Marianne Faithfull, David Bowie y Joe Cocker llenan de magia el Festival de Montreaux
La 36? edici¨®n del evento de jazz adquiere color latino con Michel Camilo y Chano Dom¨ªnguez
?Paul Simon, Keith Jarrett, Jamiroquai, Caetano Veloso, Charlie Haden, Pat Metheny, Dr John, Wynton Marsalis, Garbage y Youssou N'Dour en un mismo programa? Tiene que ser el Festival de Jazz de Montreaux. El primero que abri¨® un camino diferente. Hasta el 20 de julio, la localidad suiza se llena de ritmos de todo el mundo. En las salas de pago y en los barcos que surcan el lago Leman; trenes que suben a 2.000 metros y 200 conciertos gratuitos al aire libre. Faltan a¨²n David Bowie (d¨ªa 18), Joe Cocker y Caetano Veloso (d¨ªa 20) -con entradas agotadas-. Y el 14 de julio, un inesperado tributo a Antonio Carlos Jobim. Invitados: Herbie Hancock y Gary Burton, entre otros.
Marianne Faithfull cant¨® Wherever I go con la voz aguardentosa -una de las m¨¢s reconocibles voces de mujer en el rock- de quien ha vivido lo suyo. Es una melod¨ªa de Beck a la que ella le puso letra y confes¨® que se trataba de su primera canci¨®n de amor: 'Me ha tomado mucho tiempo', dijo riendo. De Beck Hansen hizo tambi¨¦n Nobody's fault but mine: 'Salt¨¦ sobre ella en cuanto la escuch¨¦ diciendo '?¨¦sta es m¨ªa!, ?m¨ªa!'. La inglesa empez¨® a lo Leonard Cohen y termin¨® sobre unos fondos psicod¨¦licos que habr¨ªa reivindicado Pink Floyd. Se retoca los labios con un cigarrillo en la mano derecha y, en su momento, Ute Lemper cuelga la chaqueta negra del soporte del micro y alarga el brazo en adem¨¢n de apoyarse en ella.
Canta ¨²nicamente canciones de las que se ha enamorado. Del disco Kissin time present¨® sus colaboraciones con Jarvis Cocker, con Billy Corgan en I'm on fire -que ella defini¨® como balada porno- y una canci¨®n que quiso dedicar a otra cantante de los a?os sesenta. Song for Nico fue su recuerdo a Nico, de la que asegur¨® hab¨ªa sido infravalorada en vida: 'Espero que te guste dondequiera que est¨¦s, aunque no creo en el para¨ªso'.
Si la antigua musa de los Stones actu¨® en el Auditorio Stravinski del Palacio de Congresos y Cornershop en el contiguo Miles Davis Hall, para ver a Al Jarreau hab¨ªa que desplazarse hasta el casino. Un paseo de quince minutos por los floridos y buc¨®licos muelles en los que uno se encuentra un busto de Ray Charles o la estatua de Freddy Mercury.
Con el concierto de Jarreau, el festival ha recuperado cuatro noches la sala del m¨ªtico casino. Piazzolla convirti¨® all¨ª su nuevo tango en un ritual sobrecogedor; Miles Davis record¨® por ¨²ltima vez los arreglos de Gil Evans con una gran orquesta dirigida por Quincy Jones; Camar¨®n brind¨® una de sus grandes faenas... Jarreau, que se hizo popular con el tema de la serie Luz de luna, es un asiduo de Montreux desde los setenta. Con una gorra negra calada hasta las cejas ofreci¨® temas de su disco Tomorrow today. Puede que abuse de algunos trucos, pero el hijo del predicador sigue siendo, a sus 62 a?os, un pedazo de cantante.
Michel Camilo, que ha ofrecido en el conservatorio local una clase magistral sobre jazz latino -tiene previstas otras dos en Madrid (15 de julio) y Barcelona (17), organizadas por la SGAE-, dej¨® Spain para el bis. 'Siempre que escucho a Chano escucho cosas bonitas', dijo Camilo, en cuyo disco con Tri¨¢ngulo se incluye una composici¨®n del gaditano. El sexteto de Chano Dom¨ªnguez abord¨® obras in¨¦ditas: alegr¨ªas de C¨¢diz, tangos y una buler¨ªa t¨ªpica de Jerez. Es un creador que est¨¢ inventando un lenguaje para acercar al flamenco del jazz y viceversa.
El esp¨ªritu de Montreux surgi¨® en la madrugada del s¨¢bado. Claude Nobs disfruta desvivi¨¦ndose porque todos se sientan en casa. Un segundo piano se desliz¨® hasta el escenario del casino. Michel Camilo y Joe Sample improvisaron a d¨²o A night in Tunisia. La m¨²sica sigue. Faltan a¨²n Bowie, Joe Cocker y Caetano Veloso. Y el 14 de julio, d¨ªa de la fiesta nacional francesa, no habr¨¢ esta vez artistas galos y s¨ª un homenaje a Jobim. Invitados: Hancock, Burton, Joe Sample, David Sanborn, Kirk Whalum y Michael Brecker. As¨ª es Montreux cada mes de julio.
Humo en el agua
Una de las secuencias de acordes m¨¢s famosa de la historia del rock, la de Smoke on the water, naci¨® en Montreaux. Se estaba quemando el antiguo casino en plena actuaci¨®n de Frank Zappa y la letra de aquella canci¨®n de Deep Purple es la cr¨®nica del incendio que lo destruy¨® en 1971. Hubo que construir uno nuevo en el mismo emplazamiento. Era un recinto cargado de historia que ha cedido el protagonismo en los ¨²ltimos a?os al Palacio de Congresos (junto con el Auditorio Stravinski y el Miles Davis Hall). Montreaux tambi¨¦n es una ciudad cargada de historia por otras razones. En un hotel de esta poblaci¨®n suiza pas¨® un verano la emperatriz Siss¨ª; ?gor Stravinski vivi¨® en la regi¨®n; Nabokov escribi¨® aqu¨ª; el pintor Kokoshka encontr¨® refugio en sus hermosos parajes, y lord Byron la inmortaliz¨® en sus versos. Hoy el nombre de Montreaux est¨¢ asociado fundamentalmente a su festival de jazz. Un evento por el que han pasado todos los grandes del g¨¦nero: desde Count Basie, Dizzy Gillespie y Charles Mingus hasta Oscar Peterson, Bill Evans o Ella Fitzgerald. Fue pionero en abrir sus puertas al rock, el reggae, el soul, la m¨²sica brasile?a, la africana, el tango, el flamenco, y ahora, las m¨²sicas electr¨®nicas y los Djs. Estos ¨²ltimos rejuvenecen considerablemente la edad media de los asistentes. Cada verano, desde hace 36 a?os, una apacible ciudad de poco m¨¢s de 20.000 habitantes se convierte en capital musical del planeta. Los llamativos carteles del festival llevan firmas ilustres: Keith Haring (1983), Jean Tinguely (1982), Andy Warhol (1987), David Bowie (1995) y Phil Collins (1998). El a?o pasado se bati¨® el r¨¦cord de billetes vendidos con 80.000.
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