El finalista del tel¨¦fono m¨®vil
David Nalbandi¨¢n perdi¨® en 'juniors' en el a?o 1999 por su propensi¨®n a mandar mensajes
Su idea inicial era ganar un par de partidos y regresar a su casa. As¨ª que cuando David Nalbandi¨¢n, de 20 a?os, super¨® a sus primeros rivales en Wimbledon, llam¨® a su madre, Alda, que se qued¨® enferma en casa, y le dijo que en pocos d¨ªas estar¨ªa de vuelta. Pero se equivoc¨®. Su progresi¨®n en la catedral ha resultado tan brutal que le ha situado en los altares del tenis de su pa¨ªs. En cuesti¨®n de dos semanas, Nalbandi¨¢n se ha convertido no s¨®lo en el primer jugador que acced¨ªa a la final en su deb¨² en el torneo londinense en la era open, sino tambi¨¦n en el primer argentino que disputaba el t¨ªtulo en Wimbledon.
Curiosamente, cuando ¨¦l cogi¨® la raqueta a los cinco a?os, Boris Becker, ahora comentarista de la BBC, gan¨® su primer t¨ªtulo en 1985. 'Se convirti¨® en mi ¨ªdolo', se?al¨® Nalbandi¨¢n en una de sus conferencias de prensa. El argentino, cuyo abuelo emigr¨® de Armenia y se instal¨® en un pueblecito llamado Unquillo, a unos 20 kil¨®metros al norte de C¨®rdoba, ya en la monta?a, comenz¨® a jugar en la ¨²nica pista de cemento que hab¨ªa en su ciudad. Su hermano mayor, Javier, fue quien le condujo en sus primeros pasos ten¨ªsticos. Y pronto destac¨®. Fue n¨²mero uno en la categor¨ªa alev¨ªn, y pas¨® a formar parte de un grupo de ¨¦lite de la federaci¨®n argentina, al lado de Guillermo Coria, Edgardo Massa, Clarisa Fern¨¢ndez y Mar¨ªa Emilia Salerni.
No les fue mal a ninguno de ellos. Se entrenaba con Gustavo Luza cuando en 1998, a los 17 a?os, sorprendi¨® a todo el mundo al imponerse en la final de la prueba junior del Open de Estados Unidos al suizo Roger Federer. 'Era menos favorito entonces que contra Hewitt', asegura el periodista y ex jugador argentino Guillermo Salatino, uno de los hist¨®ricos en el circuito. S¨®lo un a?o m¨¢s tarde gan¨® el t¨ªtulo junior de Roland Garros y vivi¨® en Wimbledon una de las experiencias m¨¢s negativas de su vida. Gan¨® su partido de cuartos de final el mismo d¨ªa en que deb¨ªa disputar las semifinales, pero cuando deb¨ªa presentarse en la pista de nuevo estaba enviando mensajes por su m¨®vil porque, seg¨²n asegura, le hab¨ªan dicho que jugar¨ªa media hora m¨¢s tarde. 'Fue horrible', recuerda; 'uno de mis peores momentos'. Nalbandi¨¢n lleg¨® a la pista con unos 25 minutos de retraso, pero el entrenador de su rival, el austriaco Melzer, oblig¨® a que le descalificaran.
A Nalbandi¨¢n le cost¨® dar el salto al profesionalismo, pero su progresi¨®n nunca se fren¨®. En 2000 ocupaba el puesto 238? en la clasificaci¨®n mundial. En 2001 acab¨® como 70?. Fue entonces cuando comenz¨® a trabajar con Gabriel Markus, un t¨¦cnico argentino con pasaporte alem¨¢n que le impuso una disciplina f¨¦rrea. Respondi¨® bien. Jug¨® los cuartos de final en Auckland y en Buenos Aires y gan¨® su primer t¨ªtulo en Estoril. Ascendi¨® hasta el 32? lugar del ATP Tour. Y tras Wimbledon, pese a perder, ser¨¢ el 14?, el mejor suramericano por delante incluso de Gustavo Kuerten.
'Jugar la final en Wimbledon es lo m¨¢s grande que me ha ocurrido en mi vida', asegura. Y niega, como el resto de jugadores argentinos, que su explosi¨®n en el circuito sea una consecuencia de la crisis econ¨®mica que se est¨¢ viviendo en Argentina. Los jugadores de tenis que est¨¢n en el circuito internacional cobran en d¨®lares y tienen la mayor parte de su dinero fuera de su pa¨ªs. 'Sin embargo, es cierto que me siento satisfecho de haber logrado algo tan importante, porque con ello espero conseguir que, al menos por unas horas, mis compatriotas hayan podido elevar su esp¨ªritu y alejar de sus cabezas el dolor que les producen los problemas por los que est¨¢n pasando'.
Nalbandi¨¢n es un jugador muy completo. En su juego destacan sus golpes de fondo y, fundamentalmente, su resto. Es este golpe el que le ha permitido llegar tan lejos en Wimbledon. Llegando a la final, su nombre quedar¨¢ ligado de alguna forma con el Guillermo Vilas y el de Gabriela Sabatini, los ¨²nicos dos tenistas argentinos que tienen t¨ªtulos del Grand Slam. 'Siendo finalista en Wimbledon ya ha entrado en la leyenda de nuestro tenis, porque es el primer hombre que lo consigue en Argentina. Pero todav¨ªa quedar¨¢ lejos de la popularidad que alcanz¨® Vilas, cuatro veces campe¨®n en el Grand Slam', asegura Salatino. 'Vilas transform¨® este deporte en nuestro pa¨ªs. Antes de ¨¦l jug¨¢bamos al tenis 70.000 personas. En los ochenta, con su explosi¨®n, pasaron a ser tres millones, el 10% de la poblaci¨®n'.
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