Buenos pero infelices

Quiz¨¢ sea ¨¦sta la mejor novela de Douglas Coupland en los ¨²ltimos a?os, la m¨¢s despojada de la intenci¨®n moralizante en la que suele disolverse su literatura. Desde Generaci¨®n X, que debi¨® su ¨¦xito a la perspicacia con la que en ella se identificaban los rasgos comunes de una generaci¨®n de la que nadie hab¨ªa hablado antes, las ficciones de Coupland se constituyen en recetas de vida tras las que late de forma expl¨ªcita un diagn¨®stico sociol¨®gico que coincide con un sentir m¨¢s o menos general, o de moda, entre ciertas capas de la clase media urbana norteamericana. Este proceder hallaba su m¨¢s alto grado de ramploner¨ªa en su novela anterior, La segunda oportunidad, en la que sobre la idea aprior¨ªstica de que uno de los males de la sociedad actual es la falta de espiritualidad constru¨ªa una fantas¨ªa new age cuya ¨²nica finalidad era ilustrar literariamente dicha tesis. Tambi¨¦n Todas las familias son psic¨®ticas parte de un diagn¨®stico sobre la realidad contempor¨¢nea: la descomposici¨®n o corrupci¨®n de la familia ligada a la creencia de que, al desaparecer el muro de protecci¨®n que ¨¦sta representaba, los individuos est¨¢n m¨¢s perdidos y su infelicidad es por tanto mayor. Sin embargo, como la ¨²nica receta (volver a la familia tradicional) resulta quim¨¦rica y tampoco ser¨ªa un verdadero ant¨ªdoto contra la infelicidad sino un mero remiendo que en todo caso la har¨ªa m¨¢s soportable, Coupland se demora m¨¢s tiempo en el diagn¨®stico que en la soluci¨®n, y as¨ª logra eludir que el mensaje moralizador lastre la novela. A ello contribuye el hecho de que se trate de una comedia negra. Es cierto que si los Drummond (una madre adicta al sexo cibern¨¦tico, un padre arruinado y casado con una rubia anuncio, una hija astronauta talidom¨ªdica, un hijo delincuente que descubre que es seropositivo despu¨¦s de que su padre le dispare por haberse acostado con su mujer y otro hijo siempre a punto de suicidarse) logran un equilibrio dentro del caos es porque a la postre se comportan como una buena familia norteamericana. Pero lo contrario ser¨ªa pedir demasiado y por lo menos la moralina aparece s¨®lo en el desenlace, despu¨¦s de p¨¢ginas de agradable delirio.