Una gran se?ora
Nunca se la hab¨ªa visto tan bien acompa?ada. Trece cubanos -hasta seis metales-, con aquel sonido pleno y voluptuoso de las m¨¢s selectas orquestas de antes de la Revoluci¨®n, arrancando el concierto con un gozoso mambo, y la Diva del Buena Vista Social Club, como la presentaron sus m¨²sicos, feliz por el reencuentro con los espa?oles y de poder cantar aqu¨ª ?D¨®nde estabas t¨²?, Qu¨¦ le vamos a hacer o Vereda Tropical.
Despu¨¦s de toda una vida cantando, Omara Portuondo se siente casi como si estuviera empezando. Para No me llores m¨¢s, n¨²mero de Arsenio Rodr¨ªguez, cont¨® con un tresero de alcurnia: Papi Oviedo. El joven Miguelito Vald¨¦s, que rindi¨® homenaje a su maestro El Guajiro Mirabal -con cita incluida de Ay mama In¨¦s- tiene ya perfilado ese sonido hiriente y directo al ment¨®n de la mejor escuela cubana de trompeta; la prestaci¨®n de Roberto Fonseca permiti¨® intuir el potencial de este pianista de 27 a?os -para la cr¨®nica de sociedad, hijo de la primera mujer de Chucho Vald¨¦s-, en un soberbio B¨¦same mucho, de la mexicana Consuelo Vel¨¢zquez, que Omara Portuondo empez¨® a media voz y finaliz¨® solt¨¢ndose la garganta ante el entusiasmo del p¨²blico. No estaba en el gui¨®n, pero qu¨¦ bueno que se lo salt¨®. La emoci¨®n de regresar a Madrid pudo con ella y la hizo cantar, inesperadamente, Amigas, que dedic¨® a los m¨²sicos cubanos con los que ha trabajado -algunos se hab¨ªan acercado a verla- y a quienes la han seguido todos estos a?os hasta los peque?os locales en los que se anunciaba. Seguro que record¨® actuaciones en condiciones precarias y esas cancelaciones ajenas a su voluntad que han provocado una larga ausencia. En su memoria ten¨ªa presente la ¨²ltima vez que la interpret¨®: a d¨²o con su amiga Elena Burke, la Se?ora sentimiento, poco antes de que ¨¦sta falleciera, el pasado 9 de junio en La Habana.
Omara Portuondo
Omara Portuondo (voz), Rolando Bar¨® (piano), Fabi¨¢n Garc¨ªa (contrabajo), Papi Oviedo (tres), Carlos Vald¨¦s (timbales), Chaing Liang (congas), Julito Guerra (bong¨®), Antonio Sesma (tromb¨®n), Miguelito Vald¨¦s y Robertico Garc¨ªa (trompeta), Bab¨ªn Hern¨¢ndez, Ra¨²l Nacianceno y Miguel Antu?a (saxo), Francisco Garc¨ªa Caturla (direcci¨®n). Invitado: Roberto Fonseca (piano). Conde Duque. Madrid. 15 de julio.
Omara Portuondo conserva esa alegr¨ªa esc¨¦nica que desarroll¨® con Las Mulatas de Fuego, y que cultiv¨® luego con el extraordinario cuarteto D'Aida, y tambi¨¦n una especial sensibilidad para el bolero de siempre, como en Ella y yo, en la cl¨¢sica Veinte a?os o en una adaptaci¨®n al espa?ol de The man I love, de los hermanos Gershwin, en la que se la escucha decir 'no puedo soportar las ganas de llorar'. Quiz¨¢ sea la ¨²ltima grande de la canci¨®n cubana, la ¨²nica con el duende de las verdaderas estrellas. Por si todav¨ªa no se hab¨ªa dado cuenta, nos es imprescindible.
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