'Colesterol bueno'
De las distintas categor¨ªas de flujos internacionales de capital, a las inversiones directas se las califica de colesterol bueno: adem¨¢s de los efectos de cualquier forma de incorporaci¨®n de ahorro externo, incorporan ventajas claras en el pa¨ªs receptor (posibilidad de difusi¨®n de tecnolog¨ªas, t¨¦cnicas y pr¨¢cticas de gesti¨®n, etc¨¦tera), de la que la m¨¢s destacada es el grado de compromiso con la econom¨ªa y la empresa en la que se concreta esa inversi¨®n (ya sea a trav¨¦s de la adquisici¨®n de una empresa existente o de la creaci¨®n de una nueva, las denominadas greenfields). Su mayor proyecci¨®n temporal y estabilidad convierte, en principio, a este tipo de flujos en veh¨ªculos preferentes para el desarrollo y la integraci¨®n econ¨®mica internacional de los pa¨ªses receptores.
El flujo de capitales alcanz¨® el m¨¢ximo hist¨®rico de 1,3 billones de d¨®lares en el a?o 2000, casi cinco veces los niveles de seis a?os antes
Para los inversores constituye una v¨ªa de diversificaci¨®n que, en no pocos casos, acaba garantizando las posibilidades de crecimiento ante la maduraci¨®n y exceso de competencia de los mercados locales. Es ese inter¨¦s duradero, la existencia de una verdadera apuesta a largo plazo, lo que justifica la favorable diferenciaci¨®n frente a la financiaci¨®n bancaria o la propia inversi¨®n de cartera.
La d¨¦cada de los noventa ha sido, tambi¨¦n en el comportamiento de esos flujos, una etapa excepcional: con datos recientemente difundidos por la OCDE (Trends and recent developments in foreign direct investment, junio 2002), el crecimiento de la inversi¨®n directa no ha tenido precedentes, hasta alcanzar las salidas del conjunto de pa¨ªses de la OCDE (lo que equivale al 90% de los flujos mundiales) en 2000 ese m¨¢ximo hist¨®rico de 1.3 billones de d¨®lares, casi cinco veces los niveles de seis a?os antes. Uno de los principales inversores, en especial en la segunda mitad de esa d¨¦cada, han sido las empresas espa?olas, titulares aproximadamente del 5% de esos flujos totales en esos a?os. Esa tendencia expansiva se quiebra de forma brusca en 2001: los flujos de entrada y de salida en los 29 pa¨ªses de la OCDE experimentan una contracci¨®n desconocida en muchas d¨¦cadas, en el entorno del 60%.
Los principales actores en este proceso, EE UU y Gran Breta?a, son los que experimentaron descensos m¨¢s significativos, m¨¢s acusados en la recepci¨®n que en las salidas; EE UU, que absorbi¨® en los tres a?os finales de la pasada d¨¦cada el 30% de las entradas totales de la OCDE, tuvo una ca¨ªda del 58%. En Espa?a las entradas se redujeron un 40%, mientras que los flujos de salida lo hicieron en un 50%, abandonando esa posici¨®n entre los cinco principales inversores del mundo.
?Cambio estructural o simple inflexi¨®n en esa intensa oleada de privatizaciones y fusiones y adquisiciones transfronterizas, particularmente destacada en 2000, a la que acompa?¨® la sobrevaloraci¨®n de los mercados de acciones?
Los datos correspondientes a los seis primeros meses de este a?o no permiten anticipar una inmediata reversi¨®n de lo observado en 2001. Los flujos asociados a fusiones y adquisiciones, los m¨¢s importantes en el seno de la OCDE, en la primera mitad de este a?o apenas representan una tercera parte de los que tuvieron lugar en el conjunto del pasado, algo que en modo alguno es ajeno a la situaci¨®n empresarial que est¨¢ viviendo EE UU; de hecho, las empresas estadounidenses, tras muchos a?os de ser importadoras netas de flujos de capital para ese prop¨®sito de fusiones y adquisiciones, en la primera mitad de este a?o han pasado a ser exportadoras netas; junto a las domiciliadas en Gran Breta?a, contabilizan la mitad de los flujos de salida en estas operaciones de reestructuraci¨®n de la propiedad empresarial.
En ausencia de una concreci¨®n m¨¢s r¨¢pida e intensa de la esperada del horizonte de recuperaci¨®n de las econom¨ªas desarrolladas y de su reflejo en los mercados de acciones, el a?o en curso acentuar¨¢ la discontinuidad registrada en el pasado y, con ello, el avance en el proceso de integraci¨®n econ¨®mica internacional. Y ello puede ser particularmente adverso en el caso de las econom¨ªas menos desarrolladas, aquellas para las que, efectivamente, el colesterol bueno podr¨ªa, cuando menos, balsamizar las serias amenazas de inestabilidad financiera que hoy pesan sobre algunas de ellas.
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