Bochorno en el hospital La Paz
Hospital La Paz, edificio general, planta 10?, mediados de junio, 35? cent¨ªgrados, 33 pacientes, dos duchas. La mayor¨ªa de las habitaciones, con vistas al sol, desde que sale hasta que se va. Peri¨®dicos, revistas, trapos, s¨¢banas intentando parchear las cristaleras para mitigar en lo posible el calor.
Habitaciones de tres camas, escasos 15 metros cuadrados, familiares, abanicos, un olor indescifrable permanece en el ba?o, nunca se va.
Avanzar desde la puerta a la ¨²ltima cama, todo un arte, sortear todo tipo de obst¨¢culos: sillones, pies, zapatos, bolsas, tarteras.
Pacientes mosqueados, familiares enfadados, personal supersudado (estilo macho-Camacho); todo gira sobre el calor, este jodido calor, todos los a?os lo mismo.
El pasado verano, de vacaciones en Levante, me sorprendi¨® el despliegue medi¨¢tico y de denuncia porque en el hospital de la zona llevaban dos d¨ªas sin sistemas de refrigeraci¨®n. A punto de amotinamiento, indignaci¨®n en las portadas de la prensa regional, etc¨¦tera.
En el hospital La Paz, un mont¨®n de servicios llevan sin aire acondicionado m¨¢s de 35 a?os, todo eso unido a la cutrez del mobiliario y servicios, a la marabunta de p¨²blico que se da cita a todas horas en poco espacio. Hay veces que uno tiene la sensaci¨®n de trabajar en un gran centro comercial y no en un gran hospital.
Ya es sabido el gran fervor que tenemos los espa?oles al turismo hospitalario, no vamos de visita, vamos de acampada.
Todav¨ªa queda lo peor: julio y todo agosto y todo lo que queda ?de siglo? La Paz, emblema de la sanidad p¨²blica, referencia inagotable de la buena medicina, tiene su pelea particular con el aire acondicionado.
Mientras la se?ora ministra de Sanidad, Celia Villalobos, se entretiene con los caldos, aqu¨ª caldeados, personal y pacientes y la marabunta. Todos a punto de hervir.
A veces me pregunto: ?la resistencia humana es ilimitada? Pero lo que de verdad me asombra es: ?qu¨¦ hace la marabunta en el hospital con el calor que hace?
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