Dos encierros en uno
El peligroso encierro de ayer, con toros de Santiago Domecq, ha sido el m¨¢s largo desde 1959
Cinco corredores fueron empitonados en el tercer encierro de los sanfermines, tres de ellos de nacionalidad estadounidense, y otros dos, navarros. A pesar de la gravedad de sus heridas, su vida no corre peligro, seg¨²n los partes m¨¦dicos de los servicios hospitalarios.
La de ayer, con astados gaditanos de Santiago Domecq, fue, sin duda alguna, la carrera m¨¢s larga y peligrosa de las vividas este a?o en Pamplona. Y tambi¨¦n de los ¨²ltimos tiempos. Los 12 minutos y 7 segundos de su duraci¨®n s¨®lo fueron superados en 1959 por un encierro de Miura que dur¨® un cuarto de hora.
En realidad, ayer no hubo un ¨²nico encierro, sino dos bien distintos. Algo que viene siendo habitual.
El primero, el original, lo protagonizan a diario los cabestros y algunos toros que no pierden su estela. El segundo se parece m¨¢s a un rodeo americano, con astados que caen, pierden el sentido de la orientaci¨®n y corren en direcci¨®n contraria cuando se ven rodeados por una multitud abotargada en la que apenas unos pocos tiran del animal hacia los corrales mientras el resto presencia la escena con enorme riesgo, saca fotograf¨ªas, juega a tocar sus cuernos, golpea al bicho o incluso lo patea temerariamente, como ayer ocurri¨®.
Cinco corredores fueron empitonados, tres estadounidenses y dos navarros
Antes de que la manada se rompiera, la furia de dos astados de Domecq, que encabezaron la carrera en la cuesta de Santo Domingo, se cobr¨® la primera v¨ªctima: James Brandau, vecino de Albuquerque (Nuevo M¨¦xico), de 69 a?os, la viva imagen de Ernesto Hemingway, sufri¨® una cornada de 10 cent¨ªmetros en la pierna izquierda.
La peligrosidad no descendi¨® en la calle de Mercaderes, donde los toros comenzaron a caerse en serio. En ese tramo fue empitonado Francisco Javier ?lvarez Ochoa de Olza, de 39 a?os. Una cornada de dos trayectorias (seis y cuatro cent¨ªmetros) le atraves¨® el tercio superior de la pierna izquierda.
Ya en Estafeta se vivi¨® otro encierro distinto. Tras perder de vista a los cabestros y a sus hermanos, dos Domecq rezagados sembraron el p¨¢nico sin saber hacia d¨®nde ir. Durante interminables minutos arremetieron contra los grupos de espectadores que permanec¨ªan est¨¢ticamente arracimados junto a las paredes. Jorge Rolando Villao, vecino de Burlada (Navarra), de 21 a?os, fue el peor parado. Sufri¨® una cornada en la regi¨®n perianal derecha con doble trayectoria de 20 y 20 cent¨ªmetros. Las im¨¢genes televisivas de c¨®mo ocurri¨® la cogida ponen los pelos de punta.
Metros m¨¢s adelante, junto a la plaza de toros y en un escenario parecido, los Domecq siguieron su escabechina. Justin Brandon Skonberg, estadounidense de 22 a?os, sufri¨® una cornada en el muslo derecho de 20 cent¨ªmetros de longitud que le lleg¨® hasta el f¨¦mur. Howard S. Marzan, puertorrique?o de 30 a?os, fue alcanzado en el muslo izquierdo con una cornada de 15 cent¨ªmetros.
Otro corredor, Eduardo Garrido, de 23 a?os, vecino de Artica (Navarra), qued¨® ingresado en observaci¨®n con contusi¨®n abdominal y pron¨®stico menos grave. Thomas Degand, vecino de Chastre (B¨¦lgica), de 24 a?os, y Vicente Ba?os Tajuelo, de 23 a?os, vecino de Alcobendas, fueron dados de alta tras ser atendidos de heridas de menor importancia.
Babelia
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