Cinco carretas y un toro

La corrida de Miura const¨® de cinco toros de carreta y uno manejable. S¨®lo les falta el camino estrecho empapado de barro y polvo. La carreta la ponen los propios cinco toros de Miura. Esos toros, si en vez de Miura se llamaran toros de Fern¨¢ndez Salcedo, por ejemplo, no lidiaban una corrida en la vida. A lo m¨¢s que llegar¨ªan ser¨ªa a correr como toros ensogados y a toros del aguardiente.

Sucede que la ganader¨ªa de Miura tiene mucha percha literaria. Est¨¢ su leyenda negra, los toreros muertos que ha dejado en el camino a lo largo de la historia del toreo. Sin embargo, en estos ¨²ltimos a?os, la ganader¨ªa Miura es un permanente fiasco. Pero como los de la Casa de Misericordia de Pamplona quieren contratar todos los a?os como la ¨²ltima corrida de Sanfermines a esa ganader¨ªa, de ah¨ª vienen todos los males. Cu¨¢nto mejor ser¨ªa que contrataran a tal ganader¨ªa para los encierros y por la tarde se lidiar¨ªan los de otra ganader¨ªa de m¨¢s fuste en cuanto a calidad de toros bravos.

Con este material tan inservible, Zotoluco y Padilla estuvieron indecisos y temblorosos a la manera de castillos de arena Los dos diestros se comportaron como dos casas de madera que viajaran a la deriva hacia el mar. Uno y otro usaron la franela, es decir la muleta, como si fuese una bayeta de quitar el polvo a las estatuas de plata falsa.

Si por algo se salva Padilla es por cuatro pares de banderillas de los seis que clav¨®. El Padilla que suele comportarse como si fuera a conquistar ¨¦l solo el islote Perejil no apareci¨® por ninguna parte, desert¨®.

Por parte del franc¨¦s Fern¨¢ndez Meca se valora su trabajo muletero en el quinto de la tarde. No fue un dechado de arte, mas dentro de la penuria en la que estaba la tarde inmersa por lo menos fue un peque?o soplo de esperanza. S¨®lo eso: un leve soplillo.

Por las cuadrillas valoramos a los banderilleros del franc¨¦s, Morenito de Arl¨¦s y Javier Gil; y por los picadores a Efr¨¦n Acosta de la cuadrilla del Zotoluco.

Quedan, eso s¨ª, todos los llenos que ha habido en los festejos sanfermineros. Y queda, muy en especial, ese ambiente que se vive cada tarde en los aleda?os de la plaza antes de cada corrida. De verdad que parece como si se tratara de una final del Campeonato Mundial de F¨²tbol a celebrar en Maracan¨¢. Pues bien, en San Ferm¨ªn este a?o se han jugado diez asombrosas y espectaculares finales. Junto a lo dicho queda el encuentro con los amigos de Joaqu¨ªn Vidal, Elu y Masito, y tantos otros. Junto a aquellos espectadores cercanos a nuestra localidad que nos brindaron su m¨¢s c¨¢lida acogida y ofrecimiento de amistad. Es impagable semejante dadivosidad.