La lucha por el podio ser¨¢ feroz
Beloki, Igor, Botero y Heras aspiran a las dos plazas que deje libres el americano
Un anticipo de lo que vendr¨¢ ocurri¨® ayer como ocurri¨® anteayer. Heras y Beloki cara a cara. 'Probablemente Roberto es tan buen escalador como yo', dice Beloki. 'Probablemente Heras es el mejor escalador de todos, o al menos lo fue en el Tourmalet, en Beille ya lo dudo, que yo estuve delante', dice Armstrong. Heras se calla, obedece y act¨²a. Cuando atac¨® Armstrong, se qued¨® a rueda de Beloki. Misi¨®n de depresi¨®n. Beloki mantuvo tres minutos, mil metros de ilusi¨®n. Armstrong estaba ah¨ª, a la vista, a no m¨¢s de 50 metros, alcanzable. Pero imposible. Y a su rueda, Heras. Comi¨¦ndole la moral.
?C¨®mo voy a coger al americano de la agil¨ªsima pedalada si a mi rueda tengo al bejarano alado, que parece que pedalea sobre una nube, tan poco esfuerzo aparenta, Charly Gaul tal parece? Y no s¨®lo eso. Heras recibe por el auricular una orden: 'R¨®mpele el ritmo, ataca, f¨²ndelo'. Es Bruyneel, su director. Sigue siendo perro, Roberto, pues Beloki ha encontrado una marcha c¨®moda y Armstrong no hace hueco. Ataca. Heras ataca. Beloki, como era de esperar, intenta seguirlo. Revienta. Resopla. Vuelve a su ritmo. Pero ahora m¨¢s bajo.
'Armstrong es abatible, y lo veremos en los Alpes', dice con osad¨ªa Beloki
Y tan bien va la cosa que por un momento los carteros se imaginan un espect¨¢culo ¨²nico. Un homenaje sin par. Heras y Armstrong, por este orden, entrando de la mano en la meta del Plateau de Beille. Y hasta Armstrong habla con Bruyneel y parece que va a esperar la llegada de Heras. Pero Heras, ojos tristes, voz baja, no es Superheras.
A los tres kil¨®metros se da cuenta de que no va, de que si Armstrong le espera no saca tiempo a Beloki. Tambi¨¦n lo ve Bruyneel. 'Levanta el pie', le dice. 'Espera que llegue Beloki, Ponte a su rueda. Despu¨¦s le sprintas para ser segundo'. No habr¨¢ foto hist¨®rica. Pero s¨ª que podr¨ªa darse en el podio.
La lucha se anuncia terrible aunque Manolo Saiz advierta: 'Yo, para luchar por ser segundo y tercero, no estoy aqu¨ª, antes me voy a casa'. Es su l¨ªnea. As¨ª es como director, el hombre del cara o cruz, del todo o nada, del que nunca usa medias tintas. El de hay que jugarse el todo por el todo. Hablando.
Pero el director del ONCE-Eroski, que apela a la leyenda del rosado maillot de sus chicos (La ilusi¨®n se cumple), tiene a Beloki segundo y a Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, tercero, detr¨¢s del, aparentemente, inalcanzable Armstrong. Demasiado bonito como para dejarlo de lado. Demasiado goloso. Pero no ser¨¢n los ¨²nicos que luchen por esas plazas que tan bonitas salen en las fotos de Par¨ªs, con el Arco del Triunfo al fondo. Tambi¨¦n estar¨¢ por la faena Heras (s¨¦ptimo ahora, a 4.42m del tercero, Igor), y tambi¨¦n Botero (quinto, a 2.25m de Igor).
Armstrong dice: 'Me encantar¨ªa que Heras subiera al podio. Ser¨ªa hist¨®rico. Creo que Heras podr¨¢ ganar alg¨²n d¨ªa el Tour si mejora en las contrarreloj'. Bruyneel dice: 'Del podio de Heras hablaremos en los Alpes, a ver c¨®mo va all¨ª'. Heras, que se siente como nunca, casi tan bien como cuando gan¨® la Vuelta de 2000, y que s¨®lo piensa en el Tour, en darlo todo por Armstrong y por s¨ª mismo, dice: 'Hablaremos en los Alpes, que son muy duros'. Pero le hace gracia la idea. Se ve capaz de entrada.
Botero, el colombiano incre¨ªble, est¨¢ triste y est¨¢ contento. Est¨¢ contento porque ha demostrado, se ha demostrado, que puede sufrir y subir a ritmo, con Igor, que tambi¨¦n ha descubierto que se puede subir muy arriba sin ser explosivo escalador, sin explotar y sin mandarlo todo a paseo. Pero est¨¢ triste, nost¨¢lgico de su extraordinario 2000, el Izoard y el maillot de lunares, porque no tiene aquella libertad de mandarlo todo a paseo un d¨ªa y protagonizar una etapa, un ataque heroico, el d¨ªa siguiente. 'Me dicen que tengo que ser regular, que tengo que pensar en la general', dice. 'Pero todos los d¨ªas me quedo con ganas de atacar de lejos'. Lo sentimos, Botero, ese ciclismo ya no existe. Siglo XXI, ya sabes.
Beloki quiere hablar en los Alpes. Tiene un plan. Piensa en amarillo. 'Si logramos que Heras y Rubiera entren en acci¨®n en los primeros puertos, Armstrong llegar¨¢ aislado al ¨²ltimo. Ah¨ª tendremos nuestra oportunidad. Armstrong es abatible y lo veremos en los Alpes'. Pero Manolo (Saiz) zanja: 'Chit¨®n. No hablemos de estrategias, que Bruyneel lee los peri¨®dicos y se entera de todo'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.