De la magia a la 'disco'
'Estar aqu¨ª hoy ha sido precioso para m¨ª' -se despidi¨® Vicente Amigo al final del concierto-, 'y desde luego me compensa de las dos semanas que me he tirao sin dormir'. Estar en el escenario del Real recibiendo ovaciones cerradas del p¨²blico en pie tiene que compensar. La guitarra de Vicente Amigo tuvo un sonido m¨¢gico, de belleza poco frecuente, sobre todo cuando la toc¨® en solitario, 'a pelo', como le dijo alguien desde las alturas. Que no fue en muchas ocasiones, pero algunas hubo: taranta y sole¨¢, soleares.
Ah¨ª la guitarra de Amigo fue un verdadero deleite para los sentidos, pues son toques de enorme riqueza musical en que la guitarra tiene que bastarse para resolverlos por s¨ª misma. Es entonces cuando la sensibilidad, la emoci¨®n, la capacidad t¨¦cnica, por supuesto, del guitarrista tienen que expresarse a su nivel m¨¢s ¨ªntimo y convincente, porque no tiene detr¨¢s ning¨²n refugio que pueda aliviar o enmascarar un momento de debilidad, o incluso un fallo de ejecuci¨®n. La guitarra es, en estas circunstancias, un portento musical, que posibilita los sonidos m¨¢s hermosos, hasta esa parcela de misterio que es dif¨ªcil recibir de otros instrumentos.
Ciudad de las ideas
Vicente Amigo (guitarra), Jos¨¦ Manuel Hierro (2? guitarra), Blas C¨®rdoba (cante), Patricio C¨¢mara (voz y percusi¨®n), J. P. Cucurella (bajo), Paquito Gonz¨¢lez y C. Moreno, G¨¹ito (percusiones). Teatro Real. 19 de julio.
La guitarra en solitario es el veh¨ªculo insustituible para la m¨²sica de los buenos flamencos. Los grupos acompa?antes que ahora parecen imprescindibles -el de Vicente Amigo, con tres percusionistas, tambi¨¦n- pueden aportar algo siempre que se utilicen con exquisito cuidado, sin invadir espacios sonoros en los que no deben estar, pero si se convierten en protagonistas de parecido rango que su l¨ªder, la guitarra viene a ser un instrumento m¨¢s que con demasiada frecuencia se pierde en el barullo.
En el concierto ocurri¨® esto con frecuencia. Un guitarrista de la categor¨ªa de Vicente Amigo no debe abusar de estos temas. Y ofreci¨® unos cuantos. Su m¨²sica es luminosa, pero la magia de su guitarra en solitario se nos pierde miserablemente en el tumulto de ese sonido disco que no esperamos o¨ªr en un concierto de flamenco.
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