Los mundos del Kronos Quartet
En 1973, mientras la guerra de Vietnam deja convulsas secuelas en la sociedad norteamericana, David Harrington, un violinista de 23 a?os que acaba de cumplir un contrato de un a?o con una orquesta de Canad¨¢, regresa a Seattle. En la radio escucha Black Angels, subtitulada Trece im¨¢genes de la Tierra Oscura. Una par¨¢bola del desastre b¨¦lico. Su autor, George Crumb, introduce sonidos inesperados en la m¨²sica de c¨¢mara: gritos, campanas... y los del cuarteto de cuerda procesados electr¨®nicamente.
David Harrington decide crear un cuarteto. El nombre tiene que ver con el tiempo: en griego, cronos. Su primer concierto se celebra en el North Seattle Community College ante un p¨²blico de amigos y parientes. 'Kronos', String Quartet, figura en la portada del programa de mano. Desde 1978, y ya con sede en San Francisco, sus miembros ser¨¢n Harrington (primer viol¨ªn), John Sherba (segundo viol¨ªn), Hank Dutt (viola) y Joan Jeanrenaud (chelo), que hace tres a?os dej¨® su lugar a Jennifer Culp.
El cuarteto de cuerda es la formaci¨®n arquet¨ªpica de la m¨²sica de c¨¢mara. Uno espera o¨ªr a Haydn, Beethoven, Schubert o Brahms. El Kronos se propuso agregar a los cat¨¢logos de cl¨¢sica apellidos tan ins¨®litos como el de Hendrix. Sus miembros no ten¨ªan intenci¨®n de quedar atrapados en el mismo repertorio. Jeanrenaud recuerda que eran maravillosamente libres. Nadie los conoc¨ªa y a nadie le importaban un pimiento. Para Harrington, el cuarteto de cuerda es uno de los medios emocionales m¨¢s poderosos y po¨¦ticos de nuestra civilizaci¨®n. As¨ª que no hay que permitir que se oxide. Ellos disfrutan con la diversidad musical del planeta y han tocado con Herbie Hancock, Nusrat Fateh Ali Khan, Djivan Gasparian o Astor Piazzolla.
En 1992 publicaron Pieces of Africa, su disco m¨¢s vendido, y, a mediados de los noventa, Allen Ginsberg ley¨® con ellos su poema Howl. La generaci¨®n beat, el sue?o americano, la contracultura, la guerra fr¨ªa y la caza de brujas, la amenaza at¨®mica... Harrington cuenta que, momentos antes del estreno en Nueva York, Ginsberg le confes¨®: 'Me muero de ganas de decir cocksucker en el escenario del Carnegie Hall'.
Visten ropa de moda y en
sus conciertos -suelen dar m¨¢s de cien por a?o- igual hacen su lectura de Bart¨®k, Webern o Berg, que tocan obras de compositores contempor¨¢neos como Harry Partch o Charles Ives, a los minimalistas La Monte Young, Steve Reich y Philip Glass o estrenan a compositores de los cinco continentes: el vietnamita P. Q. Phan, la azer¨ª Franghiz Ali-Zadeh, el surafricano Kevin Volans o el georgiano Giya Kancheli -m¨¢s de 400 cuartetos in¨¦ditos o arreglos, encargados y estrenados-. Traveling music, de Ken Benshoof, fue el primero en 1974. Le pagaron con... ?una bolsa de donuts!
Tambi¨¦n puede el Kronos remontarse a Hildegarde von Bingen o P¨¦rotin o Guillaume de Machaut. En un mismo programa se codean obras medievales y contempor¨¢neas. El tiempo no es obst¨¢culo. Lo dec¨ªa John Cage: 'El pasado debe ser inventado. El futuro debe ser revisado. Hacer ambas cosas es lo que hace el presente. El descubrimiento nunca acaba'. Harrington siempre quiso un cuarteto en¨¦rgico: 'De absoluta belleza o feo, si hace falta serlo, pero tiene que ser la expresi¨®n de la vida'. Incluso en la muerte de seres queridos: Terry Riley compuso Requiem for Adam, recuerdo para el hijo de Harrington fallecido con 16 a?os; Mario in Cielo, para el de Joan Jeanrenaud, y Lacrymosa-remembering Kevin, a la memoria de un amigo de Hank Dutt.
25 Years, la caja de 10 discos que celebraba en 1998 un cuarto de siglo de trabajo, es casi un qui¨¦n es qui¨¦n de los compositores de m¨²sica contempor¨¢nea: John Adams, Arvo P?rt, Morton Feldman, Henryk G¨®recki, Sof¨ªa Gubaidulina, Alfred Schnittke... Ahora, el Kronos, siempre dispuesto a sorprender, aborda m¨²sica popular mexicana en Nuevo (Nonesuch): Se me hizo f¨¢cil, de Agust¨ªn Lara; Perfidia, de Alberto Dom¨ªnguez; El sinaloense, de Severiano Brise?o, del que se incluye una versi¨®n dance mix, y 12/12, de Caf¨¦ Tacuba, grabado junto al grupo mexicano, con arreglo de Osvaldo Golijov, alumno de Crumb y autor de una pieza inspirada en un canto religioso de los indios de Chiapas. El Kronos contin¨²a empe?ado en a?adir nuevas p¨¢ginas al hermoso libro de las partituras para cuarteto de cuerdas.
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