El origen del debate

En el ep¨ªlogo del libro, Mario Onaind¨ªa reconoce que su vocaci¨®n era ser 'hispanista ingl¨¦s'. Imagino que detr¨¢s de ese calificativo se esconde el ideal de poder dedicarse a un estudio sereno de la historia y la vida de Espa?a sin dejarse llevar por los sobresaltos y angustias de quienes estamos directamente implicados en ella. Una misi¨®n imposible para quien ha estado tan comprometido en dicha historia y la sigue sufriendo. Quiz¨¢ haya que hablar de 'necesidad' m¨¢s que de 'vocaci¨®n'; de ese impulso que nos lleva a bucear en el pasado para encontrar respuestas a nuestras perplejidades e inquietudes del presente. Onaind¨ªa no ser¨ªa as¨ª un historiador 'de profesi¨®n' ni 'de vocaci¨®n', por valernos de la distinci¨®n weberiana; estar¨ªa en la l¨ªnea de los que se sienten urgidos a complementar su papel de actores con el m¨¢s pl¨¢cido -pero no menos inquieto- de la observaci¨®n.

Como es evidente, tanto la observaci¨®n como el objeto observado no pueden dejar de estar tintados por su propia experiencia pol¨ªtica. ?l reconoce que lo que le impuls¨® a penetrar en la historia de la Ilustraci¨®n espa?ola fue su profunda preocupaci¨®n por el conflicto vasco. En particular, por el predominio en esa tierra de una concepci¨®n culturalista de la naci¨®n que trata de excluir otras alternativas en la conformaci¨®n del v¨ªnculo pol¨ªtico fundamental. A esta visi¨®n, construida a partir de una supuesta cohesi¨®n ¨¦tnica, trata de oponer la concepci¨®n republicana: el proyecto de una naci¨®n de ciudadanos unidos por el respeto de sus derechos individuales y su com¨²n participaci¨®n en un proyecto c¨ªvico. Las dos concepciones b¨¢sicas que hoy se enfrentan en el espacio p¨²blico vasco son trasladadas al pasado, al momento en el que por primera vez aparecen como aut¨¦nticas opciones pol¨ªticas alternativas.

Onaind¨ªa cree haber rastreado el origen del debate entre esas dos concepciones en el despertar intelectual y los conflictos pol¨ªticos de la Espa?a del siglo XVIII, que es donde en definitiva se fragua eso que llamamos naci¨®n espa?ola. Aunque en realidad no busca enfrentar o perseguir la evoluci¨®n de esos dos paradigmas. Su inter¨¦s se centra en la gestaci¨®n de la concepci¨®n republicana. Como bien dice Jos¨¦ Mar¨ªa Portillo en su pr¨®logo, estamos ante un verdadero 'manual de arqueolog¨ªa del republicanismo en Espa?a'. Y el producto de esta labor de sabueso no puede ser m¨¢s optimista. Contrariamente a lo que hab¨ªamos temido, habr¨ªa una l¨ªnea de pensamiento de clara inspiraci¨®n republicana. Desde luego, sin los claros contornos que podr¨ªamos encontrar en Francia o en otros pa¨ªses europeos y sin contar con ning¨²n gran te¨®rico que pudiera ser equiparado ni de lejos con los del pa¨ªs vecino.

El objetivo de Onaind¨ªa no consiste, sin embargo, en evaluar el caso espa?ol a la luz de los de los otros pa¨ªses, cuanto en mostrar sus peculiaridades propias. La m¨¢s destacable es esa particular mezcla entre elementos tradicionalistas y modernos acaba por plasmarse en el propio texto de la Constituci¨®n de C¨¢diz. O en el uso modernizante que los nuevos literatos y ensayistas hacen de tem¨¢ticas tradicionales o de episodios de la historia de Espa?a. El resultado de esta indagaci¨®n es un libro fresco, innovador y riguroso, que rompe con t¨®picos y se adentra en una nueva y prometedora l¨ªnea de interpretaci¨®n de la historia de Espa?a.