Oleaje visual

Un espect¨¢culo bello e ingenioso, po¨¦tico y sutil. Basado en la vida y obra de Virginia Woolf, Orlando, el montaje concebido por el bailar¨ªn y core¨®grafo catal¨¢n Cisco Aznar para su grupo Compagnie Buissonni¨¨re, cosech¨® un destacado ¨¦xito de p¨²blico en su presentaci¨®n en el festival de verano barcelon¨¦s. La fascinaci¨®n que el artista siente hacia la escritora inglesa de atormentada personalidad le ha llevado a crear un espect¨¢culo centrado en su Orlando. La obra que escribiera para su enamorada, la tambi¨¦n escritora Vita Sackville-West, es un juego fantasioso sobre una biograf¨ªa en la cual la vida del h¨¦roe ep¨®nimo se prolonga a lo largo de tres siglos y los dos sexos. Para muchos, esta obra es la carta de amor m¨¢s larga y encantadora de toda la literatura.

Con un pulso sorprendente y eficaz, Aznar ha trazado la historia de Orlando intercalando fragmentos biogr¨¢ficos de la autora y pasajes de sus c¨¦lebres obras, todo ello con ritmo ¨¢gil y con secuencias bell¨ªsimas que sorprenden al espectador. Unas secuencias dominadas por las im¨¢genes de v¨ªdeo, sin duda lo mejor del montaje. El impacto de la belleza e imaginaci¨®n de los fragmentos visuales domin¨® a la danza, aun as¨ª en¨¦rgica y bien ejecutada. Aznar baila acompa?ado de Odile Foehl, Eva Vilamitjana, Andreas Pfiffner y Carlos Fern¨¢ndez, este ¨²ltimo magn¨ªfico en las secuencias en las que encarna a la Woolf, especialmente en un tango al comienzo de la obra. Su f¨ªsico es id¨®neo para el personaje.

El vocabulario coreogr¨¢fico ideado por el autor es apasionado y sinuoso. Marcado al principio por la ambig¨¹edad del sexo, resulta contundente al final. Las parejas se encuentran y reencuentran en diferentes tiempos. Su relaci¨®n resulta intemporal, se tantean para luego abrazarse en el torbellino del olvido. Ser¨ªa dif¨ªcil citar las secuencias m¨¢s impactantes pues abundan, especialmente en las pantallas de v¨ªdeo. Son magn¨ªficas las de Estambul, las de la playa y el sarc¨¢stico di¨¢logo entre el periodista, la estrella de la danza y la cr¨ªtica. Lesbianismo y depresi¨®n, amor y desamor se trenzan en clave de humor al igual que en la obra de la Woolf.

Era evidente que en el montaje no pod¨ªan faltar escenas de la c¨¦lebre pel¨ªcula ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?, interpretada por Elisabeth Taylor y Richard Burton, pero no resulta un recurso f¨¢cil, sino que forma parte del universo al que nos acerca el core¨®grafo. Otro acierto de la pieza es el collage musical que re¨²ne desde La Traviata al pop, pasando por el tango, la m¨²sica renacentista y canciones tales como Blue velvet y La vie en rose, por Edith Piaff. Orlando ¨²nicamente tiene un pecado venial: su larga duraci¨®n de 90 minutos, que comporta la dilataci¨®n de ciertas escenas.