Ruido
La semana que viene toca debatir el estado de la naci¨®n, que en un sistema tan presidencialista como el nuestro es el m¨¢s importante, tras la investidura. Eso es as¨ª porque supone la ¨²nica ocasi¨®n en que el presidente del Gobierno rinde cuentas sobre su pol¨ªtica general ante los representantes de la soberan¨ªa popular, constituyendo la pieza central de nuestro sistema de accountability, o asunci¨®n p¨²blica de responsabilidades pol¨ªticas. Y en este caso es todav¨ªa m¨¢s importante, pues se trata de la pen¨²ltima ocasi¨®n en que el se?or Aznar se dignar¨¢ rendir cuentas indirectas, ya que, como sabemos, no volver¨¢ a presentarse ante sus electores para rendirles cuentas directas antes de devolverles el poder que le confiaron.
Pero ya sabemos que nuestro presidente aborrece rendir cuentas. Por eso se retira del poder antes de tiempo, por eso se sale por la tangente en las sesiones semanales de control parlamentario, y por eso suele boicotear los debates anuales sobre el estado de la naci¨®n, desnaturaliz¨¢ndolos al convertirlos en un juicio pol¨ªtico al jefe de la oposici¨®n, al que los diputados de la mayor¨ªa gubernamental abroncan y abuchean para no dejarle hablar hasta hacerle perder los nervios, consiguiendo as¨ª que pierda tambi¨¦n los papeles, que es precisamente lo que quieren demostrar. Mucho m¨¢s en esta ocasi¨®n, cuando el serio tropiezo que para el Gobierno ha supuesto la pasada huelga general se ha pretendido desviar culpando ruidosamente por ello al jefe de la oposici¨®n, en la esperanza de que semejante ruido ahogue la sonora voz de aquella masiva manifestaci¨®n. Por eso es seguro que tambi¨¦n el pr¨®ximo lunes se esgrimir¨¢ la misma t¨¢ctica, para que la bronca parlamentaria haga tanto ruido que se impida juzgar al presidente del Gobierno, que es lo que ahora toca.
Tanto ruido viene a cuento porque, en el ¨²ltimo a?o, la pol¨ªtica del Gobierno se ha visto obstaculizada por multitud de interferencias, cuyo ruido ha terminado por bloquearla. Como balance anual, las luces escasean mientras las sombras son tenebrosas. En su haber cabe apuntar tres tantos. En econom¨ªa, el fuerte crecimiento del n¨²mero de cotizantes a la Seguridad Social, mucho mayor de lo esperado gracias a la inmigraci¨®n, lo que permitir¨¢ enjugar parte del oculto desequilibrio presupuestario. En sociedad, la confirmaci¨®n del crecimiento de la natalidad -gracias tambi¨¦n a la inmigraci¨®n-, que si se acent¨²a permitir¨¢ corregir nuestro grav¨ªsimo desequilibrio demogr¨¢fico, que contin¨²a bloqueando el derecho a formar familia de la generaci¨®n babyboomer. Y en pol¨ªtica, los ¨¦xitos en dos flancos esenciales de la lucha contraterrorista, el policial y el judicial, que est¨¢n estrangulando a ETA al ponerla contra las cuerdas.
Por lo que hace a su debe, los fallos son m¨²ltiples, y algunos, garrafales. El frente pol¨ªtico de la cuesti¨®n vasca est¨¢ peor que nunca, pues se ha consumado la divisi¨®n irreversible del bando dem¨®crata, se ha creado un clima pol¨ªtico de odio incivil y se ha contagiado a los constitucionales la voluntad excluyente que introdujo Lizarra, lo que augura un corrimiento de los electores moderados e indecisos hacia el independentismo. El semestre europeo ha sido un fracaso, dej¨¢ndose pudrir todos los problemas que se escondieron bajo la alfombra del fantasma inmigrante. En econom¨ªa, puede que se sostenga un cierto crecimiento, pero los inversores han hundido las bolsas y la corrupci¨®n emerge rampante, con las c¨²pulas de los dos hiperbancos imputadas y el caso Gescartera sin resolver, por no hablar de toda la corrupci¨®n sumergida que se adivina bajo la superficie. En sociedad, los servicios p¨²blicos est¨¢n cada vez m¨¢s hundidos, destacando la contrarreforma de la ense?anza y la expropiaci¨®n de los derechos sociales que provoc¨® el huelgazo. Y del clima pol¨ªtico, para qu¨¦ hablar, pues todos se rebelan contra Aznar, desde los catalanistas m¨¢s sensatos hasta la fracci¨®n fraguista del Partido Popular, que esgrime como ariete al quemado Cascos. ?Por qu¨¦ ser¨¢?
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