El nacimiento de un c¨®mic

Es Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrevi¨® a preguntar una de las pel¨ªculas program¨¢ticas del universo humor¨ªstico de Woody Allen. Dijo el c¨®mico neoyorquino que el humor grande es intelectual sin pretender serlo, y algo de esto hay en sus pel¨ªculas iniciales, en las que adelant¨® claves de su idea de la comedia, pues todas ellas, comenzando por ¨¦sta, tienen algo de mezcla de c¨¢lculo especulativo, de filosof¨ªa a ras de acera, y de modelo c¨®mico de cabaret, ese peque?o formato en que Allen adiestr¨® a su futuro genio esc¨¦nico. Procede del a?o 1972 y es la tercera que dirigi¨®.

Es una pel¨ªcula magn¨ªfica e irregular. Tiene dentro arritmias, altibajos insalvables, pues junto a escenas o sketchs a veces insulsos, sin gracia o con gracia pobretona, tiene otros, o partes de otros, que son considerados perlas antol¨®gicas y definitorias de la filosof¨ªa humor¨ªstica de Allen en lo que se refiere a su inagotable farsa filos¨®fica del sexo, que aqu¨ª obtiene la ventaja de una casi total explicitud, una deliciosa impudicia, casi desverg¨¹enza, que dio partida de nacimiento a algunos c¨¦lebres chistes escatol¨®gicos asociados a la m¨¦dula de la comicidad de Allen.

Hay torpezas gruesas y muy evidentes en el filme. La falta de sentido de s¨ªntesis echa abajo partes que, sobre el papel, ten¨ªan genuina gracia, pero que, por estar mal filmadas o torpemente desarrolladas en el gui¨®n o la pantalla no pasaron de chistes hinchados, como la imitaci¨®n de Woody a Bob Hope y la historia de Gene Wilder enamorado. Pero, en cambio, hay en esta singular pel¨ªcula otras escenas o historietas que mantienen intacta su capacidad transgresora y sigue siendo eficaz su golpe de sorpresa inicial, como el relato de 'Lo qu¨¦ ocurre durante la eyaculaci¨®n', en la que Woody Allen interpreta a un espermatozoide aterrorizado, que est¨¢ punto de ser disparado al exterior y proclama: '?Y si resulta que se est¨¢ masturbando y me dispara contra el techo?'. O la c¨¦lebre proclamaci¨®n alleniana, que ha pasado a las antolog¨ªas de sus mejores mon¨®logos, en la que un cient¨ªfico declama: '?Les parece que estoy loco? Eso es lo que dijeron Master y Johnson, que soy un chiflado ?Y por qu¨¦? Porque fui el primero que descubri¨® c¨®mo hacer impotente a un hombre escondi¨¦ndole el sombrero. Fui el primero que explic¨® la relaci¨®n entre la masturbaci¨®n excesiva y el ansia de hacer carrera pol¨ªtica. Fui el primero que dijo que el orgasmo clitoridiano no deb¨ªa ser exclusivo de las mujeres'.

Y otras andanadas que abrieron camino a una comicidad afilada e ins¨®lita y prepararon el terreno a obras cinematogr¨¢ficamente evolucionadas, de las que esta divertid¨ªsima rareza es un anticipo espl¨¦ndido, formalmente algo tosco, pero indispensable para entender de d¨®nde parte y a d¨®nde est¨¢ llegando ahora, casi tres d¨¦cadas m¨¢s tarde, la obra de este inmenso c¨®mico y comediante.