Amistad y detalles en la India
En 1921, a la vuelta del que ser¨ªa su segundo viaje a la India, E. M. Forster, autor de Habitaci¨®n con vistas, Maurice o Pasaje a la India, recomend¨® a un joven amigo llamado J. R. Ackerley y reci¨¦n licenciado en Cambridge que viajara a aquel pa¨ªs. Le se?al¨® un lugar: el peque?o Estado de Chhatarpur, en el que el maharaja gobernante, a quien Forster hab¨ªa tratado, buscaba un secretario. J. R. Ackerley (1896-1967) no s¨®lo acept¨® la propuesta sino que durante aquella estancia, que se prolong¨® durante cinco meses, redact¨® un diario que publicar¨ªa una d¨¦cada despu¨¦s con el t¨ªtulo de Vacaci¨®n hind¨². Pero el maharaja no necesitaba tanto de un secretario, pues ya dispon¨ªa de uno, sino m¨¢s bien de un acompa?ante, alguien con quien conversar. Es el propio Ackerley quien en la introducci¨®n a ese diario suyo se?ala lo que deseaba el gobernante. El maharaja 'quer¨ªa un amigo, quer¨ªa comprensi¨®n y simpat¨ªa, y consuelo filos¨®fico; y los mand¨® pedir de Inglaterra'.
VACACI?N HIND?. UN DIARIO DE LA INDIA
J.R. Ackerley Traducci¨®n de C¨¦sar Aira Pre-Textos. Valencia, 2002 286 p¨¢ginas. 22 euros
Esa singular amistad entre el joven ingl¨¦s y el jerarca oriental, que andaba cerca de los sesenta a?os y a quien el escritor llamar¨¢ en el libro Su Alteza, se vierte en un diario del que su autor se sirve no tanto para desgranar sus impresiones sobre un pa¨ªs que desconoce y al que no regresa nunca m¨¢s, sino sobre las relaciones que se establecen entre el peque?o grupo de interlocutores con los que trata. Ackerley no abdica de lo que advierte al inicio del libro, de que no escribe una historia sobre la India, sino sobre lo que fue su transcurrir en aquel lugar llamado Chhatarpur, en el que se instala y del que apenas sale.
De la narraci¨®n de esa instant¨¢nea vital surge un texto delicioso, atrevido y enraizado en una ¨¦poca ya desaparecida, pero tan arrollador y exquisito que su lectura est¨¢ viva y sin apenas desgaste. La mezcla entre la precisi¨®n en describir el detalle, el fino sentido del humor de algunos de sus pasajes y la presencia de cierta malicia resulta clave, pero hay, sobre todo, algo que se revela como fundamental: la manera que tiene Ackerley de instalarse ¨¦l mismo en el texto como personaje. De ah¨ª que sea material de primer orden su estupor, su enojo, su curiosidad y tambi¨¦n su deseo.
Ackerley llama Chhokrapur (en
hindi significa 'ciudad de los muchachos') al peque?o Estado de Chhatarpur, y como dice el traductor del libro se trata de una 'broma oculta', pues ¨¦ste es un texto sobre la condici¨®n y la relaci¨®n homosexual. Como si de una representaci¨®n teatral se tratara, Ackerley adjudica papeles protagonistas y los se?ala antes del comienzo de la lectura. Ah¨ª est¨¢n ellos: primer ministro, secretario, tutor, empleado, amigo, camarero y sirviente, y, naturalmente, el propio autor y Su Alteza, cambia los nombres de la mayor¨ªa y realiza algunas otras modificaciones, pero lo que le importa es describir las miradas que se cruzan Oriente y Occidente, cu¨¢l es su concepto de jerarqu¨ªa, cu¨¢les sus costumbres y tradiciones, medir las supersticiones y observar c¨®mo todo esto se desenvuelve en una familiaridad casi dom¨¦stica donde el maharaja sigue ejerciendo de tirano a peque?a escala. Y es en ese mundo donde al joven Ackerley se le invitar¨¢ a que dilucide las diferencias entre lascivia, amor o pasi¨®n; se enfrentar¨¢ a la cuesti¨®n de '?c¨®mo se hace para tomar una decisi¨®n?', o se encontrar¨¢ que el conflicto que se establece entre diferentes culturas y religiones tiene su representaci¨®n en la dificultad de que dos hombres se puedan besar en la boca cuando s¨®lo uno de ellos es vegetariano. Vacaci¨®n hind¨² es una oportunidad para recuperar al autor de Mi perro Tulip o Vales tu peso en oro.
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