Pedaladas
Hace unos d¨ªas, cuando Gonz¨¢lez de Galdeano se visti¨® por vez primera con el maillot amarillo del Tour de Francia, varios periodistas hac¨ªan c¨¢balas en una emisora radiof¨®nica acerca del n¨²mero de ciclistas vascos que hab¨ªan logrado esa misma haza?a a lo largo de la historia de la ronda francesa. Creo recordar que en total les sal¨ªan cinco. La lista comenzaba con un corredor de Baiona cuyo nombre era la primera vez que yo o¨ªa, y se cerraba con el navarro Miguel Indurain y, l¨®gicamente, con el propio Gonz¨¢lez de Galdeano. Con sus estad¨ªsticas y c¨¢lculos en la mano, los periodistas consiguieron por fin entrevistar al ciclista alav¨¦s y, como no pod¨ªa ser menos, le espetaron: '?sab¨ªas que s¨®lo cinco de los nuestros hab¨¦is conseguido vestir el maillot amarillo del Tour?'. El corredor, a lo que se ve poco ducho en el argot pol¨ªtico-deportivo del pa¨ªs, contest¨® sin pesta?ear: 'no, por lo que me acaban de decir hace un rato unos compa?eros vuestros me parece que hemos sido seis o siete los espa?oles que hemos tenido el maillot amarillo'. El bueno de Galdeano hab¨ªa interpretado lo de 'los nuestros' en un sentido diferente al utilizado por el periodista, cre¨¢ndole a ¨¦ste un problema no esperado que tuvo que solucionar como pudo. Son las cosas del metalenguaje en el que algunos se han instalado en los ¨²ltimos a?os.
Unos d¨ªas despu¨¦s, un colombiano alto y rubio llamado Botero como el escultor y pintor, bat¨ªa en la prueba contra el reloj al hasta ahora invencible Amstrong, ese superman que logr¨® vencer a la enfermedad y apuntarse tres Tours de Francia consecutivos. Como quiera que el colombiano corre con el patrocinio de una marca comercial radicada en Alicante, los comentaristas de Televisi¨®n Espa?ola comenzaron a felicitarse por el triunfo de un equipo espa?ol. Tal era su gozo por esa circunstancia que cuando entrevistaron a Botero lo primero que le hicieron saber era que la suya era una gran victoria para el ciclismo hispano ya que ¨¦l corr¨ªa enrolado en una marca espa?ola. El de Medell¨ªn, un tipo educado, dijo que s¨ª, que bueno, que as¨ª era la cosa, y que le alegraba que los espa?oles se sintieran tambi¨¦n contentos con su victoria.
Me he enterado despu¨¦s, a trav¨¦s de los peri¨®dicos, de que Botero, un tipo sin duda educado, lleva varios a?os intentando in¨²tilmente conseguir un permiso de residencia en Espa?a. Que sus ojos azules y su pelo rubio no le han servido hasta ahora para evitar hacer largas horas de cola y llegar a una ventanilla en donde le dicen que le falta un papel y que vuelva ma?ana. Que hasta ahora ha conseguido vivir en Espa?a con un visado de turista, y en otras ocasiones como estudiante. Y que dentro de poco, si no consigue arreglar su situaci¨®n, engrosar¨¢ las filas de los llamados 'sin papeles'. Y eso que Botero es un deportista de ¨¦lite, que gana un buen salario, y que no protesta -sin duda es un tipo educado- cuando le insin¨²an que sus triunfos son los del ciclismo espa?ol.
Durante la mencionada prueba contra el reloj tuvimos la oportunidad de disfrutar tambi¨¦n de alguna otra perla period¨ªstica. Durante largos minutos no se supo a ciencia cierta si el triunfo en la etapa iba a corresponder a un se?or de Ohio (Estados Unidos) o a otro de Medell¨ªn (Colombia). Pues bien, los encargados de retransmitir la carrera se empe?aron en hacerlo todo m¨¢s incierto al comentar reiteradamente que 'el americano' llevaba varios segundos perdidos sobre su contrincante. Adivina, adivinanza, ?cu¨¢l de los dos era el americano? Hasta los ni?os aprenden en las escuelas que tanto los EE.UU. como Colombia est¨¢n en el mismo continente, Am¨¦rica. Pero algunos periodistas deportivos parece que olvidaron pronto sus estudios de geograf¨ªa y se empe?an obcecadamente en confundir el todo con la parte.
Y as¨ª, a golpe de pedal, el verano -o lo que sea- sigue adelante. Y el pa¨ªsito, como le gusta decir a Javier Ugarte -y a m¨ª que lo siga diciendo-, tiene al menos algo con lo que entretenerse para sacudirse el aburrimiento que produce lo otro, lo de siempre.
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