. Pese a ello, la noticia ha sido acogida positivamente. Algunos sectores entienden que ayudar¨¢ a fomentar la constituci¨®n de entidades financieras de capital riesgo en el sector tecnol¨®gico, una figura que apenas existe en el mercado espa?ol.
Si las condiciones financieras y de entorno son poco propicias, no lo son menos las legales. Desde septiembre del pasado a?o, una modificaci¨®n del art¨ªculo 19 de la Ley de la Ciencia prev¨¦ una nueva figura, denominada licencia, por la que 'investigadores, cient¨ªficos y t¨¦cnicos' de Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n pueden incorporarse por un plazo m¨¢ximo de 4 a?os a empresas y retornar posteriormente a su puesto de trabajo. La modificaci¨®n no incluye a los investigadores universitarios, que continuar¨¢n careciendo de una figura de caracter¨ªsticas similares. La medida, aunque interesante, se queda 'extraordinariamente corta', seg¨²n fuentes universitarias.
Por otra parte, los cient¨ªficos-empresarios s¨®lo pueden disponer del 10% del capital social de la empresa si quieren mantener colaboraciones con su departamento o centro de origen. Las condiciones son a todas luces contradictorias con los intereses manifestados por el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa.
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