Argelia sigue herida

La ¨²ltima matanza terrorista en un mercado a 25 kil¨®metros de Argel, coincidiendo con el 40? aniversario de la independencia del pa¨ªs, ha puesto de manifiesto, si necesidad hab¨ªa, que la herida abierta por el golpe de Estado de 1991 no ha cicatrizado. El atentado, atribuido por las autoridades al temido GIA (Grupo Isl¨¢mico Armado) se ha cobrado 35 vidas dos d¨ªas despu¨¦s de que el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito argelino, el general Mohamed Lamari, considerara vencido el terrorismo isl¨¢mico, aunque 'intacto' su sustrato social.

Aquel golpe para impedir que el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) ganara las elecciones legislativas aliment¨® el terrorismo y la guerra sucia con un saldo de 100.000 muertos en una d¨¦cada. En lo que va de a?o, m¨¢s de siete centenares de personas han muerto v¨ªctimas de esta violencia, en la que los terroristas han intentado acercarse a la capital, custodiada por fuerzas especiales. Incluso si el terrorismo isl¨¢mico hubiera perdido tanta fuerza como se?ala Lamari -el n¨²mero de activistas armados habr¨ªa bajado de 27.000 a 700, seg¨²n sus estimaciones-, la violencia sigue atormentando a Argelia.

No todos los islamistas son violentos. Pero es imposible saber lo que representar¨ªa hoy un FIS o un movimiento similar cuya fuerza no se podr¨¢ medir verdaderamente hasta que no haya elecciones libres sin restricciones salvo para los grupos violentos. Las ¨²ltimas elecciones demediadas no han resuelto nada. La salida no se ve facilitada por el hecho de que el Ej¨¦rcito -pese a que Lamari lo niegue- no s¨®lo tutela al poder civil y apuntala al presidente Buteflika, sino que controla la econom¨ªa m¨¢s que antes si cabe.

Cuarenta a?os despu¨¦s del final de la guerra de independencia de la ex colonia, tampoco en Francia ha cicatrizado la herida, lo que muestra que la cuesti¨®n argelina sigue siendo un asunto pol¨ªtica y socialmente delicado pese a la amnist¨ªa votada por la Asamblea Nacional Francesa en 1968. Los documentos oficiales de los ministerios del Interior, Defensa o Asuntos Exteriores siguen cerrados a cal y canto en Par¨ªs mientras gotean historias como las revelaciones el a?o pasado del general Aussaresses sobre torturas, ejecuciones sumarias y otras atrocidades cometidas en aquella guerra tr¨¢gica. Ning¨²n pa¨ªs -tampoco Francia y Argelia- debe vivir ignorando su pasado. Es hora de ir levantando el velo de la ignorancia.